viernes, 28 de agosto de 2020

Black is not black.

 Por Zoé Valdés.

El título de la más célebre obra de Agatha Christie, con la que entró la novela moderna de suspense en Francia, Los diez negritos, ha sido modificado. Razones socio-raciales, dicen. Ahora se titula Y fueron diez, o alguna espantosa cosa parecida.

La ignorancia es atrevida, censurar un título original, corrigiéndolo para complacer las exigencias supuestamente raciales de una comunidad, no cambiará en nada el contenido de la novela, ni su lenguaje. A menos que deseen censurar también la novela en toda su integridad. El que ha leído Los Diez Negritos, digo Y eran diez, o lo que sea que se llame ahora, conoce que varios de los personajes de la obra se expresan de esa manera tan precisa señalando como blanco lo que es blanco y lo negro como negro; la autora sólo describía una época, sin ánimos de ofender a nadie, por Dios, sólo hacía literatura.

Pero resulta que ahora vivimos en una época de ofendidos, todo el mundo se ofende por cualquier tontería. Tengo una tesis sobre eso: la gente esconde, oculta su ignorancia tras la extrema sensibilidad, que tampoco es sensibilidad en demasía, es comemierdería a pulso, y nada más. Lo que ignoran les ofende.

Si seguimos por ese camino de ignorancia y pretendidas culpas, ofendidos y censurados, no quedará nada. Por ejemplo, aquella hermosa canción de Los Bravos, Black is black también tendría entonces que ser modificada. No sé verdaderamente cómo lo harían. ¿Oscuro es oscuro? ¿Incoloro es incoloro? ¿Black is not black? Cuando es evidente que lo es. Se nos avecina una humanidad tarada.

El Museo Británico acaba de bajar de su pedestal y esconder la estatua de su fundador, porque según la época en la que vivió fue esclavista. Bueno, también hubo negros esclavistas de blancos, y muchísimos más blancos esclavizados que negros esclavizados, como se puede leer en el extraordinario libro de Jim Goad, Manifiesto Redneck.

Es más, todavía en la misma África, hoy en día, existen negros esclavizando negros. Y en Sudáfrica los negros no sólo anhelan esclavizar a los blancos, sino que los asesinan, los masacran, y nadie habla de ello, el mundo calla, la prensa calla. Sin contar la trata de blancas.

Hoy leí en un diario británico que una joven fue aplaudida porque supo resistir a las hordas de afro-británicos o afro-loquesean, las que la asediaron en un restaurant por el mero hecho de ser blanca. ¿Cómo se llama eso? ¿Reivindicación o racismo anti-blanco? Para mi lo segundo con todas sus letras.

Durante los cuatro años de presidencia de Donald Trump se le ha acusado de todo, pero todavía más de racista y de forma injusta. Una buena parte de seguidores de Donald Trump son negros, perdón, afroamericanos. Ya ven… Trump se ha casado en dos ocasiones con mujeres inmigrantes, y además de eso tuvo una novia mulata, o afrocaneladescendiente… Ya ni sé cómo se diría.

El tema es que nadie acusa a Pedro Sánchez de racista por este vídeo en el que se ve claramente que se limpia las manos después de saludar a una familia de afrohispanos. Tampoco acusan a Raúl Castro por la carencia de ministros afrocubanos en su gobierno (porque el que gobierna es él y no el Mario Neta Canel), ni siquiera por tener a todo un pueblo blanco, indio, mulato, mestizo, negro, esclavizado y encarcelado.

Y, hablando de censuras. Podríamos suponer que si censuraron a la gran Agatha Christie, también lo harán con el bodrio totalmente prescindible titulado ‘Negra’, de Wendy Guerra. ¿O es que este fenómeno de borrado y desaparecido sucederá como siempre one way?

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Supervivencia al desnudo: del agua de arroz a la pesca en las alcantarillas.

 Por Jorge Olivera Castillo.

Cola para comprar en un centro comercial de La Habana.

Cuba podría ser el reino de lo insólito. No es una mera suposición, se trata de una opinión fundamentada en las situaciones que se ven a diario en cualquier vecindario, la mayoría relacionadas con esa pobreza de doble filo que brilla permanentemente en ámbitos de la cotidianidad.

Para muchas familias ya es común usar el agua con que se enjuaga el arroz antes de su cocción como champú, ante la ausencia de este producto en las tiendas recaudadoras de divisas. Fue una sugerencia publicada en medios oficiales debido al reforzamiento de las carencias desde que el coronavirus se instaló en territorio nacional. El champú hace escurridizas apariciones en algunos centros comerciales para pasar a manos de los revendedores. Su precio en el mercado negro llega alcanzar hasta tres veces su valor original. Por tanto, el arroz vietnamita que entregan por la libreta de racionamiento cada mes es el que posibilita la limpieza del cabello, si es que no falta el agua, un problema crónico en la mayoría de las provincias del país.

También circula por ahí una novedosa receta para aliviar los efectos de la sarna, infección que desde principios del año en curso viene ampliando su incidencia en personas de todas las edades. El remedio consiste, a falta de medicamentos adecuados, en el uso del aceite para camiones, previamente pasado por las llamas hasta su punto de ebullición. Según quienes lo han usado, se unta tibio sobre las áreas afectadas. Por fortuna, logra atenuar la picazón.

La desastrosa condición higiénica a nivel nacional debido a la acumulación de basura en las calles, los problemas con el suministro de agua, el hacinamiento en los inmuebles donde conviven hasta cuatro generaciones y las aglomeraciones que tienen lugar en las afueras de las tiendas para comprar alimentos y productos de aseo son parte de las causas que estimulan la proliferación de este ácaro causante de un intenso picor, sobre todo en la noche y las primeras horas de la mañana.

Acceder a la Permetrina en crema al cinco por ciento o el Benzoato de Bencilo en las farmacias es una misión imposible. Por un lado, la oferta es insignificante ante una demanda en pleno auge; por otro, es bastante común el hecho de que parte de estos ungüentos terminen vendiéndose en cualquier esquina a partir del acuerdo entre dependientes que roban y vendedores furtivos dispuestos a sacarle el mayor provecho a su gestión.

La solución del aceite quemado para combatir la escabiosis debería tomarse como referencia para destrozar la aureola mística que rodea a la salud pública en Cuba.

Lamentablemente, no es el único ejemplo dentro de una espiral de acontecimientos en hospitales, policlínicas y farmacias, y que echan por tierra la supuesta excelencia alcanzada en ese rubro desde la instauración del modelo socialista hace más de seis décadas. Sobran evidencias para anular el discurso triunfalista de los personeros y amanuenses de la dictadura.

Por último, he determinado traer a colación la reciente imagen del hombre sumergido en una alcantarilla de la ciudad de Cienfuegos, de donde extrae una decena de peces muertos.

La pesca a mano limpia, en plena inmundicia, es razón suficiente para determinar las paupérrimas condiciones de vida de un cubano que recurre a una faena que atenta contra su salud y la de las personas que gustosamente comprarán el producto sin averiguar su lugar de procedencia.

Este tipo de pez, conocido como claria, es originario de Asia y fue introducido en Cuba en 1999. Habita en agua dulce y tiene la capacidad de buscar alimentos fuera de los estanques donde se reproduce. Es capaz de respirar fuera del agua y sobrevivir a condiciones extremas.

No es la primera vez que se observa ese tipo de capturas dentro o en los márgenes de los desagües. Está claro que la fetidez no es problema para implicarse en esos menesteres, tampoco la posibilidad de contraer una enfermedad a raíz de las zambullidas en la asquerosa mezcla de desperdicios.

El asunto es conseguir unos pesos y resolverle el almuerzo o la cena a un grupo de familias que celebrarán la adquisición a sabiendas de que los peces habitaban entre las aguas residuales.

La suma de escenas como las aquí descritas invita a pensar en el enorme parecido a una pocilga. El hambre no entiende de escrúpulos.

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El mal de América Latina es la Cuba de los Castro.

Por Carlos Alberto Montaner.

El Interamerican Institute for Democracy, que hoy preside Tomás Regalado, exalcalde de Miami, ha organizado las jornadas Delincuencia organizada y política, a las que ha sido invitado el periodista cubano Carlos Alberto Montaner, y a quien se le solicitó hablar del tema Cuba.

Montaner se referirá en su ponencia al tráfico de drogas del régimen cubano, involucrado en ese delito desde finales de la década de los 70.

“A mediados de los años 80, en tiempos de Ronald Reagan, estaba lista la acusación contra el gobierno de Fidel Castro por tráfico de drogas. Se sabe que el narcotraficante Carlos Lehder Rivas, cofundador del Cartel de Medellín, y puesto en libertad hace apenas unas semanas, tras 33 años de haber sido extraditado a Estados Unidos, había aportado pruebas de cómo Cuba se había prestado de puente para la cocaína colombiana desde 1979”.

Según Montaner, el proceso contra el régimen en ese entonces no se llevó a cabo por miedo a la reacción cubana, “le temían a la capacidad de intriga de Cuba y a su red de personajes afines, por ejemplo, a Henry Kissinger”.

A principios de la década del 90 dejó de existir la protección de la Unión Soviética hacia Cuba, en 1992 nombraron al cubanoamericano Bob Martínez Procurador General de la Florida, esos eran los últimos años en la presidencia de Estados Unidos de Bush padre, y en diciembre de 1989 había ocurrido la invasión de Panamá.

En esa vorágine política y justo en el juicio de Noriega resurgieron las pruebas contra Fidel Castro. “En la nueva acusación se sumaron esas pruebas contra 15 funcionarios cubanos de muy alto rango, entre ellos Raúl Castro, Manuel Piñeiro Lozada y Abelardo Colomé Ibarra. Entre 1980 y 1990 estos sujetos operaron una canal de contrabando que llevó a Estados Unidos 7.5 toneladas de cocaína. Todo estaba listo, pero ganó Bill Clinton las elecciones y poco después desapareció la acusación”.

“Lo cierto es que Fidel Castro siguió haciendo de las suyas, y con el dinero de Venezuela infectó el continente nuevamente, ya sin la URSS. Fidel y Chávez murieron, pero ahí está Maduro, apoyado por los cubanos castristas, delinquiendo sin recato alguno.

“¿Hasta cuándo? Hasta que América Latina se proponga erradicar el mal de raíz, y el mal se llama Cuba”. 

