Por Iván García e Iliana Lavastida.
La llamada unificación monetaria en Cuba es un hecho. A partir del 1ro. de octubre próximo, quienes tengan en su poder pesos convertibles tendrán que acudir al banco o las oficinas que el Estado habilite para recibir a cambio pesos cubanos, aplicando la tasa actual establecida de 24 pesos por cada CUC (peso cubano convertible).
La noticia fue confirmada por Diario Las Américas, gracias a la explicación facilitada por el funcionario de una empresa que recibió toda la información como parte de unos seminarios organizados con la urgencia que amerita el asunto y que se imparten en todo el país. Seminario sobre el reordenamiento monetario para todo el sistema empresarial es el nombre de estas conferencias, en las que según el participante que suministró la información, la fecha de entrada en vigor no está precisada “pero por el esquema diseñado y la forma en que explicaron, que las normas y las leyes ya todas están escritas, listas para salir en la Gaceta Oficial muy pronto, permite anticipar que para el 1ro. de octubre todo se pondrá en vigor”.
Después de la fecha de anuncio de la medida, el Estado cubano fijará un período de seis meses para que las personas cambien su dinero a la tasa actual: 24 pesos cubanos (CUP) por un CUC. También se planea que las tiendas y establecimientos que comercializan con el peso convertible seguirán haciéndolo pues la intención es sacar toda esa moneda de circulación hasta eliminarla. Con ese propósito, explicó la fuente “hasta las devoluciones de las transacciones que se hagan en CUC, se darán en pesos cubanos porque la intención es recoger toda esa moneda para poder destruirla”.
La unificación de la moneda en Cuba es un paso que desde hace muchos años se vislumbraba como una necesidad, teniendo en cuenta que el peso convertible cubano (CUC) es una moneda que apenas tiene valor dentro del territorio nacional y su intento de equiparación con el dólar estadounidense únicamente funcionó para facilitar una dualidad monetaria que hacía más complejo aún el escenario de las finanzas internas en la isla.
Sucede que esta eliminación del peso convertible se decide en un momento que la economía individual de los cubanos atraviesa una de las crisis más severas de los años recientes. Meses antes de que el país se viera obligado a paralizar la entrada del turismo a causa de la pandemia del Covid-19, el gobernante Miguel Díaz-Canel había anunciado un llamado “período coyuntural” por falta de suministro de combustible y que en la práctica no es nada más que la versión actual de la severa escasez padecida en los 90 bajo el nombre de “período especial”.
Un elemento diferenciador de estas nuevas medidas, es que al analizarlas permiten avizorar la implementación de la economía de mercado bajo un sistema de control socialista, la eliminación de subsidios por parte del Estado y la implementación del pago de impuestos sobre las ganancias para trabajadores de empresas estatales.
Con el propósito de eliminar los subsidios, según la fuente consultada por DIARIO LAS AMÉRICAS, aumentarán los salarios de los trabajadores. La canasta básica va a tener un valor estimado de 1.528 pesos cubanos pues se van a eliminar todos los subsidios. Subsidiados quedarán solo algunas cosas muy específicas, ciertos medicamentos para tratar enfermedades crónicas que en determinados casos es necesario importar.
El salario mínimo de un trabajador sería el mismo monto que se calcula para el costo de la canasta básica de alimentos, 1.528 pesos. No habrá límites para los salarios, cada empresa podrá pagar el monto del salario que estime y cada empresa tendrá la potestad de distribuir de sus utilidades el dinero para el pago a sus trabajadores.
A partir de la información consultada, junto al aumento de los salarios, también se elevarán los precios de los productos, porque se está haciendo un estudio de formación de precios y a todos los artículos importados les será aplicado el cálculo del valor de la tasa de cambio. De ese aumento de precios serían exceptuados productos y servicios como la leche, la merienda escolar de los niños y la electricidad. Los uniformes escolares, por ejemplo, no seguirán en la categoría de artículos subsidiados.
