jueves, 13 de octubre de 2016

Incompetencia del Gobierno cubano.

Por Marlene Azor Hernández.

Frente al desastre del huracán Matthew, el Gobierno decide subsidiar en parte la construcción de viviendas. El fondo habitacional del país tiene un déficit que sobre pasa el millón de viviendas. En el censo de 2012, el Gobierno contabiliza un déficit de 600.000 viviendas, pero en realidad y según expertos rigurosos el déficit es el doble en esa fecha. Sumémosle los damnificados del huracán Sandy y ahora los del Matthew, los albergados, el hacinamiento de tres y cuatro generaciones de cubanos en las viviendas existentes y seguramente la cuantía del déficit se dispara al alza. No informa el Gobierno los albergados que esperan solución de viviendas por los derrumbes -al margen de los huracanes-, ni los pendientes de solución luego del huracán Sandy de hace cuatro años. La opacidad de la gestión pública evidencia la negativa del Gobierno a rendir cuentas de su gestión a la ciudadanía.

La medida publicada en Granma y Cubadebate explica que el Gobierno subsidiará en un 50 % el precio de los materiales para construir las viviendas. La medida es errática precisamente porque los materiales para reconstruir las casas no son, en su mayoría, de producción nacional y “cuesta mucho importarlos” dicen los dirigentes en las ocasiones que tocan el tema en la prensa oficial. Por ello el plan de construcción para los damnificados del Sandy no se cumplió, los planes de construcción de vivienda anual no se cumplen y los ministros y funcionarios que dirigen la actividad no son destituidos. Como dicen los funcionarios cubanos copiando el eufemismo del General/ Presidente, el plan de construcción de viviendas del país es: “insuficiente”.

En el “socialismo real” cubano, los funcionarios se seleccionan por su lealtad política al régimen de Fidel y Raúl Castro, por ello la gestión pública está desbordada de incompetentes que año tras año demuestran su espantoso desempeño y quedan en sus puestos. El primero y más notorio en su función económica es Marino Murillo, jefe de la implementación de los “Lineamientos económicos y sociales” de 2011 con un incumplimiento del 79 % de lo aprobado y sigue en su puesto.

El Gobierno subsidia pero no resuelve los materiales de construcción haciendo una política pública inoperante. Por eso es falso señalar como un “logro” el actual plan de construcción de viviendas o la medida del subsidio para los damnificados del huracán Matthew.

Vuelve a ser otra promesa que será incumplida y que nos asemeja cada vez más a la infraestructura haitiana y nicaragüense, países de los más pobres del hemisferio con gobiernos corruptos e incompetentes como el cubano. Según el General/Presidente en un discurso de los años 80s “reconocemos los esfuerzos, pero premiamos los resultados”.

El pacto de los derechos económicos sociales y culturales de la ONU que Cuba firmó en 2008, pero que no ratifica, señala al Gobierno cubano como incumplidor del derecho a una vivienda adecuada para sus ciudadanos.

El Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) de la ONU no justifica la falta de recursos para monitorear la medida de realización o no realización de los DESC. Aunque el Estado carezca de recursos, esto no puede ser la justificación para no cumplir con sus obligaciones en torno a los DESC.

“Aunque se demuestre que los recursos disponibles son insuficientes, sigue en pie la obligación de que el Estado Parte se empeñe en asegurar el disfrute más amplio posible de los derechos pertinentes dadas las circunstancias reinantes. Más aún, de ninguna manera se eliminan, como resultado de las limitaciones de recursos, las obligaciones de vigilar la medida de la realización, o más especialmente de la no realización, de los

derechos económicos, sociales y culturales y de elaborar estrategias y programas para su promoción.”

Los ciudadanos cubanos esperamos que al menos el Gobierno cubano se digne a publicar datos confiables sobre el incumplimiento de los derechos económicos sociales y culturales en el país. Las medidas inoperantes no pueden seguir como “promesas incumplidas”. Rendir cuentas de la gestión pública a los ciudadanos es el primer paso para salir de la crisis endémica del “socialismo real” cubano.

El Gobierno de Cuba apuesta a la reelección en el Consejo de los Derechos Humanos en la ONU ahora en el mes de octubre. La última intervención del Gobierno cubano ha sido para pedir “el fin de la colonización en el mundo”. Esta diplomacia es muy contradictoria viniendo de un país que no ha ratificado los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de la ONU. ¿Qué credibilidad puede tener el Gobierno cubano como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU si no ratifica y, por lo tanto, tampoco vincula las normas de los pactos a su legislación interna y menos permite la evaluación internacional de las violaciones de derechos humanos, todos, en Cuba? El gobierno cubano pretende tomar por tontos no sólo a sus ciudadanos a los que supuestamente representa, sino también a la comunidad internacional de Naciones. Por eso, sus “amigos” internacionales son las dictaduras y autocracias más impresentables del planeta. Arabia Saudí, Rusia, Corea del Norte, China, Irán, Vietnam, Venezuela, Angola y hasta el dictador Robert Mugabe de Zimbabwe, millonario y corrupto que cuenta con la Orden José Martí otorgada por el Gobierno cubano.
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