domingo, 8 de noviembre de 2020

La segunda guerra de independencia americana.

Por Armando de Armas.

Apenas unas horas antes de las elecciones dije en un Live con mi queridísima Zoé Valdés que Trump ganaría estas elecciones, como así mismo fue antes del pucherazo en la madrugada de los partisanos caviar que dejó al republicano congelado en los 214 votos electorales -porque jeta sobrada tienen- en tanto Biden recibía un baño de votos aparecidos en un santiamén; mar de felicidad de descerebrados que no cesa.

Rudy Giuliani explicó en conferencia de prensa lo que pasó en Philadelphia, Nevada y Wisconsin con las boletas enviadas por correo, que no dejaron a los observadores o testigos republicanos acercarse más de 25-30 pies y que por tanto no pudieron asegurarse que las boletas estuviesen correctas, pueden ser de Marte, dijo Giuliani, y nadie sabría nada. Dijo que Philadelphia tiene fama de ser un lugar fraudulento donde votan muertos o de otros lugares y que eso pasó en múltiples colegios electorales a través del país.

Los vídeos de sacos con boletas incinerados o botados a la basura pululan en la Internet.

Le dije también a la autora de La nada cotidiana que no sería fácil, que lanzarían las brigadas de respuesta rápida de BLM a crear caos que es lo único que saben hacer los herederos de la hoz y el martillo, no importa que pasados por las aguas del marxismo cultural, porque una hoz es para cortar y un martillo para aplastar. Esto del fraude, que no va a funcionar, es sólo el inicio de un proceso que pudiera escalar hasta el punto de tener que sacar los militares a la calle y quizá hasta una segunda guerra civil.

¿Por qué sabíamos que no sería sencillo? Bueno, a ver, Biden, Obama, Hillary, los demócratas y no pocos republicanos arriesgan mucho, arriesgan la libertad y hasta la vida no sólo por simple corrupción sino por traición a la patria; crímenes que pondrían la carne de gallina al mismísimo Al Capone. Crímenes de Nueva York hasta Kabul, de Bagdad hasta Bengasi, de Port-au-Prince hasta La Habana, de Moscú hasta Kiev y de Pekín hasta Washington.

Ya no estamos ante la teoría de la conspiración. Estamos ante la realidad de la conspiración. Pero más que los conspicuos personajes mencionados arriesgan aquellos que los manejan. Esos que, gane quien gane en unas elecciones, son los que controlan los hilos del poder en EEUU desde los años treinta al menos, esos usureros que han metido a la nación estadounidense en guerras interminables en que nada obtiene, excepto miles de muertos y el odio del mundo, guerras que quedaban casi siempre en tabla para poderlas encender cada cierto tiempo y echar a andar así la maquinaria del complejo militar industrial como un gran negocio; de sangre, pero negocio.

Pensemos con frialdad que los soldados estadounidenses no fueron a Europa a liberarla del fascismo como se nos ha dicho sino a entregarla a los comunistas rusos. ¿Qué ganó EEUU en esa mega guerra? ¿Esa victoria que los estadounidenses regalaron a los rusos no está entre las causas que hicieron posible el comunismo en Cuba? ¿Pudiera alguien explicar razonablemente la existencia del comunismo en Cuba al cantío de un gallo de EEUU por más de sesenta años? ¿Qué potencia -y no cualquier potencia sino la mayor potencia del mundo- permite un enemigo en su traspatio? ¿No ya potencia, qué guapo de barrio permite un enemigo en su pasillo?

Cuando hablo de estadounidenses imponiendo el comunismo me refiero a los estadunidenses como víctimas, como quienes matan y ponen los muertos al servicio de un poder que los sojuzga, el poder de los usureros, esos mismos de la Reserva Federal que, ya sabemos, ni es Reserva ni es Federal. ¿Piénsese por qué Trump no ha librado una sola guerra en sus cuatro años en la Casa Blanca? ¿Cómo ha logrado Trump que esos irreconciliables y feroces enemigos en el Medio Oriente firmen unos tras otros tratados de paz? Porque, en palabras del mismo Trump, nada tememos que hacer en esos lejanos lares, sobre todo, decimos nosotros, si tenemos al enemigo en este Hemisferio; si lo tenemos en casa. ¿Le darán el Nobel de la Paz por ello? No creo, el Nobel de la Paz es para los que hacen guerras al servicio de los usureros del complejo militar industrial como Obama.