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jueves, 27 de agosto de 2020

La carta de Fidel Castro a Nikita Krushchev que llegó tarde.

 Por Tania Díaz Castro.

Fidel Castro y Nikita Krushchev en propaganda de la época.

Hace apenas dos años los cubanos de la Isla y del exilio nos enteramos que la famosa carta que Fidel Castro envió a Nikita Krushchev el 26 de octubre de 1962, para que disparara primero durante la Crisis de los Misiles, en una situación que puso al mundo al borde del holocausto, no llegó a tiempo.

Según relató el Teniente Coronel retirado Jorge Hernández Garaboto al periódico Juventud Rebelde ese mismo día, pero de 2018, mientras escribía la carta, Fidel había ordenado abrir fuego contra los aviones norteamericanos que inspeccionaban los cohetes nucleares ya descubiertos en San Cristóbal, perteneciente en ese entonces a la provincia de Pinar del Río.

Contó Garaboto que Castro incluso decretó la Alarma de Combate de las Fuerzas Revolucionarias para vencer al Imperialismo cuatro días antes: divisiones de infantería, brigadas de tanques y artillería, batallones independientes con grupos de artillería reactiva, morteros de 120 milímetros, unidades navales de la Marina de Guerra Revolucionaria, baterías de artillería antiaérea, aviones de combate y 269 000 hombres sobre las armas en la primera hora.

Pero el Teniente Coronel nada dijo sobre la visita que Fidel Castro hizo a la Embajada Soviética las noches del 26 y el 27 de octubre de 1962, cuando y donde la carta fue traducida para ser enviada a Nikita Krushchev; una carta que, según el periodista oficialista Elier Ramírez Cañedo, no llegó a tiempo, “…por lo que la URSS, sin contar con la dirección cubana, negoció con Kennedy de manera subrepticia la salida de los cohetes nucleares”, y evitó así una tercera guerra mundial, donde Cuba hubiera desaparecido del mapa.

Dijo Elier Ramírez que el embajador soviético de entonces, Alexander I. Alexeyev, relató que aquella noche de octubre Fidel visitó la sede diplomática y le dictó la misiva para que la hiciera llegar a su destinatario cuanto antes; contó que, estando él todavía allí, remitió un breve cifrado en el que informaba sobre la posibilidad del ataque a Cuba. Unas horas antes los militares de la Embajada habían enviado un telegrama a Moscú en los mismos términos preocupantes.

El periodista concluyó su relato de 2018, a 56 años de transcurrido el hecho, asegurando que “aún se intenta tergiversar aquella historia”, que es tan clara como el agua, pues el mismo Krushchev respondió a Fidel: …usted nos propuso que fuéramos los primeros en asestar el golpe nuclear contra el territorio del enemigo. Usted, desde luego, comprende a qué llevaría esto. No sería un simple golpe, sino el inicio de la guerra termonuclear”. A lo que Fidel ripostó: “Nosotros sabíamos, no presuma usted que lo ignorábamos, que habríamos de ser exterminados, como insinúa en su carta, en caso de estallar la guerra termonuclear. Sin embargo, no por eso le pedimos que retirara los proyectiles, no por eso le pedimos que cediera (…) sino que en caso de ataque exterior, y se convirtieran los imperialistas por ese hecho en agresores contra Cuba y contra la URSS, se le respondiera con un golpe aniquilador”.

Cuando el periodista oficialista describió la carta no mencionó dos pequeños párrafos que llaman mucho la atención: “Puede estar seguro que resistiremos firme y decididamente el ataque sea cual fuera. El estado moral del pueblo cubano es sumamente alto y se enfrentará al agresor heroicamente”.

Pero, ¿sabía el pueblo cubano lo que estaba pasando en esos momentos en la Isla? ¿Sabía de la existencia de los cohetes nucleares, instalados en secreto en el territorio nacional? Por supuesto que no. ¿Con qué se defendería el pueblo, con sus cazuelas vacías y sus zapatos rotos?

Por último, el periodista cubano aseguró que dichas cartas han sido utilizadas para sostener la versión de que a los soviéticos, ante las “propuestas irracionales” del líder cubano, no les quedó más remedio que negociar con Estados Unidos de espaldas a la dirección de la Isla.

Más tarde Krushchev fue destituido de forma deshonrosa por el Pleno del Partido de la URSS, pero, ¿no había sido el hombre que evitó una tercera guerra mundial, el hombre que salvó la vida de millones de cubanos, de millones de norteamericanos y de soviéticos?

Una última pregunta: ¿Será que la carta en la que Fidel le aconsejó al viejito Krushchev que disparara primero fue detenida a tiempo en algún buró del Kremlin, o de la KGB, y es al Kremlin y a la KGB a quienes les debemos que hoy 12 millones de cubanos vivan en la Isla, y que más dos millones lo hagan en Estados Unidos?

La lección que tuvimos no fue reconocida jamás por el iluminado líder cubano. La crisis de octubre resultó su mayor fracaso: desapareció el comunismo soviético y fracasó su propósito de invadir a Estados Unidos, aunque desapareciera Cuba del mapa.

Todo gracias a aquella carta suya del día 26 que no llegó a tiempo.

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miércoles, 26 de agosto de 2020

Cubano se lanza al alcantarillado para pescar clarias.

 Por Henry Chirinos.

El hambre en Cuba no tiene límites. Recientemente en redes sociales comenzó a circular un video de un pescador cubano que se lanza en una alcantarilla presuntamente en Cienfuegos, para pescar clarias y “poder comer”. En el material se observa como el hombre saca los especímenes, introducidos en la isla por la “revolución”, de las aguas albañales de la ciudad.


La denuncia fue hecha por el ex prisionero político cubano José Batista Falcón, quien da detalles al respecto: “Ciudad de Cienfuegos en Calle 43 entre 46 y 48, esquina Iglesia Adventista, pescador saca de uno de los alcantarillados de aguas albañales crías de clarias, una de las fuentes de alimentación para dar de comer a su familia”.

Quien graba el video ve con asombro como este cubano saca al pez, que en Cuba es sinónimo de hambre y miseria, ya que Fidel Castro lo introdujo como alternativa ante la falta de carne en el país hace ya varias décadas. Otra cosa que causa alarma es que las clarias salen muertas del alcantarillado, lo que incrementa el riesgo de infectarse por las aguas albañales.  “Claro el las mata dentro del alcantarillado para que no salgan moviéndose y se les vayan por la calle”

«Dios mío eso queda a una cuadra de mi casa y ver eso me confirma que jamás comeré ese animal, Dios que asco», dice una usuario al reaccionar en la publicación. «Esa es la mierda de pez que nos están dando de comer en picadillos y embutidos , igual que si fuéramos animales», denuncia otro.

El castrismo promueve la ingesta de claria como alternativa al pollo o la carne de res, proteínas que escasean en Cuba, pero solo para el pueblo, ya que altos dirigentes no se atreven a probar esta especia invasora.

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martes, 25 de agosto de 2020

Se va el CUC y comienza la carrera por el dólar.

 Por Ernesto Pérez Chang.

La eliminación del CUC no reportará beneficios a los más vulnerables.

Como ha venido sucediendo desde el año 2011, cuando por primera vez el Gobierno cubano habló de la necesidad de eliminar el CUC, otra vez vuelven a circular con fuerza los rumores sobre la probable desaparición del llamado “peso convertible”.

Ha sido casi una década en que la misma cantaleta, perdón, “promesa”, ha ocupado titulares dentro y fuera de Cuba sin que al final suceda nada, de modo que, en cualquier momento nos pudiera pasar algo muy parecido a lo que narraba aquella fábula donde alguien, por diversión, vociferaba que se acercaba el lobo hasta que, un buen día, la bestia llegó de verdad y tomó a todos por sorpresa.

Y en este caso se trata de un monstruo que pudiera literalmente “desangrar” a unos cuantos no solo en la Isla, más cuando el zarpazo llegaría precedido de los efectos catastróficos de la pandemia y hasta de un evento meteorológico que probablemente arroje más miseria que aguas para aliviar una peculiar situación de sequía: el líquido falta en los hogares pero sobra para llenar albercas en hoteles y regar campos de golf.

Regresemos al CUC: en esta ocasión los comentarios en la calle han venido acompañados de extensos reportajes sobre el tema en los principales medios periodísticos del régimen pero, nada esclarecedores, ninguno ha ventilado las principales dudas de las personas y, contrario al propósito de calmar los ánimos, han provocado que aumente el temor entre quienes sospechan que la medida pudiera hacerse efectiva incluso en los primeros días de septiembre.

En medio de la contingencia de la COVID-19, paralizada o limitada toda la actividad económica en la capital, incluidos los servicios comerciales, bancarios y de transporte, la posibilidad de que en breve sea decretado el “Día Cero” mantiene muy preocupados a aquellos que, desde hace años, han optado por conservar el dinero en las casas, debajo del colchón, y no en los bancos debido, primero, a la desconfianza casi generalizada en las instituciones financieras del Gobierno y, segundo, porque no es un secreto que una buena parte de los cubanos obtienen sus ganancias personales por medio de actividades económicas que son consideradas como delitos por el régimen, aun cuando muchas responden a dinámicas y procesos que en cualquier otro lugar del mundo serían considerados como normales.

Lo cierto es que, a diferencia de años anteriores, los rumores en esta oportunidad han llegado anclados a una serie de “señales” que los dotan de muchísima credibilidad, como sería el caso del número creciente de Casas de Cambio (Cadeca) que han cerrado en todo el país y la suspensión del canje de CUC a CUP o de grandes volúmenes de dinero en las Cadecas que todavía existen.

Ahora, tales actividades están limitadas solo a los bancos, aun cuando los servicios de estos se hayan visto congestionados a raíz de la creación de las tiendas en dólares o MLC, otra señal de la muerte declarada al CUC. Aunque fuera creado en su momento como “moneda libremente convertible”, al CUC, excluido y discriminado, ahora le fue retirado automáticamente todo su valor canjeable en divisas.

Otra señal de que esta vez sí pudiera ir en serio la desaparición del CUC en apenas unos días son los seminarios de capacitación impartidos por el Ministerio de Finanzas y Precios aun en medio de las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia.

