A propósito de Franqui.

Por Sergio López Rivero.

A los 89 años, falleció ayer en Puerto Rico Carlos Franqui. Tengo en mis manos la necrológica Carlos Franqui, escritor y crítico de arte cubano, escrito para la edición de hoy (sábado 17 de abril de 2010) de El País por Roger Salas. A fuerza de ser sincero, me parece estar leyendo sobre la vida de otra persona. Dice el autor, que además de escritor y crítico de arte, Carlos Franqui era poeta. Así las cosas, describe a una figura imprescindible de la cultura cubana del siglo XX, involucrado en los movimientos sociales y artísticos de la época.

No dudo, que algo de todo eso haya en la biografía de Carlos Franqui. Pero, estoy seguro que no lo representa. El Franqui que conocemos, es más modesto. Corrector de pruebas en la revista de variedades Carteles, alcanza verdadera notoriedad al vincularse al grupo político de Fidel Castro. Miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en 1956, al año siguiente es nombrado Organizador del Comité del Exilio 26 de Julio dirigido por Mario Llerena. Tras arribar en una expedición aérea a la Sierra Maestra en 1958, se encarga de la emisora Radio Rebelde hasta la huída de Fulgencio Batista.

Desde el poder, la dirección del diario Revolución y el suplemento Lunes de Revolución, así como la confección de El Libro de los Doce, resultan sus aportes más significativos a la mitología revolucionaria. Frente al poder, Retrato de familia con Fidel y Diario de la Revolución Cubana, no creo que tengan rival en su labor desmitificadora de ese fenómeno histórico conocido como Revolución cubana.

Aun cuando por razones obvias (se apartó del poder casi una década después de la entrada de los guerrilleros en La Habana) discrepo con el autor de que hablamos de un pionero de la disidencia anticastrista, coincido con él en que por su cercanía al entorno del dictador cubano, ayer ha fallecido el disidente más importante y el crítico más incómodo de Fidel Castro. Y esto bastaba, para dedicarle unas palabras de homenaje.