sábado, 6 de junio de 2015

Podemos: por ahora no.

Por Luis Cino.

En España Pablo Iglesias y su partido Podemos no se harán con el gobierno, como Alexis Tzipras y el movimiento Siryza en Grecia…Por ahora, pudiera ponerse socarrón y decir Pablo Iglesias. Como dijo Hugo Chávez cuando aceptó rendirse tras el fracaso del golpe militar que encabezó el 4 de febrero de 1992. Como volvió a decir quince años más tarde, en diciembre de 2007, ya como presidente de Venezuela, cuando tuvo que reconocer su derrota en el referendo para la reforma constitucional que le permitiría con plenos poderes la implementación del socialismo del siglo XXI.

Si traigo a Hugo Chávez a colación es porque el extinto gobernante venezolano es el ídolo de Pablo Iglesias, el líder de Podemos, y el chavismo- bolivariano-socialista del siglo XXI su modelo a seguir para cambiar a España. Y después de todo, es casi tanta la desilusión de los españoles hoy con la democracia liberal y los partidos tradicionales como la que sentían los venezolanos con adecos y copeyanos cuando eligieron presidente al teniente coronel recién salido de la cárcel donde estaba por el cuartelazo.

Es historia harto conocida –sobran los ejemplos- que los líderes populistas siempre brotan del desencanto y la frustración. Y eso es lo que hay de sobra en España desde hace casi diez años, con la crisis económica que no termina y tanto paro, fábricas cerradas, desahucios, corrupción y dictadura de la banca como hay.

Podemos subió como la espuma, de la noche a la mañana. Sus filas se nutrieron de indignados del 15-M, nostálgicos, neo-comunistas, antimonárquicos, anarquistas, ácratas, trotskistas, libertarios, toda clase de gente anti-sistema y aturdidos, hasta convertirse en la tercera fuerza política del país.

En las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo no se produjo el triunfo arrollador de Podemos que algunos pronosticaban, pero casi…Ahora que se acabó el bipartidismo, habrá que contar con Podemos –y también con Ciudadanos, la otra opción para los que querían castigar a Mariano Rajoy y al Partido Popular pero sin dar su voto al PSOE- y tenerlos en cuenta para eventuales alianzas.

Esa nueva diversidad de opciones políticas puede dar a los españoles la esperanza del cambio razonable que necesitan, pero, ¡cuidado!

Ya sé que es difícil, pero, ¿se imaginan una coalición del PSOE, Izquierda Unida y Podemos? ¿Y si los camaradas ganan las elecciones? ¿Y qué harán cuando de tanto redistribuir sin producir, como buenos socialistas, se agote el dinero de la burguesía? ¿Hablar de guerra económica, gritar “no pasarán” y corear la canción del Quinto Regimiento?

El delgadito y con coleta Pablo Iglesias es lo menos parecido a un caudillo a la manera de Perón o Chávez , pero en estos casos nunca se sabe cómo y por dónde se empieza. Después de todo, ímpetu, consignas y discursos no le faltan al tocayo del fundador del socialismo español. Y eso que antes de las elecciones, para no asustar demasiado y que se le fueran votantes para Ciudadanos, el rojillo con estampa de rockero de los años 70 se controló un poco ante los medios, bajó el puño izquierdo y moderó su discurso.

Lo siento por los españoles, pero si no cambian las circunstancias, presiento que Pablo Iglesias llegará bien lejos. Verán que sí. Va y hasta echa a los Borbones e instaura la República Bolivariana de España. Quiero decir, en lo que quede de España, que me temo no será mucho más que Castilla. Como cuando todavía estaban los moros e Isabel aun no se había casado con Fernando.
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