jueves, 8 de abril de 2010

Pavel Giroud: 'El cine cubano es un dinosaurio viejo, reflejo del país'.

Cuba está ahora en la retaguardia del cine, con una política cinematográfica de estilo "soviético", anquilosada como un "fósil", afirmó este miércoles el cineasta Pavel Giroud, quien estos días presenta en Madrid su película Omertá, informó EFE.

"La manera en que está diseñada la cinematografía en Cuba es como estaba forjada la soviética. Hoy es inoperante, Fue un dinosaurio fiero y ahora es un dinosaurio viejo, un fósil, que también es el reflejo del país, de la situación que se vive allí", explicó Giroud en una entrevista con EFE.

Giroud (1972), que se reconoce deudor de autores tan distintos como Almodóvar y los hermanos Coen, es el director y guionista de Omertá, un filme de 2008 que ahora presenta la Casa de América de Madrid.

Omertá, que podría traducirse como "la ley del silencio" de la mafia, cuenta la historia del viejo Rolo Santos, quien fuera en los años cincuenta guardaespaldas de un gángster establecido en Cuba, y que fue tragado por la revolución, sin llegar jamás a comprenderla.

Un día, su antiguo jefe le llama de nuevo para una misión en la que deberá volver a hacer "lo único que sabe hacer", según un primitivo código de honor que, sin embargo, encierra todo un sistema de dignidad.

"Es un personaje que representa valores con los que quiso acabar la revolución, pero que no necesariamente eran valores negativos", explicó Giroud.

Omertá es una película que "motiva cuestionamientos sobre el honor y la lealtad, pero siempre desde una atmósfera de ironía", según el cineasta, que no duda en incluirla en el género negro, aunque "quebrantándolo constantemente" con esa ironía y con "una reflexión sobre el envejecimiento y sobre la desaparición en la Cuba actual de muchos valores, antaño presentes".

"La crítica oficial machacó la película. Los órganos de prensa oficiales le dieron con todo, incluso al argumento, a la producción artística. Sin embargo, en el circuito de críticos jóvenes, alternativos, en los blogs de reflexiones sobre cine, sí tuvo muy buena acogida", afirmó.

Para este joven autor (reconocido internacionalmente por su anterior filme, La edad de la peseta), al contrario de lo que ocurre en Latinoamérica, donde el cine "se encuentra en su mejor momento, sobre todo por su pluralidad", Cuba, en cambio, "ahora está en la retaguardia".

"Está fallando la política cinematográfica de la nación cuando en su momento fue su bien más preciado. Es simplemente la crisis y decadencia de un sistema", subrayó.

Según Giroud, en Cuba "hay un sistema que si algo ha demostrado, es que no quiere oír lo que no le gusta oír".

A favor del diálogo.

Sobre la posibilidad de que los actuales cineastas cubanos pudieran reflejar la actual situación de la disidencia, destacó que no sería tan difícil hacer una película al respecto, pero sí sería complicado que la exhibieran.

No obstante, se manifestó contrario a aprovecharse del estado de cosas de estos momentos.

"Los artistas deben ser oportunos, pero no oportunistas. Aprovecharse de una situación política, social, económica, para hacer una obra y sacarle un provecho al momento es una actitud oportunista y eso lleva a un panfleto. No me interesa", insistió.

Según Giroud, lo que más daño ha hecho a Cuba ha sido "el enfrentamiento entre dos posiciones muy radicales, entre las que nunca va a haber negociación posible".

El cineasta comentó la estrategia sobre Cuba que mantiene España al frente de la presidencia de la Unión Europea, donde defiende el respeto de los derechos humanos en la Isla, pero apuesta al tiempo por un diálogo a toda costa con las autoridades del que no son tan partidarios otros miembros de la UE.

"Creo que España está teniendo una postura que está siendo muy atacada y que yo comparto. No me gustan esos enfrentamientos entre dos vertientes radicales, porque no llevan a nada, sólo al inmovilismo, a un inmovilismo de medio siglo", añadió.
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