jueves, 9 de febrero de 2012

IU pidió 400.000 euros al banco para eludir al interventor.

Recurrió a un crédito ante la negativa oficial a librar la subvención de Torrijos de 2010, que incluía proyectos como un cine en Cuba.

Un juzgado investiga las ayudas públicas que Torrijos dio a Cuba.

El Patronato de la Fundación DeSevilla lo aprobó el 13 de abril de 2010: «Póliza de crédito con la entidad Cajasol, por importe de 400.000 euros, de cara a mitigar las tensiones originadas en la tesorería a causa del desfase ordinario entre ingresos y los cobros provenientes del Ayuntamiento». El eufemismo atenuaba lo que de verdad estaba ocurriendo para que la Fundación decidiera recurrir a este crédito que tendría que pagarse con un interés de Euríbor más 3,5 por ciento. Pero el gerente de este organismo, el comunista Miguel López Adán, tuvo que decirlo con más claridad en la justificación que envió a la entidad financiera para suscribir la póliza el 29 de abril de ese mismo año: «La financiación de las actividades de la Fundación se materializa diferida en el tiempo con respecto a las necesidades reales de ejecución, produciendo lógicamente, un desfase temporal en la tesorería». Dicho de otro modo: como el Ayuntamiento no libraba el dinero, decidió pedírselo al banco. Esta estrategia para eludir al interventor estaba relacionada con la negativa del alto funcionario a abonar a la Fundación la subvención de cooperación que le había dado Antonio Rodrigo Torrijos en 2009 y que ascendía a 915.032 euros. López Adán, de hecho, así lo hizo constar en el escrito del notario que aportó a Cajasol para solicitar el crédito el 20 de agosto de 2010. Concretamente, aclara que «el Ayuntamiento de Sevilla ha concedido una subvención (por dicho importe) a la Fundación DeSevilla para favorecer el desarrollo sostenible y el progreso social y cultural de los países menos favorecidos». «Como consecuencia de lo anterior —prosigue— el Ayuntamiento abonará a la Fundación la ayuda económica mediante transferencia» a una cuenta de Cajasol, razón por la que se concedió el crédito.

Sin embargo, el interventor, José Miguel Braojos, había comunicado el 9 de noviembre de 2009 que existían nueve incidencias que impedían el pago de la subvención. Y para que no quedara duda, el viceinterventor envió dos días después de la firma de la póliza, el 12 de agosto de 2010, otro escrito en el que se insitía en que «no se ha abonado» la subvención. Para colmo de todo este despropósito, el pasado 25 de marzo de 2011 el gerente renunció también a esta subvención porque no podía justificarla. Pero los 400.000 euros de la póliza se habían gastado, por lo que solicitó al Ayuntamiento que le tapara ese agujero. Esto es, entre otras cosas, lo que ha tenido que pagar el PP, que concretamente ha destinado 640.000 euros a resolver el entuerto.

Los proyectos para los que se pidió el crédito que eludía al interventor eran, por cierto, la rehabilitación de viviendas en La Habana tras los huracanes Gustav e Ike; ayuda humanitaria en Gaza; cursos de formación en el Injuve sandinista de Nicaragua; otro proyecto educativo para el consumo de agua en La Habana; formación de la juventud saharaui; y un cine móvil llamado «Luces de Ciudad» en la provincia cubana de Villa Clara.
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