Por
Aldo Rosado-Tuero.
Sin ánimo de revivir viejos rencores, ni suscitar añejas polémicas, pero sí con el ánimo de que las nuevas generaciones -desconocedoras de nuestra historia -conozcan los hechos tal y como ocurrieron, sin tergiversaciones, ni versiones maniqueas y partidistas, sino a la luz de los innegables hechos históricos, al conmemorarse hoy el 63 aniversario del golpe de estado del 10 de marzo, traigo algunos retazos de nuestra historia, para que nuestros lectores saquen sus propias conclusiones con respecto a una tesis sostenida por muchos, en la que se afirma que la tragedia del triunfo del Castro comunista en nuestra patria, tiene su génesis en ese Golpe de Estado llevado a cabo a 51 días de una elecciones generales en que se habría de elegir al futuro presidente constitucional de nuestra república, bajo un gobierno democrático que había dado ya muestras innegables de respetar la voluntad popular y en las que Fulgencio Batista como candidato no tenía ninguna oportunidad de triunfar.
Fidel Castro era prácticamente desconocido en la política nacional y solo gracias al rompimiento del ritmo constitucional, producto del Golpe del 10 de marzo, fue que tuvo la oportunidad de hacerse conocer, gracias al asalto al cuartel Moncada, del que no voy a ahondar en este corto artículo (a quién le interese, recomiendo con entusiasmo el libro del profesor Antonio de la Cova “The Moncada Attack”), y el hecho de que se estudie el pasado de Batista, de pactos y colaboraciones con los títeres de Moscú en Cuba y a la -no todavía esclarecido en todas sus aristas- entrevista de Fidel Castro con Batista días antes del golpe de estado; y a que ya se sabe que Fidel no fue ultimado, como se hizo con otros prisioneros, por la intervención y orden personal del propio Batista, han dado pábulo a conjeturas de todo tipo, que van hasta las de afirmar que el 10 de marzo fue el primer paso dado para lograr la comunización de Cuba.
El periódico y los líderes comunistas atacan a Eduardo Chibás y
defienden calurosamente, al que califican de camarada de ideales
(Periódico Hoy, edición del miércoles 13 de mayo de 1944).
Es por esto, que hoy traigo datos que parecen avalar esta tesis, debido a las pruebas incontrastables de la pasada colaboración de Batista con los anticubanos del PSP (Partido Socialista Popular), que era el partido comunista cubano afiliado a la Tercera Internacional Comunista, hasta el grado de colocar a muchos de ellos como sus Ministros de Gobierno.
Con la salvedad histórica de que Batista estuvo coqueteando con ser demócrata y solo instauró una dictablanda, que se puede considerar un paraíso si se le compara a la tiranía de los Castro, también es cierto que siempre se negó a propiciar una salida electoral, que hubiera desarmado a los alzados y a la oposición armada, pero tampoco se atrevió a seguir las recomendaciones de algunos de sus militares para exterminar al foco guerrillero de la Sierra Maestra,antes de que tomara la fuerza que consiguió después y que le ofreciera a los infiltrados marxistas en el Departamento de Estado de USA la oportunidad de embargar armas, municiones y aviones a su Gobierno para darle la oportunidad, u obligarlo a abandonar el poder, para que Castro y sus barbudos llenaran el vacío, y tener la excusa para reconocer ese gobierno casi de inmediato. Pero en esa misma época seguía consejos y protegía a su compadre el general Arístides Sosa de Quesada (foto a la izquierda), comunista, en cuya finca se guardaban los archivos del Partido y quien fuera condecorado, años después por la tiranía castrista, por sus servicios al triunfo de la revolución.
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano: