viernes, 18 de abril de 2014

Ahora ¿Qué dice Oscar D'León?

Por Esteban Fernández.

Hace varios años tuve una pequeña escaramuza verbal con el cantante venezolano Oscar león. Fue más bien un intercambio de palabras donde no llegamos a ningún acuerdo.

Fui a verlo junto al señor Luis Garcés debido a unas declaraciones de él donde decía que: “El día en que se muera o caiga Fidel Castro los cubanos no van a tener de que hablar, escribir o criticar y posiblemente se quedarán mudos” A mí, y a muchísimos compatriotas, nos dio la impresión de que lo que quería decir era que “los cubanos hablamos innecesariamente mucha basura de Fidel Castro”

Me recibió sorprendido, me estrechó la mano y rápidamente yo pasé a explicarle con lujos de detalles quien era verdaderamente Fidel Castro, su obra destructora y el río de sangre que había ocasionado en nuestro país.

Después de pasarme media hora hablándole mal del tirano -haciendo buena la frase de darle tres tazas de caldo al que no quiere una- pasé rápidamente a enseñarle muchísimas columnas mías en los periódicos La Prensa de Los Ángeles y 20 de Mayo donde hablaba de los más disímiles temas ajenos a Fidel Castro.

Me parecía incómodo, desesperado por salir de mí y que mis palabras les entraban por un oído y les salían por el otro. Cogió los periódicos y me los devolvió en menos de tres segundos sin darles ni un simple vistazo. Desde luego, en ningún momento perdió la tabla ni alzó la voz.

Increíblemente lo único que me respondió fue: “¿Te vas a quedar para escucharme cantar?”. Le dije molesto y hasta se me escaparon un par de obscenidades: “No, señor Oscar, solamente estoy aquí porque leí sus declaraciones sobre nosotros y quería explicarle humildemente los motivos que tenemos para pasarnos la vida cagándonos en ese H.P.”

Volvió a sonreírse y se despidió diciéndome: “Muy bien, ya lo escuché y espero vernos de nuevo” Pero no volví a verlo en persona, ni me he gastado un centavo en comprar su música y cuando ha salido en la televisión cambio el canal.

Ah, pero hoy en día si me gustaría volver a encontrarme con él y decirle: “Ven acá, chico, ¿y de qué rayos están hablando ahora los venezolanos?” Porque “a cada santo le llega su día” y en la actualidad -y desde hace mucho rato- es prácticamente imposible hablar con un venezolano sin que saquen a colación a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro. Y dicho sea de paso creo que ya están, poco a poco, dándose cuenta de los motivos por los cuales nosotros odiamos tanto a Fidel y a Raúl Castro.

Diera cualquier cosa por decirle: “Oye, Oscarito ¿Quiénes son ahora lo que están sufriendo lo mismo que nosotros sufrimos? Tú no te debes acordar de mí pero yo traté de que comprendieras nuestra tragedia y me tiraste a basura”.

Y de paso quiero recordarles que algo parecido nos pasó a Ángel Torres y mí con Ernesto Cortés cuando fuimos a ver al grupo de comediantes del programa “Bienvenidos” en el teatro Los Pinos y cuando le indicamos el peligro que corrían se burló de nosotros y en forma altanera nos dijo que “¡Lo que les pasó a ustedes jamás les pasaría a los venezolanos!”. Eso es lo malo de escupir para arriba.

Por lo tanto, como les dije la semana pasada, yo estoy cien por ciento deseando la libertad de Venezuela, pero sólo quiero dejar sentado que muchísimas personas, al igual que yo, se los advertimos y nos ignoraron. Y somos incapaces de decirles: “¡Ahora, jódanse!”

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