Se tendrán en cuenta para fijar salarios, las calificaciones académicas, un título de licenciado será valorado en 400 pesos, una maestría en 800 pesos. Se eliminará de las empresas los pagos por estimulación que se hacían mensualmente. Lo que podrá hacer cada empresa es una vez, cada tres meses, pagar a los trabajadores según sus utilidades, después de haber cumplido el compromiso de pago de sus impuestos sobre utilidades y el rendimiento de la inversión estatal.
En esta etapa, aclaró la fuente, las empresas tendrán que solicitar préstamos a los bancos: hay muchas que cuando apliquen la tasa de cambio de CUC al CUP caerán en pérdidas y “significará una fuerte carga de trabajo para los contadores”. Se mantendrá la obligación del pago de impuesto sobre los ingresos personales. Hasta ahora era un 10% para el trabajador por cuenta propia. Ahora tendrán que pagar impuesto todos, a partir de los 3.000 pesos de salario. Es decir lo que se gane por encima de los 3.000 pesos vendrá en el pago con el descuento impositivo que determine la ONAT (Oficina Nacional de Administración Tributaria).
Despues de tomadas estas decisiones, el salario promedio mensual en Cuba sería de 3.000 pesos cubanos y el de un profesional calificado superaría los 5.000. Sin embargo, algunos economistas anticipan que ese aumento de sueldo traería aparejada una acelerada inflación en los precios de los productos que ya escasean y al dejar de ser subvencionados, tendrían un precio muy superior. Los expertos también prevén una sobrevaloración del dólar que incide tanto en el valor que adquiere en el mercado la tasa de cambio de esa moneda como en la tarifa que pueden llegar a cobrar las agencias que se dedican al envío de remesas a la isla.
En 1993, Cuba atravesaba una severa crisis identificada con el eufemismo de «período especial en tiempos de paz». La desintegración del bloque de países socialistas de Europa del Este, al finales de la década de 1980, significó para la isla la desaparición repentina de todo tipo de ayuda y subsidios. El país se vio inmerso durante en una situación de hambruna y desabastecimiento total, que obligó al régimen a implementar la despenalización del dólar y permitir la circulación de esa moneda y que hasta ese momento, por tener dólares, los cubanos eran procesados y condenados a años de cárcel.
Desde entonces, la apertura de las operaciones del mercado interno cubano al uso de divisas convertibles, en el caso de la población, ha estado supeditado al envío de remesas de familiares residentes en el exterior. En menor medida, con el pasar de los años y la aceptación -con períodos de intermitencia por decisiones del Estado- del trabajo por cuenta propia, algunos ciudadanos han establecido pequeños negocios que les permiten el acceso a las divisas a través de ofrecer servicios a turistas. No obstante, la inmensa mayoría de la población que devenga salarios de las empresas estatales, no tiene cómo acceder a las divisas, a pesar que desde hace casi 30 años la economía cubana opera sobre la base de la dolarización.
En julio pasado, en medio de la escasez impuesta por el cierre del país a causa del coronavirus, el régimen autorizó la apertura de unas 72 tiendas, bajo el control de la corporación CIMEX en las que únicamente a través de tarjetas electrónicas respaldadas por cuentas en divisas convertibles (dólares, euros, libras esterlinas, francos suizos y otras), las personas pueden adquirir alimentos, artículos de aseo y de ferretería. Tras esta decisión, las tiendas que venían operando con CUC, según informes suministrados por la propia población, permanecieron desabastecidas mientras las que comercializan con «moneda dura» exhiben una oferta más variada, con altísimos precios.
Desde la apertura de esos establecimientos, unido a la disminución del envío de remesas desde el exterior por la pandemia, la cotización del valor del dólar en el mercado negro en Cuba se ha disparado. Con el anuncio de la salida de circulación del CUC, se estima que para fines de año, un dólar en Cuba pueda estar siendo valorado en el mercado informal en 80 pesos cubanos. En los 90, tras la despenalización del uso de esta moneda, un dólar llegó a cotizarse en 150 pesos cubanos.
0 comments:
Publicar un comentario