De acuerdo con fuentes vinculadas a ese ministerio, así como al Banco Central de Cuba, durante las últimas semanas fueron retomados los talleres de instrucción dirigidos a funcionarios de los departamentos económicos de las empresas estatales, con el propósito de alistarlos para una transición que probablemente ocurra entre los meses de octubre y noviembre del presente año.

En esas mismas reuniones, de acuerdo con las mismas fuentes, no solo se ha abordado el asunto de la unificación monetaria y cambiaria sino que se ha anunciado, para los primeros meses de 2021, el inicio de un proceso para elevar los salarios en el sector productivo teniendo como meta aumentar por sobre los 800 pesos (CUP) el salario mínimo mensual, que ha sido calculado teniendo en cuenta el costo actual de una “canasta básica” que, en buena lid, es mucho más imaginaria y fantasiosa que real, debido al desabastecimiento, la baja productividad de las empresas y, en resumen, al pésimo manejo de la economía por parte del régimen.

Una Cadeca, en La Habana.

Todo parece indicar que si bien es cierto que tales seminarios han enfatizado en la puesta al día de la documentación necesaria para el proceso de extinción del CUC,  también llevarían como propósito “secundario” el intentar aplacar el malestar creciente con promesas que no tienen respaldo en la realidad, más cuando lo que está sucediendo es que cientos de miles de trabajadores han estado durante más de cinco meses intentando sobrevivir con menos de un dólar diario en un país totalmente desabastecido, sin las condiciones de salubridad y alimentación mínimas para enfrentar una pandemia, bajo el temor de perder definitivamente el empleo y, lo que es peor, sin acceso a las “ganancias extra-salariales”, no legales, que surgen de la casi obligatoria participación en el mercado informal.

La eliminación del CUC es una medida sin dudas favorable al régimen pero que, contrario a lo que se afirma como propaganda política e ideológica en los medios de prensa oficialistas, generará situaciones trágicas para muchas personas no solo por la probable pérdida que pueda representar en sus ahorros personales e “informales” si el proceso es realizado de manera sorpresiva sino por el hecho de que el dólar, cuya obtención y tenencia son privilegios exclusivos de quienes reciben remesas del exterior o viajan con frecuencia al extranjero, marcará las pautas del día a día del cubano de a pie, obligándolo a participar de un juego económico macabro, manipulador, donde los ciudadanos son categorizados socialmente de acuerdo con la moneda en que reciban sus ingresos personales.

Al final, aunque pretendan hacer creer lo contrario, se trata de una jugada sobre el tablero de la dolarización total de la economía. La desaparición del CUC, una moneda que también en su momento y hasta hace apenas unos días dividió a la sociedad en “solventes” y “subsidiados”, encarrila a todos los cubanos en una maratón por el dólar, y las pruebas están en esas redadas policiales contra los canjeadores de moneda y además contra quienes compran en las tiendas MLC para luego revender los productos con un margen de ganancia.

Los operativos policiales que el régimen pretende exhibir como justos, en tanto evitarían la especulación, en realidad son un modo nada sutil, más bien grosero, de decirnos que si queremos comprar un refrigerador, un teléfono celular, un televisor o incluso comer un poquito mejor, de nada nos sirve la “moneda nacional”, así que tendremos que rompernos la cabeza pensando en cómo ganar billetes verdes del “enemigo” y no “pesos cubanos” porque con estos últimos -que paradójicamente es la moneda con la cual el propio régimen continuará pagando los salarios estatales-, no se puede adquirir dólares en los bancos. Buena encerrona hacia la que marchamos todos.

En tal sentido, la guerra desatada contra la “especulación” no se justifica en una “protección de los consumidores”, mucho menos en la falacia de la “igualdad socialista” sino tan solo en la estrategia de acorralar al ciudadano para que salga a “luchar” el dólar a como dé lugar. Pensemos tan solo en que la mayoría de los jubilados, cuyas pensiones no superan los 10 dólares mensuales, no compran ni comprarán jamás en tiendas MLC ni en las de CUC. Es que a duras penas lo hacen en la ruinosa bodega del barrio.

La desaparición del CUC pudiera ocurrir en unos días, probablemente antes de diciembre, pero tal decisión, aunque desde el Gobierno pretendan vendérnosla como la “cura milagrosa” contra esa epidemia aún peor que padece la economía cubana desde mucho antes del coronavirus y que se llama “Partido Comunista”, no beneficiará en lo absoluto a los cubanos que ganan sus salarios en pesos cubanos, aunque hay que reconocer que, probablemente, sea el detonante que sacuda y haga despertar a los que aún quedan dormidos, poniéndole fin a una pesadilla de más de medio siglo.

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lunes, 24 de agosto de 2020

La unificación monetaria y el “horizonte” como destino.

Por Miriam Celaya.

La economía cubana y la dualidad monetaria. 

Una nota recientemente publicada por la prensa oficial cubana, vuelve sobre el repetido y hasta ahora no resuelto tema de la unificación monetaria, a través de una entrevista realizada por su autora a varios especialistas del Banco Central de Cuba.

Dichos funcionarios coincidieron en la importancia de la unificación monetaria y cambiaria como una “condición necesaria, aunque no suficiente, para reordenar y actualizar la economía nacional” y ofrecieron su visión sobre los orígenes de la dualidad monetaria y sus antecedentes históricos, con una explicación acerca de cuál sería el entorno económico ideal del país para que (finalmente) el dinero cumpla sus funciones.

Sería ocioso repetir lo dicho por los expertos, funcionarios gubernamentales a fin de cuentas, cuyo discurso en nada difiere de las incontables explicaciones vertidas sobre este controversial asunto desde que, en 2011, el entonces General-Presidente tuvo una epifanía y declaró que era hora de unificar las dos monedas nacionales. Casi diez años después todavía no se ha consumado el milagro.

Cabría esperar que estos altos burócratas de las arcas nacionales, protagonistas de la nota de referencia, nos hubieran ofrecido algún avance sobre las estrategias de soluciones que, supuestamente, se están aplicando para cortar el nudo gordiano de la dualidad monetaria y cambiaria. O, como mínimo, debieron aclarar en qué punto estamos en los pasos y etapas que supuestamente se planearon en los “Lineamientos” se estarían dando para hacer posible (si es que lo fuera) la tan esperada unificación.

Se hubiera agradecido un poco de luz en medio de una realidad tan confusa y oscura que las monedas -lejos de unificarse- se siguen diversificando. La reciente irrupción de las divisas extranjeras en el sistema de comercio nacional multiplica las distorsiones, profundizando la devaluación de las monedas cubanas, robusteciendo el mercado negro cambiario y reforzando las ya grandes brechas sociales existentes entre los sectores más empobrecidos y sin acceso a las divisas, y los “privilegiados” que cuentan con alguna fuente de ingresos en moneda extranjera.

Es decir, que al día de hoy lo más lesivo a nivel social, más allá de la cosa financiera, no es ya el viejo problema de la existencia de dos monedas, sino la coexistencia de dos tipos de monedas: por un lado, las nativas (CUP y CUC), con presencia física en el deprimido comercio nacional, sin valor real y sin respaldo financiero, un triste remedo de las antiguas fichas de central azucarero de herencia colonial; y por otro, las divisas extranjeras, con valor real pero con presencia solo virtual (dolarización solapada), y privilegiadas dentro del propio sistema de comercio nacional (apartheid comercial) con la habilitación de mercados destinados exclusivamente a quienes tienen acceso a ellas a través de tarjetas magnéticas ancladas a cuentas bancarias en moneda libremente convertible.

Obviamente, aunque es inobjetable la urgencia de captar divisas, lo cual -según declaran los expertos vernáculos- teóricamente debería contribuir a acelerar la unificación monetaria, en la práctica éste sería un proceso extremadamente largo debido a la crisis económica interna agravada por la severa crisis económica global actual relacionada con la pandemia de la COVID-19) y a la vez con un costo social impredecible, teniendo en cuenta la crispación al interior de la Isla, el creciente descontento, el incremento de las medidas represivas y los controles policiales y parapoliciales, y el evidente distanciamiento entre “gobierno” y “gobernados”.

Resulta, entonces, bastante improbable -por decir un adjetivo amable- que en medio de semejante tormenta se puedan “sanear las finanzas internas” y “crear un entorno ideal para que el dinero cubano cumpla sus funciones”. Salvo que los jerarcas tengan algún as bajo la manga, lo cual jamás ha sido favorable para el común de los cubanos.

Pese a todo esto, y a propósito de la soñada unificación monetaria, Karina Cruz Simón, especialista de la Dirección de Estudios Económicos expuso premisas que a la luz de la situación actual constituyen puras quimeras. La “clave”, plantea la experta, es estabilizar la moneda nacional, lo cual se logra, entre otros factores, “garantizando que los procesos de emisión de dinero se correspondan con la evolución de la economía real o productiva”.

Lo que no menciona esta funcionaria es cómo cree que se pueda realizar semejante sortilegio. Como si no se hubiera comprobado suficientemente a lo largo de todo el experimento castrista que una economía “real o productiva” requiere de manera imperativa impulsar sin más demora una transformación profunda de las relaciones de propiedad en Cuba: otra distorsión igualmente compleja y de larga data que comenzó desde los albores mismos de la llamada revolución y ha sido la base del desastre económico nacional.

Lograr ese “escenario favorable para que el peso cubano pueda cumplir con sus funciones y se logren preservar los equilibrios macroeconómicos” no depende solo (ni mágicamente) de los factores que mencionó Cruz Simón y que también resultan inalcanzables si Cuba no se abre a la economía de mercado y si, simultáneamente, no se reconocen los derechos económicos, políticos y sociales de sus ciudadanos para que participen como protagonistas y no como rehenes en el nuevo escenario económico.

El obstáculo fundamental para avanzar en las dos caras de la necesaria unificación y revalorización de la moneda nacional -economía y finanzas- es el obsoleto y demostradamente fallido principio de “planificación general de la economía”, que es el nuevo eufemismo para referirse a una economía centralizada.

En realidad, todas las propuestas “renovadoras” lanzadas hasta el momento por el Poder político en aras de “echar a andar la economía” solo tienden a blindar ese centralismo estatal fracasado y a perpetuar al mismo poder en sus privilegios. Y es esa tozudez la que impide en primer término el avance de la economía y, en última instancia, hacer posible la unificación monetaria. Cuando se han vivido 60 años de totalitarismo y descalabros económicos ininterrumpidos no es preciso ser un especialista en la materia para entenderlo así.

