Por Lilianne Ruiz.
Martha Beatriz Roque ha regresado de Miami después de recibir un permiso del Gobierno cubano, a finales de febrero, que la autorizaba a salir del país una sola vez. La activista fue una de los siete ex prisioneros de la Primavera Negra de 2003 beneficiados por este permiso. Regresa con un cierto pesimismo y una impresión muy crítica del estado de la oposición cubana.
Pregunta. Regresó del extranjero luego de un permiso del Gobierno cubano, que le permitió viajar sólo por una vez. ¿Qué impresiones trae de su estancia fuera del país?
Respuesta. Vengo con un dolor tremendo en el corazón con respecto a lo que he visto allá. En Miami hay un exilio histórico, que quiere a su país, a su patria, que habla de democracia, que piensa constantemente en Cuba y que tiene una gran nostalgia por esta Isla, pero ese exilio histórico, desafortunadamente, se está poniendo viejo y algunos de sus miembros han fallecido. Sin embargo, muchas personas que están llegando a Miami por diferentes países, incluso ahora a través de Costa Rica, Ecuador y Panamá, se colocan de espaldas a Cuba, quieren olvidarse hasta de que son cubanos. Se trata también de gente que forma parte de un tejido social que aquí está roto, no tiene ética, ni educación formal y está contaminando Miami.
P. ¿Cuál cree que ha sido el saldo de la visita de Barack Obama a Cuba?
R. Obama tiene su agenda y dentro de ella está defender los intereses de los ciudadanos norteamericanos, como es natural, porque ese es su país. Ha dejado claro que los problemas de Cuba los tenemos que resolver nosotros los cubanos y eso es importantísimo. El pueblo tuvo una gran lección con la visita de Obama: ha significado para el pueblo una esperanza que con posterioridad trató de aniquilarse en el Congreso del Partido Comunista.
P. ¿Y la oposición?
R. En Cuba hay opositores, pero una oposición, como tal, no existe. Oposición existe en Venezuela, porque ha sido capaz de unirse a pesar del desacuerdo. Nosotros no somos capaces de algo así todavía. Aquí la unidad dura segundos.
P. ¿El VII Congreso del Partido Comunista le provocó frustración o esperaba usted algo como lo que sucedió?
R. Ese Congreso del partido se iba a posponer para otra fecha pero se hizo para tratar de contrarrestar lo que Obama le dijo al pueblo cubano, por eso no tenían ningún documento terminado. Hay quien dijo a raíz de que se acabó el congreso: "Teníamos razón, Obama no ha logrado nada". No soy tan tajante. Otros dicen que el Congreso ha sido la forma de mostrar que es un fracaso lo que está haciendo Obama, tampoco diría eso. Mucho menos pensaría en un fracaso, porque hay cosas que se han acelerado con la visita de Obama.
P. ¿Cómo cuáles?
R. En el caso específico de los once miembros del grupo de los 75 que quedamos en Cuba, no podíamos salir del país y, al menos en estos momentos, se nos permitió viajar por una vez. Ha habido soluciones a algunos problemas que no se puede decir que son cambios, sino restablecimiento de derechos. Eso hay que verlo como algo satisfactorio, no como algo negativo. En el futuro, no muy lejano, tendrán que venir otras soluciones, porque la situación económica, social y política del país es inaguantable.
P. ¿Serán los trabajadores por cuenta propia los que cambien Cuba?
R. El régimen cubano no va a permitir que ningún cuentapropista exporte, porque para eso, dirá, están las empresas del Ministerio de Comercio Exterior. El Gobierno de EE UU está tratando de tener relaciones directas con los cuentapropistas, pero aquí eso no lo van a permitir. En el mismo momento en que algún cuentapropista saque el pie un poquitico hacia el norte, se lo van a cortar; le van a cortar el negocio, se lo van a impedir todo.
P. ¿El acceso a internet puede ayudar a que se den los cambios?
R. El régimen no lo permite porque sabe que internet es una fuente de conocimiento, de trasmisión de noticias y de posibilidades.
P. ¿Qué falla en la oposición cubana para lograr convocar al pueblo?
R. Falla primero el liderazgo. Desafortunadamente aquí todo el mundo quiere ser líder, nadie quiere ser cola, todo el mundo quiere ser cabeza. Falla también el exilio, que es capaz de fabricar un líder y ponerlo al frente de un proyecto con recursos, pero este no resuelve nada.
P. ¿Ve alguna oportunidad para que la oposición influya en el referendo constitucional que ha anunciado el Gobierno?
R. La oposición no ha madurado, sigue en lo mismo, en hacer documentos, en proyectarse hacia el exterior, reunirse en el exterior, en contarle a la gente lo que hay que hacer. Pero si la oposición no aprovecha el momento coyuntural para trabajar con el pueblo, sencillamente no va a suceder nada. Si no se trabaja con el pueblo, si no se concientiza al pueblo, qué más da que se vayan a reunir a Roma con el papa, da lo mismo, sencillamente no van a resolver nada.
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