Por Gustavo Silva.
A eso de las 6 de la tarde entran Brezhnev y Castro a la Escuela Vocacional "Vladímir Ilich Lenin" para inaugurarla oficialmente, ya que venía funcionando desde el curso anterior. Unos carteles grandes daban la bienvenida en letras rojas e idioma ruso. La banda escolar interpretaba la marcha Rusia Amiga y los demás gritaban vivas y consignas, al tiempo que agitaban centenares de banderas y banderitas.
La pareja Brezhnev y Castro fueron recibidos por el presidente de la república, Osvaldo Dorticós, y el director de la escuela, Francisco Chávez, junto con la representación del Partido (José Ramón Machado Ventura) y del Gobierno: Belarmino Castilla (Vicepremier encargado de la Educación, la Ciencia y la Cultura) y José Ramón Fernández (Ministro de Educación). No lo hicieron ni la Juventud ni el Sindicato. Chávez dio cierta explicación ante la maqueta del centro y enseguida pasaron al salón de exposición gráfica sobre Lenin y la URSS.
El ritual continuó por el Circulo de Interés de Física Nuclear y el Centro de Cálculo (con computadoras ensambladas en la propia escuela). Luego se adentraron en los albergues de "las muchachitas" y algunas áreas deportivas, donde se habían montado performances de polo acuático y natación, baloncesto y gimnasia artística. Visitaron también el cine, el Museo de Ciencias Naturales y el taller de ensamblaje de radios Agrícola. Aquí Castro dijo que estaban destinados a familias campesinas, pero así y todo le regalaron uno acabadito de salir a Brezhnev. De allí fueron a la planta de ensamblaje de computadoras digitales 201-B y por fin llegaron a la tribuna, frente a la cual se aglomeraban las huestes de la Lenin y de otros centros de La Habana.
Tras los himnos cubano y soviético, Castro y Brezhnev largaron sus discursos, que al igual que las demás incidencias se trasmitían vía satélite a la URSS. Bajaron a sus lugares reservados y empezaron a subir los intérpretes de la "actividad cultural". No podían faltar las danzas latinoamericanas, tan socorridas en la Lenin para impresionar a "distinguidos visitantes" que Castilla y "El Gallego" Fernández acertaban ya a marcar algunos pasillos del carnavalito, la cueca y el tamborcito. Pero el final se tornó apoteósico con danza rusa y cantos en ruso: Katiusha y Grande es mi patria natal, a cargo de estudiantes que vestían típicos atuendos de la URSS.
Brezhnev pareció emocionarse y los estudiantes intentaron que Castro corriera igual suerte, al entonar la Marcha del 26 de Julio, antes de que aquello terminara con pirotecnia en colores.
El día anterior Brezhnev había sumado la Orden Nacional José Martí a su colección de medallas, después de haber largado (enero 29) otro discurso acompañante del de Castro en la Plaza de la Revolución. Brezhnev regresó (febrero 3) encantado a Moscú.
A eso de las 6 de la tarde entran Brezhnev y Castro a la Escuela Vocacional "Vladímir Ilich Lenin" para inaugurarla oficialmente, ya que venía funcionando desde el curso anterior. Unos carteles grandes daban la bienvenida en letras rojas e idioma ruso. La banda escolar interpretaba la marcha Rusia Amiga y los demás gritaban vivas y consignas, al tiempo que agitaban centenares de banderas y banderitas.
La pareja Brezhnev y Castro fueron recibidos por el presidente de la república, Osvaldo Dorticós, y el director de la escuela, Francisco Chávez, junto con la representación del Partido (José Ramón Machado Ventura) y del Gobierno: Belarmino Castilla (Vicepremier encargado de la Educación, la Ciencia y la Cultura) y José Ramón Fernández (Ministro de Educación). No lo hicieron ni la Juventud ni el Sindicato. Chávez dio cierta explicación ante la maqueta del centro y enseguida pasaron al salón de exposición gráfica sobre Lenin y la URSS.
El ritual continuó por el Circulo de Interés de Física Nuclear y el Centro de Cálculo (con computadoras ensambladas en la propia escuela). Luego se adentraron en los albergues de "las muchachitas" y algunas áreas deportivas, donde se habían montado performances de polo acuático y natación, baloncesto y gimnasia artística. Visitaron también el cine, el Museo de Ciencias Naturales y el taller de ensamblaje de radios Agrícola. Aquí Castro dijo que estaban destinados a familias campesinas, pero así y todo le regalaron uno acabadito de salir a Brezhnev. De allí fueron a la planta de ensamblaje de computadoras digitales 201-B y por fin llegaron a la tribuna, frente a la cual se aglomeraban las huestes de la Lenin y de otros centros de La Habana.
Tras los himnos cubano y soviético, Castro y Brezhnev largaron sus discursos, que al igual que las demás incidencias se trasmitían vía satélite a la URSS. Bajaron a sus lugares reservados y empezaron a subir los intérpretes de la "actividad cultural". No podían faltar las danzas latinoamericanas, tan socorridas en la Lenin para impresionar a "distinguidos visitantes" que Castilla y "El Gallego" Fernández acertaban ya a marcar algunos pasillos del carnavalito, la cueca y el tamborcito. Pero el final se tornó apoteósico con danza rusa y cantos en ruso: Katiusha y Grande es mi patria natal, a cargo de estudiantes que vestían típicos atuendos de la URSS.
Brezhnev pareció emocionarse y los estudiantes intentaron que Castro corriera igual suerte, al entonar la Marcha del 26 de Julio, antes de que aquello terminara con pirotecnia en colores.
El día anterior Brezhnev había sumado la Orden Nacional José Martí a su colección de medallas, después de haber largado (enero 29) otro discurso acompañante del de Castro en la Plaza de la Revolución. Brezhnev regresó (febrero 3) encantado a Moscú.