Pero, para no pecar de injustos, habrá que reconocerles alguna coherencia. Ya el propio título de la nota de Granma lo anunciaba sin afeites: la unificación monetaria de Cuba está “en el horizonte” … Y es sabido que el horizonte es una línea imaginaria e inalcanzable. Es en esa línea donde siempre ha situado el Poder todas sus promesas de prosperidad, y allá siguen nuestros destinos. Al menos en eso nunca nos han mentido. 

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sábado, 22 de agosto de 2020

En Cuba hay hambre porque hay marxismo.

Por Roberto Álvarez Quiñones.

Increíble, pero cierto. 31 años después de la caída del Muro de Berlín y de que el sistema comunista marxista-leninista, también llamado "socialismo real", fuera sepultado en Europa por inviable e inhumano, modificado en Asia (excepto en Corea del Norte) porque impedía el desarrollo, y hecho pedazos a Cuba, hoy cobra fuerza en todas partes, incluso en Estados Unidos.

Cuando comento esta paradoja con algunos amigos latinoamericanos, me dicen que ni en Cuba ni en ningún otro país ha habido nunca marxismo porque este jamás se ha interpretado ni aplicado correctamente. No saben cómo calificar a la "revolución cubana", pero insisten en que no es marxista.

La mayoría de los profesores universitarios en Occidente, así como la izquierda socialista -incluida la que en EEUU trata de imponerse dentro de la candidatura presidencial de Joe Biden-, aseguran que el sistema comunista instalado en 35 países en el siglo XX no fue marxista, sino una distorsión de las doctrinas de Marx, de lo cual culpan a Lenin, Stalin, Trotski, Mao, Ho-Chi Minh, Kim Il Sung, Pol Pot, Fidel Castro y demás dictadores comunistas.

Y hasta suena lógico ese rechazo. Nadie quiere cargar moralmente con los 100 millones de cadáveres que dejó el comunismo, cifra que casi duplica el total de muertes causadas por la Segunda Guerra Mundial.

Hay además un problema semántico en esto. Fueron Lenin y los bolcheviques los que calificaron de socialismo al comunismo marxista instaurado en Rusia en 1917, porque según Karl Marx, para llegar al comunismo, primero había que construir el socialismo. Pero nunca le quitaron el nombre al Partido Comunista. O sea, el socialismo se construía en Rusia -y luego en casi 40 naciones- por partidos comunistas, no por partidos socialistas, nombre que usan los socialdemócratas, que no son comunistas.

Les pregunto a esos amigos citados qué fue entonces el Che Guevara, quien por su sólida formación marxista resultó encargado por Fidel Castro de instalar en Cuba el sistema de economía centralmente planificada, corazón de la "dictadura del proletariado", período de transición entre el capitalismo y el comunismo según Marx, y dirigida por un Partido Comunista. Sus respuestas son imprecisas.

Stalin, más marxista que Lenin.

Guevara era comunista, o sea, marxista, y tanto o más que Castro, como Trotski lo fue más que Lenin al defender la "revolución permanente" a nivel mundial que proponía Marx. Incluso Stalin, a quien la izquierda culpa de haber denigrado al marxismo, fue más marxista que Lenin, pues abolió los negocios privados que Lenin permitió con la Nueva Política Económica (NEP) desde 1921. Según Marx, no podía haber ningún tipo de propiedad privada en la construcción del socialismo.

Cuando se constituyó la Liga de los Comunistas en 1848, cuyo programa fue redactado por Marx y Engels y titulado Manifiesto del Partido Comunista, el lema fue "¡Proletarios de todos los países, uníos!", un grito de guerra llamando a la acción para "el derrocamiento de la burguesía" en todo el mundo, como reza el primer artículo de los estatutos de la Liga.

Eso fue lo que hizo el Che Guevara 119 años después, al llamar a "crear dos, tres, muchos Vietnam" para acabar con el imperialismo y el capitalismo internacionalmente. Y lo que hizo Fidel Castro al intervenir militarmente en 22 países con tropas regulares cubanas, o con grupos guerrilleros enviados desde Cuba, o entrenados y armados en la Isla. Igualmente es marxista Raúl Castro, quien desde muy joven se hizo militante de la Juventud Socialista, ala juvenil del partido de los comunistas cubanos, el PSP. Porque que el general Castro y su claque militar conformen una mafia interesada solo en enriquecerse mientras el pueblo pasa hambre, no excluye que sean marxistas. Al contrario, en Cuba hay hambre porque hay marxismo.

La hay desde que en octubre de 1960 se empezó a aplicar la teoría marxista: estatización de la economía, planificación económica centralizada, y la ley del valor (mercado) dejó de regir la actividad económica. Eso sigue vigente. Hoy el Estado castrista genera el 93% del (escaso) PIB cubano.

Marx, político incendiario, antidemocrático hasta la médula.

Muchos académicos insisten en que el marxismo es una "megateoría" de ideas filosóficas, económicas, sociales e históricas imprescindibles para reformar la sociedad y hacerla más democrática y justa.

Falso. Eso es una cortina intelectual para ocultar que Marx fue antidemocrático hasta el tuétano. Fue enemigo acérrimo de la Constitución Francesa de 1795 durante la Revolución, que tuvo como preámbulo la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano.

"El Moro", como le llamaban sus allegados pese a que era judío (a quienes odiaba e insultaba), no fue un pacífico académico interesado en crear una "megateoría" filosófico-social que fuera leída tranquilamente en las bibliotecas.

El consideraba que "la violencia es la partera de la historia", y ya en 1845, en sus Tesis sobre Feuerbach, presentó sus credenciales de violento e iconoclasta agitador político: "Los filósofos –escribió- no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo". Más claro ni el agua.

Y para transformarlo aportó su doctrina como instrumento "revolucionario" que acabara violentamente con el orden burgués, implantara la "dictadura del proletariado", y construyera el socialismo para alcanzar el comunismo -¿1.000 años después?-, la sociedad paradisíaca sin Estado, gobierno ni moneda.

El único marxismo, el de puño y letra de Marx, es retrógrado, una vía para regresar a los tiempos de las monarquías absoluta, cuando el Estado lo era todo, el individuo nada, y no se conocían las libertades individuales que hicieron posible la modernidad.

Si la utopía marxista -más delirante que la de Tomás Moro y más sanguinaria que la de los jacobinos- se llevó a la práctica fue porque Marx aportó los instrumentos para tomar el poder: el Partido Comunista, El Capital, con su crítica al sistema capitalista, y varias tesis "revolucionarias". El experimento estuvo en el laboratorio de la vida 74 años, y los resultados fueron catastróficos.

No han sufrido el comunismo en carne propia.

No aceptar esa realidad conduce a fantasías por tres motivos: 1) se confunde el deseo con la realidad; 2) no se conoce a fondo a Marx, ni su doctrina política; y 3) no se ha sufrido el comunismo en carne propia.

Luego del funeral del comunismo en Europa y de su hibridación con el capitalismo en China y Vietnam, la izquierda radical adopta con el marxismo una posición dual. Por una parte, lo toma como un dogma, una especie de fe religiosa que irónicamente niega el ateísmo marxista; y por la otra lo usa como plataforma política para alcanzar el poder y repetir la misma trágica historia del comunismo en el siglo XX.

Ambas corrientes apoyan a la dictadura castrista, no importa lo que haga. Pero se ofenden si se les llama comunistas. Rechazan el término pues les huele a fracaso. ¿Pero se puede ser marxista sin ser comunista?

El marxismo es comunismo y el comunismo es marxismo, son la misma cosa. Marx rescató la palabra comunismo de las comunas de Platón para diferenciarse de los demás socialistas, a quienes llamaba "parlamentaristas idiotas", pues propugnaban tomar el poder mediante elecciones y no por la fuerza. Mientras más a fondo se estudia a Marx, más aflora su desprecio por el pluralismo democrático moderno.

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No es el carnaval Manzanillo 2020, es la cola para el aceite.

Por Lorena Urbina.

El influencer cubano Yander Serra, residente en Manzanilo, Granma, lleno de indignación publicó un par de fotografías en las que se veía una inmensa cola para adquirir aceite, en la que la población no cumplió con el distanciamiento social.

No, no es el carnaval Manzanillo 2020, es la cola para el aceite.

La comparación con el carnaval de Manzanillo, llega debido a la cantidad de personas que estaban amontonadas en la calle, tal como ocurre en cada año en la popular celebración; la cual quedó cancelada este 2020 debido a la pandemia del coronavirus.

Las imágenes colgadas en las redes sociales por Serra, revelan cómo la ciudadanía no tiene ningún tipo de tenor a contagiarse con el COVID-19, pues además de estar aglomerados, la mayoría no contaba con un nasobuco y quienes lo tenían, hacían al uso del mismo.

Para el influencer ganador del Red Cuban Power, la situación le genera dolor y en los comentarios de la publicación comentó que la solución a las denigrantes colas está en manos de la población, pero no se pone en práctica por miedo a la represión del régimen cubano.

A donde ha llegado nuestro país y nosotros como cubanos,esto no es humano no hay respeto ni nos damos a respetar como personas ,como cubano me siento decepcionado al ver en que han convertido mi Cuba.

Por su parte, el cubano Juan Carlos Reyes, también reaccionó con indignación en el post de Facebook: «Es triste ver ese tipo de situación en estos años, cuando Cuba no debería de estar así en la actualidad, pero por desgracia por el gobierno están así. Espero un día Cuba sea libre».

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miércoles, 19 de agosto de 2020

A mí nadie me acallará.

Por Zoé Valdés.

El “más grande escritor cubano vivo” -según él mismo desde su perfil de Facebook- no conoce la diferencia entre una mezzanine (que generalmente en Francia es una cama alta, una litera más alta que el resto, quizás quiso decir “mansarde”) y un inmueble haussmanien que es donde vivo, en una propiedad horizontal.

Con ese garabateado que no arabesco de su retorcida pluma (espejo de su alma) intenta o cree él que podrá callarme e incluso vejarme. Qué pobrejete. Es increíble que no sea ya únicamente el régimen quien intente censurar, ni siquiera los socialistas europeos, ahora también lo hacen estos pretenciosos llegados a última hora y que con casi 50 años en las costillas van de ‘enfants terribles’, todavía estudian en universidades a la carga del contribuyente, y jamás han echado un palo al agua, -que se crean, tan equivocados, que podrán borrar y tachar.

