jueves, 12 de noviembre de 2020

Cubanos desconfían de la próxima reforma monetaria.

Por Iván García.

Cola en una sucursal del Banco Metropolitano en La Habana.

Una ligera racha de viento zarandea las banderolas con propaganda política situada al otro lado de la calle, aledaña a una sucursal del Banco Metropolitano en El Vedado. Desde las seis de la mañana, los que aguardan en la cola a que abra el banco, debaten sobre el Día D: cuándo y cómo entrará en vigor la cacareada unificación monetaria.

Varios usuarios, que dicen tener información de primera mano, hacen sus predicciones. “La subida de salarios y desaparición del peso convertible sucederá el domingo 1 de noviembre. Me lo dijo un pariente que trabaja en el ministerio de economía. Ya en algunos bancos están notificando a los pensionados que para ese mes comenzarán a cobrar sus nuevas pensiones”, afirma un señor, quien asegura que va a cerrar su cuenta en cuc e invertir el dinero en comprar equipos electrodomésticos que luego revendería para amortiguar la devaluación que sufrirá el peso.

La polémica se activa. Todos intentan hablar a la vez. Una joven niega que el Día D sea el 1 de noviembre. “En la oficina de contabilidad de mi empresa, la económica nos informó que en noviembre se mantienen los mismos salarios. Yo creo que el ordenamiento monetario comenzará el 1 de diciembre o 1 de enero. Me decanto por el 1 de enero, pues el gobierno va a querer que coincida con el aniversario del triunfo de la revolución”.

Los rumores no se detienen. Una mujer de mediana edad comenta que “los gobernantes están rezando para que las reformas salgan bien. No hay nada que ofertar. Casi todas las grandes tiendas en La Habana están cerradas o han empezado a vender en dólares. El gobierno está improvisando sobre la marcha. Si no mejora el abastecimiento de comida, un huevo puede llegar a costar 50 pesos. Y ahora con la prohibición a la Western Union, de hacer negocios con empresas militares el dólar seguirá disparándose. Para fin de año, un dólar se cotizará a 80 o 90 pesos”.

Esa preocupación ciudadana provocó que miles de ahorristas cerraran sus cuentas en pesos convertibles. Augusto, músico, en un primer momento tenía planificado cerrar su cuenta en cuc y abrir una en pesos. “Pero con la nueva reforma las dos moneda se devaluarán muchísimo. Con el peso convertible hay un fenómeno que las autoridades no han querido analizar. La gente lo compró a 25 pesos y ahora el Estado lo paga a 24. Si por ejemplo tienes depositados 15 mil cuc, pierdes quince mil pesos. Y con el peso ocurrirá que al subir todos los precios, por la reforma salarial, el valor de los ahorros mermará tremendamente”.

Pedro Antonio, emprendedor privado, considera que la mejor opción es sacar todos los ahorros e invertirlo en comprar computadoras, electrodomésticos, pinturas y joyas y posteriormente revenderlos acorde a los nuevos precios.

Mirta, empleada bancaria, afirma que “diariamente cientos de clientes están cerrando sus cuentas en cuc y en pesos. Desde hace meses, los que tienen cuenta en divisas también han pedido cerrarlas. Pero por falta de liquidez la sucursal les entrega el dinero por parte. Los rumores del próximo ordenamiento monetario ha generado mucha desconfianza en la ciudadanía. Eso es negativo para el sector financiero, porque al reducirse los ahorros, que en el caso de Cuba no son tantos como en otros países, el Estado cuenta con menos liquidez para sus operaciones financieras internas”.

En muchas empresas se ha filtrado cuáles serán los nuevos salarios. Amanda, ingeniera, devenga un salario de 1,500 pesos y su jefe le ha dicho que su salario rondaría los 11 mil pesos. “Debería estar contenta, al ganar casi diez mil pesos más, pero al igual que la mayoría la población estoy preocupada: con esas cantidades de dinero en la calle y sin una oferta de productos y servicios adecuados, dentro de un año, la inflación va a devorar la subida salarial. Y el dinero podría convertirse en papelitos de colores con próceres impresos al dorso”.

