miércoles, 17 de junio de 2015

Invertir en Cuba.

Por Financial Times.

Terminal de Contenedores de la Zona Especial de Desarrollo MarielEn el artículo principal, "El restablecimiento de relaciones con EE UU eleva las expectativas", John Paul Rathbone se pregunta si a pesar de los tímidos signos de apertura, la Isla está preparada para hacer negocios. A la sensación de entusiasmo provocada por el anuncio del pasado 17 de diciembre del presidente Barack Obama sobre el restablecimiento de relaciones con Cuba, el autor contrapone las cautelas que ambos gobiernos han aconsejado. Para empezar, es improbable que el embargo sobre la Isla termine, pero aun si este se levantara de la noche a la mañana, dice Rathbone, todavía existiría en Cuba un "embargo interno": el que provoca la burocracia de estilo soviético y las actitudes socialistas centralizadoras, que hacen difíciles los negocios.

Tal y como pidió a los cubanos el papa Juan Pablo II en su visita a la Isla en 1998 –"No tengan miedo"–, el autor refiere que los cubanos de hoy parecen tener menos miedo, y que aunque los activistas siguen estando acosados por el gobierno, hay mayor permisividad oficial. "Un síntoma de ello", señala Rathbone, "es la pervivencia del diario digital 14ymedio.com, puesto en marcha por la periodista disidente Yoani Sánchez –a pesar de que el acceso limitado a Internet significa que muy pocos entre los 11 millones de cubanos pueden leerlo".

En otro optimista artículo del suplemento, "Destellos de glasnost empiezan a calentar la Isla", en el que Rathbone dice que la existencia de webs como 14ymedio y Havana Times "sugiere una creciente tolerancia a la disidencia" y califica la cobertura que proporcionan estos medios como "dinámica, bien informada y a menudo polémica". Sin embargo, el autor ignora que el acceso a 14ymedio está vetado dentro de Cuba, y sólo atribuye la falta de acceso de los cubanos a este diario a que apenas el 5% de la población tiene posibilidad de conectarse a la red.

El especial de Financial Times recoge también una pieza de Geoff Dyer sobre la división de opiniones que ha generado dentro de Estados Unidos la apertura con Cuba anunciada por Obama, especialmente entre políticos republicanos, como Marco Rubio, Ted Cruz y Jeb Bush, además de un reportaje de Cardiff Garcia sobre la empresa Ñooo! Qué barato!, que con sede en Florida se dedica a vender uniformes en Cuba a un precio accesible para sus habitantes.

Cardiff Garcia también firma un recuento de los obstáculos que aún deben enfrentar las compañías estadounidenses en la Isla, empezando por la pobreza generalizada, que limita las posibilidades del comercio.

Otros cuatro artículos del suplemento están dedicados, respectivamente, a las esperanzas depositadas en la Zona de Desarrollo Mariel; a las oportunidades de negocio que ofrecen las "fortalezas" de Cuba en cuanto a medicina e informática; a la posible reconversión de negocios estatales en cooperativas gestionadas por los propios trabajadores, y a la necesidad urgente de poner fin a la doble moneda.

En el texto de opinión "¿Podría la Isla comunista ser el Vietnam caribeño?", el profesor de economía política internacional Richard E. Feinberg analiza y compara el posible desarrollo de Cuba con el que tuvo el país del surasiático. Para el experto, la potencialidad de Cuba es incluso mejor que la de Vietnam, pues cuenta con recursos naturales y humanos superiores y una "clase media bien educada" que puede exigir mejoras al Gobierno. Cuba puede mejorar la experiencia de Vietnam, considera Feinberg, si logra aprender del país asiático la experiencia de economía mixta y evita la corrupción y las desigualdades manteniendo los logros sociales ?educación y sanidad? que ha obtenido.

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