No me importa dónde es que vive OLPL arrastrando la desgracia de ese nombre cuasi palestino, no sé si en un loft new-yorkais o en un efficiency miamense, o adosado o agregado en la casa de la familia de alguna de sus mujeres engañadas de turno. Tampoco me importa nada su habitat. He conocido gente extraordinaria viviendo en un cuartucho y gente muy hijaputa ocupando palacetes y palacios. No suelo ir por la vida midiendo a la gente por sus propiedades o sus alquileres. Lo que a larga es pueril, por no llamarlo provinciano y tercermundista. Además de clasista típico de un fascista declarado.

Lo que sí quiero que quede claro es que a mí nadie me quitará el derecho de pensar, analizar, opinar, criticar, y escribir, sobre lo que yo crea necesario y me de mi realísima gana. Que quede más que claro, nítido.

CubaDecide y su líder, Rosa María Payá Acevedo, más conocida por Risa María Guaidó, a la que cercanos a la administración Trump, o quien sea, han erigido en líder absoluta como única opción frente al Castrocomunismo, sin contar con los cubanos ni con nadie, no deseaban ayudar. Con todo este tiempo perdido entre el barco, los tres contenedores que no alcanzarán ni para tres o cuatro cuadras de Alamar, y que finalmente es muy probable que no llegarán a manos de los cubanos de a pie, lo único que se ha conseguido es el enredo escandaloso muy conveniente para que tilden al exilio de descerebrados o tacaños como mínimo, y de que CubaDecide se corone con una gloria de hojalata.

No sólo no han ayudado a nadie sino que en la peor época del mundo, bajo una plaga espantosa, han jugado despiadadamente con el hambre y las necesidades de todo un pueblo, como mismo hace la tiranía, emulándola. Todo al final por encumbrarse en un pedestal construido con insoportable orgullo y absoluta carencia de pudor y piedad cristianos.

Resulta no sólo imperdonable, es vomitivo crear un nivel tan alto de expectativa entre los hambrientos cubanos con una donación que, de llegar a las familias, competiría (probablemente perdiendo) con la magra ración que ofrece el régimen por la libreta de racionamiento.

Sabíamos que este chanchullo vergonzoso finalizaría en un fracaso todavía peor. Han contribuido entonces a afianzar el poder del régimen en su control y dominación por hambre, y ellos a su vez han manipulado por hambre. Esa es la realidad y no otra.

Toda esa alharaca innecesaria se habría podido evitar si de manera silenciosa y cristiana se hubiera enviado la ayuda de familia a familia. Habría llegado antes y habría sido entregada tal vez con seguridad. Pero esa no fue nunca la intención. La intención fue, qué duda cabe, el espectáculo alrededor de la desolación para encumbrar a un grupito y a su líder. Entonces, no resinguen más, porque no son más que una pandillita que actúa como bandoleros deseando sustituir a la anterior. Otra pandillita peor que la anterior, porque esta ni siquiera se ha alzado en ninguna parte como no sea sobre su propia soberbia, armados con el ansia de censurar y acabar con todo aquel que no les ría la gracia.

Por último, ¿ya fueron a reclamar la donación a Mariel encabezando la supuesta manifestación los Yoani y su marido y la hija de su marido, o sea la familia empresaria de 14ymiedo, Cuesta Morúa, Berta y Moya, José Daniel Ferrer y sus incalculable cifra de miembros de la UNPACU? ¿Todavía no? ¿A qué esperan, a otro berrinche de Liudmila Mercado?

Conmigo no cuenten. Sepan que los desprecio al mismo nivel que desprecio a la tiranía.

Ah, y nadie me va a acallar. ¿Qué se creen? 

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martes, 18 de agosto de 2020

Cubanos amontonados como animales para poder comprar jabón y shampoo.

Por Lorena Urbina.

Mientras el régimen asegura que el rebrote del coronavirus se debe a las fiestas, los cubanos siguen amontonados en unas colas, para poder adquirir productos básicos escasos como jabón y shampoo en Pinar del Río.

Evadiendo toda la responsabilidad de provocar las extensas filas afuera de las tiendas, el régimen busca adjudicar los contagios masivos de la COVID-19 a otros eventos, sin embargo, en imágenes ha quedado grabado cómo los pinareños estuvieron aglomerados en la tienda La Mía, para comprar artículos de higiene personal, los cuales también son necesario para prevenir el contagio.

En medio de un escándalo, los cubanos estuvieron amontonados, sin el más mínimo respeto por el distanciamiento social, sin usar bien el nasobuco y pegados unos con otros para evitar que alguien se colara, luego de pasar horas en el establecimiento haciendo la cola porque había llegado dos de los productos que más escasean, shampoo y jabón.

Lea también: Coronavirus en Cuba reporta 48 nuevos contagios, casi todos concentrados en La Habana

Ninguno de estos tipos de eventos de aglomeración masiva, sale en los reportes diarios del régimen cubano sobre el rebrote de la COVID-19 y tampoco en la prensa castrista que solo se enfoca en las tiendas para hablar de los coleros y revendedores, pero nunca de las colas producto de la negligencia de la cúpula, para garantizar la producción y el abastecimiento en el país.

No existe ningún informe sobre la exposición a la que millones se arriesgan al hacer las colas en las calles, insisten en que es culpa de los cubanos por reunirse en tiempo donde el riesgo de contagio sigue latente y los obligan al confinamiento obligatorio en sus viviendas, de la que de igual forma, la población debe salir para comprar en las tiendas, donde es posible que terminen contagiados, por el incumplimiento del distanciamiento social y los cubanos tienen que estar amontonados, unos sobre otros como animales.

El Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), informó este lunes sobre otros nuevos 48 contagios de coronavirus, para acumular 582 pacientes positivos activos, que suman 3 mil 364 casos confirmados desde el brote de la pandemia en Cuba. 

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Régimen cubano sigue sin pagar deudas; España eleva el caso al Club de París.

 Por CubaNet.

El Gobierno de España paralizó el proceso de condonación de los intereses de demora acumulados y de parte de la deuda contraída por Cuba debido al incumplimiento en los pagos por parte del régimen de La Habana.

Destaca el portal digital La Información que el acuerdo de reestructuración de la deuda, firmado en 2015 entre Cuba y un grupo de países acreedores en el marco del Club de París, permitiría la condonación de la totalidad de los intereses de demora acumulados y de una porción del principal de la deuda a medida que La Habana fuera cumpliendo con un programa de pagos que preveían la liquidación total de la deuda pendiente de abono en el mes de octubre de 2033.

El reporte indica que el régimen cubano tenía hasta el 31 de octubre de 2019 para haber ejecutado el pago de la anualidad en tiempo y forma y que, además, disponía de otros dos meses para satisfacer ese pago con una penalización mínima del 1,5 por ciento. Sin embargo, La Habana incumplió ambos plazos.

Según consta en las cuentas anuales del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) del Instituto de Crédito Oficial (ICO), encargado de la gestión del programa de refinanciación de deuda de Cuba, ante el impago de la anualidad acordada, el Gobierno de España ha decidido elevar el asunto al Club de París.

ICO señala que el 31 de diciembre de 2019, la Isla caribeña aún tenía pendiente de condonación alrededor de 160 millones de euros de los 201,5 millones a los que hace referencia el acuerdo.

Ahora, los retrasos acumulados desde la fecha de vencimiento del pago de la anualidad se penalizarán con un tipo de interés del 9 por ciento, lo que hará crecer de nuevo el saldo pendiente de devolución.

Los impagos de La Habana se han hecho extensivos a otros 13 países acreedores del régimen, entre ellos Francia, Canadá y Japón.

Pese a estos incumplimientos, se espera que en el marco del Club de París se conceda una moratoria de un año a Cuba para atender sus compromisos con los países acreedores como alivio por la crisis mundial desatada por el coronavirus. Aunque no se descarta algún tipo de penalización, esta siempre estaría por debajo del 9 por ciento que establece el acuerdo rubricado en 2015.

Durante un intercambio en el parlamento celebrado en junio, autoridades españolas revelaron que la deuda del régimen con el gobierno de la nación ibérica ascendía a los 1 970,66 millones de euros.

La cifra, difundida por la agencia Europa Press, databa del pasado 31 de enero y representaba casi las dos terceras partes del total de la deuda de toda Iberoamérica, unos 3 000 millones de euros.

Los 1 970,66 millones de euros registrados en 2020 casi cuatriplican los 537,3 millones de euros en que se encontraba la deuda en 2015, año en que España, en el marco del acuerdo multilateral entre acreedores, condonó a la Isla 1 709,9 millones de euros en concepto de intereses.

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lunes, 17 de agosto de 2020

El dólar regresa a Cuba.

Por Iván García.

El agua comienza a hervir en una cazuela abollada y amenaza con derramarse sobre la cocina de gas. Omar, 65 años, se aparta de la olla eléctrica donde adoba un potaje de frijoles negros y apaga el fogón donde hierve agua para tomar. Desde que murió su esposa, cocina para sus dos hijos y tres nietos, quienes continúan residiendo en una casona antigua de puntal alto en Marianao, municipio al oeste de La Habana.

Sus dos hijos son profesionales, uno es ingeniero, el otro médico. Omar siente pena por ellos. “Es una vergüenza. Con títulos universitarios y tienen que vivir agregados conmigo. El dinero que les paga el Estado no les alcanza ni para satisfacer sus necesidades más elementales”.

Pasada las nueve de la noche, cuando terminan de comer, Omar se prepara un trago de aguardiente y con sus hijos y un par de vecinos arman una tertulia nocturna, en los sillones de hierro del portal. Corre una brisa ligera que amortigua el terrible calor veraniego. El tema a debatir siempre es el mismo: la crisis económica, el desabastecimiento general y el descontento social.