Por cierto, que esos usureros son los que manejan la ONU, la OMS, la OEA y demás organismos mundiales, es decir, globalistas, miren si no quienes manejan el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Así que ya saben, opositores cubanos, a quejarse ante la ONU o, mejor, a llorar al parque.

Es Almagro y su OEA un amigo de la libertad de Cuba, un velador por la transparencia de las elecciones en este Hemisferio, ¿sí?, ¿de verdad? Miren si no con lo que se baja la OEA este viernes 6 de noviembre de 2020.

La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos, OEA, urgió este viernes a permitir que «se desarrolle el resto del proceso electoral» en EE.UU, y no emitir «especulaciones dañinas o sin base» sobre un presunto fraude, en clara alusión al presidente Donald Trump.

En su informe preliminar, la misión de observación de la OEA aseguró además que no había «observado directamente ningún tipo de irregularidad que ponga en duda los resultados por ahora». «La misión de la OEA urge a todos los partidos políticos, candidatos y ciudadanos a permitir que esta democracia prevalezca y que el resto del proceso electoral se desarrolle dentro del marco de la ley», indica el documento de 20 páginas, publicado este viernes.

La misión, liderada por el secretario general del organismo continental, Luis Almagro, expresó su apoyo al «derecho de todas las partes en unas elecciones a buscar rectificaciones ante las autoridades legales competentes cuando crean que se les ha perjudicado injustamente».

«Sin embargo, es crucial que los candidatos actúen de forma responsable, presentando y argumentando reclamos legítimos ante los tribunales, no especulaciones dañinas o sin base en los medios públicos», añadió. Es decir, ya Almagro y su OEA saben que los reclamos de Trump son especulaciones dañinas o sin base. ¿Cómo lo supieron? ¿Será que la OEA odia a Trump y ama a Biden? ¿O no será que los amos de Biden son los mismos que los de la OEA?

«Él (Trump) ha acusado a los trabajadores electorales de fraude electoral, y ha reiterado que su campaña tramitará sus quejas en los tribunales. Los observadores de la OEA desplegados en los estados bisagra de Michigan y Georgia no fueron testigos de ninguna de las irregularidades mencionadas», señala el informe de Almagro, el amigo de algunos disidentes cubanos. La misión recalcó que «todos los votos válidos emitidos en estas elecciones deben ser contados, si fueron recibidos dentro del marco de las reglas existentes y las regulaciones de los respectivos estados».

A ver, ¿no será que los amos de Biden, la OEA, la ONU y la Reserva Federal son los mismos de los medios de prensa? ¿Es casual que todos sigan el mismo guión, que tengan los mismos amigos y enemigos?

A ver, ¿nos percatamos de quiénes son los verdaderos enemigos de Trump, y de América? Trump encabeza al presente la segunda guerra de independencia americana. Esa guerra hasta ahora ha sido sorda y en las sombras pero puede tornarse sangrienta y a la luz del sol.

Hasta el momento Trump ha demostrado -ha mostrado el movimiento que lo llevó al poder- estar diez pasos por delante de las acciones del enemigo. El enemigo es malo pero se enceguece y estupiza en la impunidad que ha gozado y que piensa que seguirá gozando.

No se dejen vencer por el desánimo. El desánimo es un lujo que ahora no nos podemos permitir. Sabíamos que no sería fácil pero eso sí, nadie nos va a quitar lo nuestro. Aunque para ello sea necesario que los militares antiglobalistas tomen el control.

Democracia no significa libertad. Democracia puede significar y muchas veces ha significado una vía a la esclavitud. Años atrás escribí que veremos aquellos modos y sistemas que antes nos parecían imperecederos, y hasta impecables, derrumbarse como castillos de mantequilla al sol del mediodía, y a las lumbreras dentro de esos modos y sistemas, estrellas del cine y el espectáculo, escritores, intelectuales, empresarios, periodistas, políticos, pontífices, funcionarios, Mesías del cambio climático y otras zarandajas, empequeñecerse y desaparecer en la misma nada que siempre fueron, porque el numen epocal que los sostenía, hinchaba y sobredimensionaba habrá desaparecido previamente, para dar paso al Espíritu de otra época.

Share:

0 comments:

Publicar un comentario