Diego, economista, mueve la cabeza afirmativamente cuando escucha las dudas de los cubanos de a pie. “Son razonables y muy preocupantes. En Cuba las finanzas se manejaron según el criterio de Fidel Castro. Eso provocó grandes distorsiones. Fidel tenía sus propios mecanismos financieros paralelos, que ni siquiera los contadores registraban . Desde hace 61 años el sistema presupuestario y económico del país es un auténtico disparate. Se gestionaban las finanzas como si se administrara una bodega. El temor de muchos especialistas es qué pasará cuando se abra esa caja de Pandora. En teoría, las empresas exportadoras de mercancías o servicios, como ETECSA o la industria del turismo, pueden salir beneficiadas, no por calidad y profesionalismo, simplemente porque son monopolios que no tienen competencia. Pero miles de empresas tendrán que ser subsidiadas. O serán cerradas. Lo que provocaría que más de un millón de trabajadores puede quedar sin empleo”, argumenta y añade:

“Otro fenómeno que no se debe perder de vista es el sector privado. Tras siete meses de confinamiento el 70 por ciento de los pequeños negocios particulares se han descapitalizado. No han recibido créditos ni ayudas gubernamentales. ¿Con cuáles fondos van a poder rescatar sus negocios? Las remesas del exterior es una posibilidad, pero la pandemia ha afectado económicamente a todo el mundo. Además, con operativos al sector privado por enriquecimiento ilícito, limitaciones del mercado mayorista y un corralito financiero del 65 por ciento del dinero que invierten los cuentapropistas bajo la supervisión del banco, no incentivan a crear nuevos negocios o expandir los que existen. Los más afectados serán los negocios privados que no están ubicados en lugares por donde suelen moverse los turistas”

Según el economista Diego, entre las causas que propiciaron el éxito de numerosos negocios privados, sin contar su gestión, calidad en la oferta y servicio, estuvo que utilizaban el peso convertible de acuerdo al canje oficial y podían pagar mejores salarios que las empresas estatales. «Pero en estos momentos la situación se ha invertido. Las empresas del Estado van a ganar un salario que no necesariamente está relacionado con la calidad y la productividad. Eso puede provocar que un alto porcentaje de empleados opten por trabajarle al Estado y no a los particulares: cobrarían más y laborarían con menos rigor. Mientras las autoridades bancarias pueden imprimir alegremente billetes, el dueño de un negocio no puede pagar más de lo que planifica entre beneficios, impuestos e inversiones. Para los emprendedores privados no son buenas noticias”.

Otro sector descontento con el próximo ordenamiento monetario es el personal de salud pública que se desempeñó como cooperantes en el extranjero. Zulema, doctora, se siente estafada. “De contra que el gobierno se queda con el 70 u 80 por ciento del salario que nos paga, ahora con la esta reforma la solución es pagar nuestros ahorros en divisas en pesos al cambio de 24 cuc por cada peso. Las autoridades alegan que se mantendría la rebaja del 30 por ciento para comprar en las tiendas por cuc. Esa declaración es de un cinismo que raya con el descaro. ¿Qué rebajas? Si en las tiendas por cuc que pasaran a vender en pesos, no hay nada que comprar. Pollo, salchichas y poco más. Lo que estamos reclamando al gobierno es que nos paguen ese dinero en divisas. No nos harían un favor. Trabajamos duro alejados de la familia, en condiciones muy difíciles, a veces arriesgando la vida, como es el caso de Venezuela, para que al final tu dinero ahorrado no tenga ningún valor”.

Un artículo publicado en el sitio oficial Cubadebate titulado ¿Qué sucederá con las cuentas de ahorro después del ordenamiento monetario? generó 309 comentarios. El 90 por ciento criticaba en duros términos la decisión del régimen de no amortizar las pérdidas o sustituir por divisas las cuentas de los ahorristas que prestaron misiones en el exterior.

La doctora Zulema espera que los funcionarios al menos lean los comentarios de sus ciudadanos y tomen medidas al respecto. Fermín, santero, pronostica que la nueva reforma monetaria traerá descontento popular. «Se vislumbran años complicados para el gobierno. Tal vez por eso Díaz-Canel en su recorrido por Santiago de Cuba y Villa Clara visitó las tumbas de Fidel y el Che y se paró delante de ellas como si estuviera rezando, pero yo creo que les estaba pidiendo apoyo espiritual, pensando en los acontecimiento que se avecinan”.

Probablemente el actual manicomio económico cubano necesite algo más que un amuleto emocional.

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