Omar hizo de todo para mantener a su familia. “Toqué las claves en un grupo musical, trabajé en la construcción y fui jefe de almacén en un agromercado. Mi premisa era buscar cuatro pesos y llegar a casa cargado de comida. En los años 70 estuve preso por enriquecimiento ilícito y en los 80 por tenencia de divisas. Si te cogían con un billete de esos mismos dólares que ahora son oro molido, te sancionaban a cuatro años de cárcel”, recuerda y añade:

“Estoy de acuerdo que los ciudadanos y los políticos cambien de parecer. Pero me jode que este gobierno, que se pasó un montón de años atacando a los ‘gusanos’, ni siquiera le pida una disculpa pública a los miles de emigrados que humillaron antes de marcharse del país. Esta gente (el régimen) no tiene ni una gota de principio”.

Sus dos hijos asienten. El mayor comenta que en su empresa todos se quejan de la nueva estrategia de abrir tiendas en moneda libremente convertible para un segmento exclusivo de cubanos. “Le hemos preguntado al sindicato y al partido si la estimulación en pesos convertibles no las pagarían en dólares. Dijeron que no. ¿Para qué queremos ahora los cuc si solo sirven para comprar, después de hacer una cola tremenda, un paquete de pollo y dos de salchichas? Para eso hemos quedados. Somos ciudadanos de tercera clase”.

Su hermano, médico, cuenta que “varios colegas que estuvieron en misiones en el extranjero, están disgustadísimos. La parte que le pagan por su trabajo (el Estado se queda con el 75 por ciento) que se suponía fuera en dólares o euros, se rumora que el gobierno lo va poner en una cuenta en chavitos (cuc). Eso ha creado tremenda indignación. Además que se sacrifican, les quieren pagar con una moneda que apenas sirve para nada. Nadie entiende por qué si en Italia o Qatar se le paga su salario en euros o dólares, el gobierno no les sitúa el dinero en divisas”.

Los vecinos de Omar le echan más leña al fuego. “Esta ofensiva para cazar dólares que ha montado el gobierno me parece demencial. Ni cuando el oro y la plata. Te obligan a guardar la divisa en una cuenta que después solo puedes extraer en cuc. Es una estafa. Tengo un amigo que tiene alrededor de 10 mil dólares en una sucursal del Banco Metropolitano y quiere sacarlos. Lleva seis meses yendo todas las semanas para sacar 200 o 300 dólares y la mayor parte de las veces le dicen que no tienen liquidez. Todavía le falta por extraer unos 7 mil dólares. La gente en la calle se pregunta qué hace el gobierno con los fulas”, se queja uno de los vecinos de Omar.

El otro vecino, militar retirado, asegura que resulta muy sospechoso el entramado montado en Cuba para captar divisas. “Fidel Castro fue el que inventó todas esas empresas paralelas para recaudar dólares. Tenía su fin: pagar las guerras en África y la subversión en Centroamérica y de vez en cuando cogía ese dinero para construir laboratorios de biotecnología. Pero desde que Raúl llegó al poder el dinero se evapora. O lo coge GAESA para construir hoteles, una parte es pagar la deuda externa y la otra vaya usted a saber dónde va a parar. Fidel trataba de que un grupo de trabajadores y empresas mixtas cobraran una migaja en divisa. Pero ahora ni eso. Excepto los altos oficiales de las FAR y el MININT, que tienen tarjetas para comprar en las tiendas por dólares, el resto del pueblo, si no recibe remesas, tienen que comprarlo en el mercado negro”.

Por una investigación periodística publicada el 20 de julio de 2020, se supo que militares de alto rango utilizan una tarjeta de RED en apariencia ordinaria, en pesos cubanos (cup), pero que al introducirla en una terminal admite operaciones que no son permitidas a otras tarjetas similares emitidas por FINCIMEX S.A. Con esa tarjeta, a oficiales de alta graduación se les canjea el dólar a uno por uno contra el peso. Por ejemplo, si ganan tres mil pesos se les convierte en tres mil dólares.

Una fuente contó a Diario Las Américas que es real. “Pero es solo para los mokongos (jefes). El gobierno no quiere que vuelva a pasar lo que sucedió cuando en 1993 se despenalizó el dólar, que una parte importante del dinero que ingresaba no estaba respaldado por divisas extranjeras, pues era una estimulación gubernamental sin sustento en moneda dura”. Entonces, le pregunto ¿creará el régimen un mecanismo para que la estimulación salarial en divisas que alrededor de un millón y medio de trabajadores cobran puedan comprar en las tiendas dolarizadas?

“Por ahora no está previsto. La estrategia es captar las divisas que entran por concepto de remesas. Incluso, a las misiones médicas que cobran divisas, se estudia qué porcentaje le entregarían. Esto afecta también a personas que tienen familiares en el exterior y reciben remesas, pues las sucursales de la Western Union en Cuba pagan en cuc. Un por ciento alto de personas que reciben dólares, por el disparate de Fidel Castro de crear una moneda tapadera como el peso cubano convertible, no cobran en dólares y también se ven perjudicados”, responde la fuente.

Para Dubiel, economista, obtener dólares se ha convertido en una odisea. “Hace un año el dólar estaba por debajo o igual que el peso convertible. En estos momentos se cotiza entre 1.30 y 1.80. Cuando se abran tiendas de ropa, muebles y materiales de la construcción en dólares, y se prohíba el tráfico de mercancías de las ‘mulas’, es probable que siga subiendo. Mi pronóstico es que para fin de año, por un dólar en el mercado negro se pague dos o tres cuc o 75 pesos».

Como no hay vuelos entre Cuba y Estados Unidos, las agencias que giran dinero a la isla también están pagando en cuc. Según Dubiel, «cuando abran las fronteras es muy probable que las agencias, sabiendo que tendrán un monopolio con la entrega de dólares a domicilio, cobrarán gabelas más altas. La única manera de tener dólares que luego le sea rentable a las personas en Cuba, para comprar o para tener un margen de beneficio con su venta, es recibirlo al cash”.

El jubilado Omar lo ve como un escarmiento. “La prensa cubana dedica amplio espacio a criticar y hablar horrores de Estados Unidos. Sin embargo necesitamos su moneda para sobrevivir. Vaya contradicción”.

Seis décadas de campaña mediática por parte del régimen intentando desacreditar a Estados UNidos no ha sido suficiente para desalentar a un segmento amplio de cubanos que siguen soñando con poder emigrar a las ‘extrañas del monstruo’. Anhelan radicarse en Miami, manejar un Ford del año y comprar la última versión de iPhone.

El regreso del dólar a Cuba es una gran derrota política para la autocracia verde olivo. Un Waterloo monetario.
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La bolsa o la vida.

Por Carlos Lechuga.

El mensajero tiene 70 años y es igualito a Benny Moré. A un Benny Moré viejo, machacado por el sol, la miseria y las colas. El tipo es súper buena gente, honrado, humilde. Un tipo que te dan ganas de dejarlo en la casa y cuidarlo como si fuera tu abuelo. El mensajero está entre la espada y la pared: si no sale a la calle a lucharse los pesos, se muere de hambre, pero al mismo tiempo, cuando sale, arriesga su vida. El cerco se va cerrando, los casos aumentan.

No solo su edad es el problema, o que tenga que pasarse horas en una cola llena de gente que empuja y no respeta el espacio. Gente que no usa cubrebocas. Gente, más joven, más bicha, que al final del día se queda con todo el pollo, toda la pasta o todo el aceite. El lío es que después tiene que ir casa por casa tratando de vender lo que consiguió. Casas que él no sabe si son peligrosas. No sabe si yo mismo ayer estuve con una prima enferma, o con un socio asintomático.

El mensajero vive en un riesgo constante.

Al principio le dije a mi madre que debíamos cuidarlo, que no podíamos seguir usándolo, pero al final de la jornada él iba a seguir trabajando. Tenía que mantener a su esposa, ya mayor. Tenía que comer. Y eso era lo que hacía. Lo que le daba resultado. Lo iba a seguir haciendo. Entonces, a partir de ese momento, lo seguimos usando, pero dándole un poco más de dinero.

Par de veces, cuando el cobro no había llegado, tuve que dejarlo ir. Dejarlo ir es no ayudarlo y verlo marcharse bajo el sol con sus pesadas bolsas. La vida en la isla desde hace rato no es nada fácil, pero ahora la cosa está peor. Como en la ley de la selva, cada uno tira para su lado. La lucha por encontrar comida, por guardar comida, por sentirse un poquito seguro en medio de tanta incertidumbre ha hecho que la gente sea más egoísta. Estamos viviendo en el «sálvese el que pueda».

Al mismo tiempo las campañas policiales que pasan por la televisión nacional crean un ambiente de cacería de brujas bien feo. Cuba es un país con bloqueo económico cuyos dirigentes, al mismo tiempo, no han sabido encontrar en sesenta años una solución al problema de la alimentación. Echarles la culpa a los revendedores, a los llamados coleros, es una falta de respeto total. No se puede culpar a la gente que trata de sobrevivir. A la gente que está tratando de comer, de no morirse de hambre. Si el Estado no ha podido o no ha sabido garantizar la comida, no debería buscar justificaciones ni inventar culpables. Nadie come justificaciones.

Las redes sociales, casi todos los días, nos dan muestras del descontento de la población. Gente que, como el mensajero, echó su vida aquí, creyó en esto y nunca, nunca, se ha puesto letal. Pero letal de verdad. Aquí los gobernantes deberían agradecer que el pueblo no se les haya cuadrado y se haya tirado para la calle. Porque la verdad es que la situación es insostenible. Este tipo de cacería policial que ponen en el noticiero, que parece un C.S.I de bajo presupuesto, lo único que hace es dividir a la gente. Dividir al pueblo entre buenos y malos.

El mensajero no tiene edad para hacer una cola que empieza en la noche del día anterior. Colas que duran horas. Colas que llevan a un final bien kafkiano. La gente es «cuidada» o «vigilada» por policías o militares. Solo puedes comprar un poco de alimento. Si ayer compraste picadillo, hoy te toca puré de tomate. Y un millón de tallas raras.

El mensajero me contó que, frente a la gasolinera de 25, en Vedado, hay un edificio donde la gente tiene catalejos y se pone a cazar al camión del pollo. Si lo ven venir, luego se echan a dormir en el parque, a coger fresco, y así, en vilo, hasta la mañana. Ya han estado par de veces a punto de comprar el pollo y no se lo han vendido. Porque no vino pesado, porque no vino separado, porque es para repartirlo en las otras tiendas.

El mensajero anda alterado últimamente. No para de hablar de Venezuela. Por meses ha estado pendiente de la situación en Venezuela y teme que ya estemos igual o peor y que no hayamos visto el momento. El momento en que pasamos la línea y nos embarcamos.

