viernes, 12 de julio de 2013

8 días que estremecieron la Isla (1)


Fulgencio Batista y otros, entre ellos el sucesor electo Andrés Rivero Agüero, abandonan la Isla en avión. El general Eulogio Cantillo se queda para atajar a Fidel Castro, quien recibe la noticia en el central América (Palma Soriano), llama a la huelga general por Radio Rebelde y ordena a su guerrilla avanzar hacia Santiago de Cuba hasta con el tanque de guerra que Pedro Miret tenía en Maffo. Le dijeron que Cantillo llamaba por teléfono y replicó: "Yo no voy a hablar con cosas inexistentes, porque no estoy loco. Todo el poder es para la Revolución". Manda a las columnas de Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara en Las Villas a tomar Columbia y La Cabaña.

Santiago se rindió y hasta el jefe de la policía, Bonifacio Haza, andaba con brazalete rojinegro del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7). Se convocó por radio para el Parque Céspedes y hacia la medianoche no cabía un alma. Castro apareció en el balcón del ayuntamiento: ¡Al fin hemos llegado a Santiago! (Foto ©m Editora Abril) El discurso pasó de la medianoche mientras Guillermo García se encargaba de preparar la columna blindada -con tanquistas de Batista y guerrilleros de Castro- para marchar en caravana hacia La Habana.
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