En un tiempo tan difícil, en el que mantenerse sano o comer tres veces al día es un lujo y una bendición, al cubano de a pie le duele mucho ver cómo viven ciertos dirigentes, sus hijos y sus nietos. Las redes sociales han permitido que la gente vea viajecitos en barcos, tardes de paellita, carritos cómicos. Mi vecina Antonia tiene su celular lleno de fotos de los hijos y los nietos de una pila de gobernantes.

Sin embargo, el mensajero no quiere que le hablen de eso. Sería muy doloroso, después de echar toda su vida aquí, poniendo el lomo, zapateando para tratar de sacar una familia adelante. Pensar en eso le rompería el coco en dos. ¿Pero sabes cuantas horas dura una cola? ¿Cuántas cosas se te cuelan en la cabeza en cinco o seis horas? Ahí se piensan muchas cosas. Aunque fueras un maestro budista no podrías dejar de pensar en «la cosa».

El mensajero prefiere ver las telenovelas. Las telenovelas cubanas, que son una versión más suave del noticiero. En pleno 2020, para las telenovelas es «osado» mostrar una pareja gay. Una pareja que no puede besarse, que no puede tocarse, que no se acarician. Las telenovelas cubanas inducen y apoyan a la gente para que paran y tengan hijos. La población envejece y hace falta sangre nueva. Nuevos pioneros, nuevos mandaderos, nuevos cubanos de a pie.

A cada rato nos sentamos y hablamos de la novela, le preparo alguna meriendita, tratamos de buscarle el lado positivo a todo. Pero para eso tenemos que evadir hablar de lo obvio, de la «cosa», de lo que está a la cara del cubano.

En una estampida zombi, en una situación de catástrofes, los viejos serían los primeros en perecer. O sea, casi el país entero, ya que la isla tiene un porcentaje súper alto de envejecimiento poblacional. Hace unos años, con cien dólares se llenaba un refrigerador y sobraba dinero. Ahora, una paleta de puerco te puede costar 50 dólares; unos pocos tomates, seis; una bolsita de papa, cuatro. Y estos alimentos son para los afortunados. No tengo la menor idea de cómo vive la gente. ¿Cómo hacen para llegar a fin de mes?

El mensajero le lleva comida a un tipo que tiene una casa con dos delfines de concreto en la entrada y una piscina en el patio. A una mujer que tiene otros cinco mensajeros como él y que solo puede tomar refresco de latica de afuera. A un restaurante que hace comida a domicilio; ahí le dan almuerzo y lo ayudan para que se lleve cosas para la casa, para la señora.

El mensajero camina y camina con sus zapatos rotos bajo el sol de julio y bajo el sol de agosto. Ir de Plaza a Nuevo Vedado le da tiempo a pensar: en las diferencias de clases, en los discursos de antes que ahora suenan ridículos, en la actitud de los cubanos en general y en la actitud de los cubanos cuando les ponen una cámara delante y empiezan a hablar como papagayos cosas que nadie se cree.

El bárbaro anota números en sus papelitos. Suma. Saca cuentas. Un buen día, en dependencia de lo que consiga, puede ganar entre cinco y seis pesos. Eso, al mes, no hace más de 200 dólares. Salario que le sirve para comer, conseguir las cosas del aseo y comprar en el mercado negro algún medicamento necesario. Con ese dinero no se da un lujo. No va a Varadero. No compra un pantalón ni un par de zapatos. ¿Y entonces? ¿Cómo hacen los que ganan 50 dólares al mes, o 30? No hay matemática. Es por gusto.

El mensajero me tira un beso y me dice: «A esto no se le puede meter lápiz porque te vuelves loco». Se aleja cargado de bolsas. El sol lo pone a sudar, y no se ha dado cuenta de que lleva el nasobuco en la frente.

Así, arriesgándose, disfruta coger un poquito de aire. El rostro libre, hasta que lo pare algún policía y lo regañe.

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sábado, 15 de agosto de 2020

La recuperación europea pierde fuelle y deja a España descolgada.

Por Daniel Rodríguez Asensio.

Pedro Sánchez, junto a Nadia Calviño en el Congreso.

Esta semana ha acabado el ciclo de publicación de datos de contabilidad nacional. La sorpresa negativa la ha dado Reino Unido, cuya economía ha registrado la peor caída en su actividad en el segundo trimestre de toda Europa y del mundo desarrollado.

Se une, por lo tanto, a Francia en el listado de economías que mayor impacto han recibido del covid-19 y no estaban entre los candidatos al inicio de la pandemia, aunque con un elemento diferencial importante: La composición de la caída es muy distinta, con un componente del gasto público que no ha ejercido de contrapeso y con las partidas de inversión menos afectadas.

Europa, por lo tanto, confirma los malos augurios: Es la zona económica más afectada por la crisis económica, con prácticamente la totalidad de sus economías (especialmente las más importantes) registrando caídas históricas de doble dígito. Merece la pena resaltar, por positiva, la evolución de Suecia, cuyo PIB ha caído un -8,6% trimestral (inferior incluso al -9,5% de Estados Unidos) siendo el único país que ha evitado el confinamiento total sin una situación sanitaria trágica.

Ahora toca hablar de la recuperación. Los datos de los próximos meses serán necesariamente positivos por puro efecto base (a una gran caída la tiene que suceder, necesariamente, una recuperación), por lo que lo importante será observar las cifras en términos interanuales para ver la magnitud real de la recuperación.

Por el momento, organismos como la OCDE o casas de analistas como Bloomberg concluyen lo mismo acerca de la recuperación: Que está perdiendo fuelle a ambos lados del Atlántico y que hay países, como España, en los que incluso está retrocediendo.

Esta lectura general y compartida de forma mayoritaria, sin embargo, no debe esconder algunas disparidades que marcarán la capacidad de crecimiento estructural en el medio plazo.

 
En primer lugar, la recuperación económica no se traslada con la misma fortaleza al mercado laboral. En países como Estados Unidos la crisis se cebó con el mercado laboral y, a pesar de que el mercado laboral se está recuperando a un ritmo notable, la tasa de paro continúa siendo del 10,2%. En Europa la tasa de paro también se ha incrementado en 5 décimas en el último año, aunque debemos recordar que existen muchos esquemas de desempleo sumergido y, en principio, temporal (por ejemplo los ERTEs) que podrían estar maquillando artificialmente este indicador durante unos meses.

En segundo lugar, la estabilización económica que estamos viendo en Estados Unidos tiene más fortaleza que la Europea. Según Oxford Economics los niveles de actividad económica norteamericanos se sitúan en torno al 80% de los observados en el mes de enero; La mayor parte de países europeos, sin embargo, se sitúan en una horquilla entre el 60% y el 70% de la actividad observada a principios de año.

Dicho de otra manera: La recuperación se está produciendo a dos velocidades entre dos de las grandes potencias mundiales.

Y, por último, y haciendo el foco en Europa, la recuperación va a ahondar la brecha entre los países ricos y los pobres. Como ya hemos analizado en esta columna, países como España ya son líderes en pérdida económica y en desempleo.

El mensaje oficial de las autoridades gubernamentales españolas es que "lo peor ha pasado", algo que no puede estar más lejos de la realidad. Pensar que un país con un 22% de paro efectivo y cuyos niveles de riqueza han retrocedido a niveles de 2002 va a volver a la normalidad económica en un horizonte de tiempo corto es, sencillamente, increíble.

España llegó tarde a la primera ola de la crisis sanitaria, podría llegar tarde a la segunda, y a la económica ni se ha presentado. El Banco de España ha publicado un informe muy ilustrativo acerca de las ayudas que han concedido otros países a sus empresas y autónomos, en el que se ve con claridad la incapacidad de nuestro gobierno para activar palancas de soporte al tejido productivo. Incluso los 100.000 millones de euros en avales (recuerden las palabras de nuestro presidente del gobierno hablando del mayor plan de estímulo y sucedáneos) es pobre y no ha sido complementado por otras medidas de impulso fiscal.

Las moratorias (e incluso exenciones) de impuestos ha sido el modus operandi en Europa y Estados Unidos, la flexibilidad laboral la principal arma para proteger el mercado laboral y la ayuda a sectores estratégicos vía reducciones temporales de la factura fiscal el elemento de estabilidad y confianza que se ha impuesto en esta crisis.

España no ha actuado en ninguno de estos ejes, y por eso una recuperación que ya se antojaba débil por nuestro tejido productivo puede ser, sencillamente, inexistente. Fiar todo a la compra de bonos del BCE y a los fondos europeos (que, recuerden, apenas solucionan el 25% de nuestras necesidades de financiación para los próximos años), en un contexto de máxima inestabilidad institucional y, por lo tanto, incapacidad para sacar adelante las reformas que nos va a pedir Europa es poco menos que suicida.

Todas las miradas están puestas en el otoño. Octubre ya podría comenzar a ser un mes caliente, especialmente si Italia tensa los mercados financieros internacionales con necesidades de liquidez en el muy corto plazo. Por ahora, Argentina ya ha reestructurado su deuda, pero un escenario de reestructuración masiva de deuda en un entorno de fuerte crisis económica es difícil de asumir como modus operandi.

El principal riesgo al que nos enfrentamos es que la crisis económica se torne en bancaria. Es decir, que los mercados financieros se cierren y España se quede como Europa como prestamista. Por ahora el gas de la risa monetario maquilla ese riesgo y los indicadores muestran una relativa tranquilidad que podría tornarse en tormenta si los impagos se suceden.

España necesita un programa de rescate creíble y solvente. Si no lo hacemos nosotros, nos lo impondrán nuestros socios europeos, y será más doloroso.

El plan, por desgracia, continúa siendo negar la realidad, alentar las falsas esperanzas y tratar de seguir adelante con una hoja ideológica, se lleve lo que se lleve por delante. La pérdida de credibilidad suele ser la antesala de la pérdida de libertad. El riesgo de que España siga rezagada durante décadas continúa.

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viernes, 14 de agosto de 2020

La revista cubana "Nadie Parecía".

Tomado de rialta.org

La revista cubana "Nadie Parecía" fue fundada y dirigida por José Lezama Lima y el Pbro. Ángel Gaztelu. Entre septiembre de 1942 y marzo de 1944, consiguió ultimar un total de diez números. Su nacimiento en el panorama de las letras cubanas forma parte y anima la historiografía sobre el grupo Orígenes, uno de los proyectos poéticos más ambiciosos en la cultura hispanoamericana del siglo XX.

Nadie Parecía coincidirá en el tiempo con Clavileño, revista coeditada principalmente por Gastón Baquero, Cintio Vitier y Emilio Ballagas, entre agosto de 1942 y febrero del siguiente año, y con Poeta, la unipersonal de sólo dos entregas de Virgilio Piñera. Al igual que estas, surge en parte del desconcierto ideoestético y religioso entre los escritores y artistas que, atraídos por José Lezama Lima, habían coexistido en el consejo editorial y las páginas de Espuela de Plata (1939-1941).

Varios testimonios coinciden en ver el origen de aquella desavenencia en la confrontación entre la laicidad agnóstica de tono vanguardista de Virgilio Piñera y el catolicismo de raigambre hispana que el padre Gaztelu llegaría a enfundar en Espuela de Plata. Su cancelación, antes por problemas de bolsillo que por las contradicciones, evidenció las divergencias individuales y redireccionó intereses y voluntades. La salida de Nadie Parecía en 1942, desbordando a lo largo de su página de cubierta tributos y adeudos al pensamiento ascético y poético de San Juan de la Cruz, esclarecía, al menos por el momento, la toma de partido de José Lezama Lima por las querencias del amigo sacerdote.

Sin embargo, no estamos ante una publicación estrictamente religiosa. Es cierto que se asienta en sus páginas una vocación católica desde el subtítulo mismo (“Cuaderno de lo Bello con Dios”), que se encarece la obra y figura de Bernard de Clairvaux (canonizado luego San Bernardo), y que la presencia del poeta místico de la “Noche oscura” -de cuya cuarta lira se toma el título de la revista- se escande repetidamente en editoriales y exergos, en ensayos y reescrituras. Pero también lo es que en paralelo hay una voluntad de compartir con los lectores habaneros esas “cosas de belleza” -diría Lezama a Juan Ramón Jiménez-[1] que en las bibliotecas de los directores guardan tanto las novedades como las antiguallas de la tradición occidental moderna o renacentista, barroca o ilustrada.

En sus escasas páginas, que no sobrepasaron nunca la docena, Nadie Parecía concita la poesía, la narrativa y el artículo ensayístico de poca extensión. Serán textos originales unos; otros, traducciones del inglés, el francés y el latín de poemas o apenas de pasajes y fragmentos de ensayos.

Como un cuaderno de misceláneas, colecciona momentos del Zaratustra de Nietzsche, del Libro de las maravillas de Marco Polo, de un artículo de Ortega y Gasset, un capítulo de una novela del victoriano George Meredith, un fragmento del entonces reciente Les abeilles d’Aristée: Essai sur le destin actuel des lettres et des arts (Gallimard, 1936) del escritor ruso exiliado en Francia Wladimir Weidlé. Asimismo acopia unas líneas atribuidas a William Butler Yeats sacadas de un célebre compendio enciclopédico —The Oxford Book of English Verse, 1250-1900 (Oxford University Press, 1900)–, y pasajes de los libros esenciales del pensamiento poético del romanticismo inglés. Las más de las veces se presentan bajo traducción de José Lezama Lima, y excepcionalmente en nombre de poco conocidos, como Orlando Álvarez o Roberto Burbaquis.

Esa presumible predilección de los directores por las analectas atrajo también hacia la revista pasajes de la obra del ilustrado benedictino Fray Martín Sarmiento, de las Memorias de Saint-Simon -un monumento de la literatura francesa de entre los siglo XVII y XVIII-, del noble extremeño Luis Zapata de Chaves, cuya Miscelánea atestigua la lengua de la vida cotidiana del siglo XVI español, o de Salvador Jacinto Polo de Medina, poeta del Barroco y sacerdote.

Particular espacio se concede, por supuesto, a la poesía. Gaztelu publica varios de los poemas que formarán su Gradual de laudes (1955) y Lezama algunos que recogerá en La fijeza (1949), entre ellos el popular “Rapsodia para el mulo”. Como había sido costumbre antes en Espuela de Plata, están los versos de exiliados españoles: Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, Bernardo Clariana (quien como Gaztelu traduce del latín). Y no pocos de algunos latinoamericanos: los argentinos Vicente Barbieri, Adolfo Fernández de Obieta (colaborador de la revista Sur, hijo y albacea literario de Macedonio Fernández) o el malogrado y desconocido Efraín Tomás Bo; el chileno residente por muchos años en Cuba Alberto Baeza Flores; el gran mexicano Alfonso Reyes.

La presencia cubana campea bastante poco en el conjunto: un cuento de Eloísa Lezama Lima, un pequeño ensayo del escultor Alfredo Lozano y una nota del pintor René Portocarrero -ilustrador con Mariano Rodríguez de varios números-, poemas de Luis Antonio Ladra -entonces un amigo cercano al origenismo que se alejó de la literatura y hacia el exilio-, y de Eugenio Florit, quien además traduce al norteamericano H. R. Hays.

En el editorial del número 10, Lezama habla del “demonio de la resistencia [que] no está en ninguna parte y por eso aprieta como el mortero y el caldo”. Y será la primera vez que se vea en la revista el nombre de José Rodríguez Feo. Aparece firmando la traducción de un artículo, nada más y nada menos, que del poeta y crítico de cine norteamericano Parker Tyler, quien se convirtiera en figura de la intelectualidad queer neoyorquina de la primera mitad del siglo XX. Recién llegado de licenciarse en la Universidad de Harvard, Rodríguez Feo trabó consorcio con Lezama Lima e hizo posible finalmente la conjunción origenista alrededor del proyecto editorial que se había incubado en publicaciones pequeñas de escasa circulación y corta vida. De todas ellas, Nadie Parecía sirve de umbral a esa obra mayor. Era la víspera de la primavera de 1944. El primer número de Orígenes ya se alistaba para la imprenta.

Notas:

[1] José Lezama Lima: “Carta de José Lezama Lima a Juan Ramón Jiménez, septiembre de 1942”, Como las cartas no llegan…, int., sel. y notas de Ciro Bianchi Ross, Ediciones Unión, La Habana, 2000, p. 40.

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miércoles, 12 de agosto de 2020

Haydée Santamaría y su macabra historia.

 Por Tania Díaz Castro.

Haydée Santamaría Cuadrado.

A propósito del pasado aniversario del asalto al Cuartel Moncada, vale recordar la tragedia vivida por Haydée Santamaría Cuadrado. La conocí en 1959, siendo ella directora de la Casa de las Américas. Y a pesar de la brevedad de esas relaciones, si figura nunca se apartó de mi mente.

Haydée, dicho claramente, sin riesgo alguno a equivocarme, fue víctima de eso que bien llaman dominación por el terror: suerte de lucha violenta practicada por una organización o grupo político frente al poder del estado para la consecución de sus fines.

A ese grupo político diabólico, liderado por Fidel Castro y su hermano Raúl, perteneció Haydée a sus treinta años de edad. Era una mujer humilde, sincera, de pueblo, carente de instrucción escolar, de vida sosegada, una mujer que jamás pudo evadir de su conciencia las culpas que la persiguieron por su participación en el acto más bárbaro y cruel de la historia de Cuba, algo que nunca la periodista del Moncada, la señora Marta Rojas, se ha referido en sus escritos sobre Haydée .

Haydée fue una de aquellas mujeres que por los años cincuenta del siglo pasado se dejó embrujar por la personalidad psicópata de Fidel Castro, quien pensaba que los problemas del país se resolverían con tiros, mentiras en la prensa y gritos histéricos en calles y tribunas.

La célebre neurocirujana Hilda Molina lo definió bien: “Un monstruo, un triturador de seres humanos, tanto si lo sirves, como si te le opones pacíficamente”.

Así se vio Haydée envuelta en una historia macabra, “aquello perenne que nos atormente”, que la mantuvo en vilo, inestable emocionalmente, según sus recuerdos del 25 de julio de 1953.

“Aquello perenne” fue el ataque al Cuartel Moncada, de madrugada, por sorpresa, donde fueron asesinados decenas de militares semidormidos, atacados por jóvenes disfrazados de sargentos- Aquello que Haydée nunca pudo olvidar, siempre con el temor de que se acercara la fecha del 26 de Julio, que la atormentó toda su vida, hasta aquel 28 de julio de 1980, cuando, más atormentada que nunca, se dio un disparo en la sien, en paz para siempre.

“Se acerca la fecha o no sé… No vamos a decir que es algo perenne que nos atormente, no, no, no, pero que es raro que nos ocurra, no debiera ocurrirnos porque esto es más grandioso. Será que algunos rostros nos son necesarios por momentos, no sé y además no sé por qué he dicho esto”.

Cuando Haydée se refirió a Abel, su hermano, ese que el castrismo utilizó como propaganda para decir que la policía de Batista le había sacado un ojo, jamás lo expresó en sus confesiones; tampoco Marta Rojas, que por estos días ha repetido esa mentira.

“Claro, pensaba en Abel, eso ya es natural, pero tampoco pensaba en Abel, no sé, pensaba en Abel, pensaba en Abel, pensaba que no era posible que Abel dejara de respirar y dejara de mirar, que Abel dejara de pensar. Pero no así en algo profundo, en algo profundo como pude pensar en el mismo Moncada después… digo que en mí ocurrió una transformación, no sé si en minutos o en horas, pero una transformación total”.

“Mi último encuentro con Abel es bastante impreciso. Me encuentro para hablar con él en el Hospital, después se lo llevaban, y después es de imaginar; así que yo no sé cuál es el último encuentro con Abel, porque tal vez el último sea cuando ya no existía… en el momento que sea necesario, pasan tantas cosas en nuestra mente que muchas veces no sabes si la pensabas o si sucedió… Por eso muchas veces a uno le da cierto temor escribir, porque no sabes, las imágenes se confunden tremendamente con la realidad…, tremendamente, así que no puedo decir que en realidad el último encuentro pudiera ser donde hablamos… donde estuvieron nuestros pensamientos, donde estuvieron pedazos que pudieran ser pedazos o no ser pedazos, pero qué más da de quien eran los pedazos, eso es otra cosa”.

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