jueves, 3 de octubre de 2013

El "comemierda" cubano.

Por Esteban Fernández.

Los cubanos somos los reyes al utilizar los apelativos despreciativos. Donde “ponemos el ojo ponemos la bala”. Sin embargo, cometemos el garrafal error de lanzarle a cualquiera sin ton ni son -y sin estudiar bien a la persona y sin conocerla a fondo- el epíteto ofensivo de “comemierda”... En el argot cubano ‘comemierda’ es todo aquel con el que estamos en desacuerdo. 

Y lo peor del caso es que esa palabra se le pega a los extranjeros y dice Aldo Rosado en su libro "Recuerdos de Aurelio" que esa "mala palabra cubana" fue la preferida del atorrante, grosero y asesino Ernesto "Che" Guevara y se la disparaba sin contemplaciones a sus subalternos y a los cubanos en general. 

En Cuba teníamos una respuesta muy buena para eso y decíamos: “¡Si yo fuera comemierda ya te hubiera comido a ti!”... Y les juro que desde que tenía doce años me disgusté -y así se quedó por el resto de nuestras vidas- con un muchacho del barrio que me dijo: “¡A Jesucristo lo mataron por comemierda!”... Hace 57 años que no le hablo por esa blasfemia.

Confundimos de manera gigantesca otros defectos con ser un “comemierda”. El otro día un buen amigo me dijo: “Chico, este Carlos Alberto Montaner es tremendo comemierda”... Y yo le respondí: "No me considero amigo de él pero conozco a Carlos Alberto desde que éramos muy jóvenes y estábamos en el “U.S. Army” (aunque a él nunca lo he escuchado escribir ni mencionar ni presumir que estuvo en el ejército de este país) y de comemierda, de bruto, de bobo, de analfabeto no tiene absolutamente nada". Todo el mundo tiene el derecho a dar opiniones negativas sobre él pero que no incluyan para nada el de ser un tonto de capirote"...

¿Saben a quién les encanta a muchos cubanos endilgarle el título de ‘comemierda’? A Jorge Más Santos el hijo de Más Canosa. Y yo siempre digo: “¿Comemierda? No fastidien que este muchacho es una fiera para los negocios y para hacer dinero”. Cierto que no heredó el olfato político de su padre ni su don de oratoria, y que yo no concuerdo ni simpatizo con absolutamente ninguna de que las cosas y gestiones que él ha realizado y propuesto dentro de la problemática cubana, pero deben llamarlo de otra forma porque de comebola no tiene ni un pelo.

La palabra "comemierda" siempre yo la utilizo en detrimento propio y casi nunca para atacar a nadie. Es decir que a cada rato me auto acuso diciendo: “¡Contra, que clase de ‘comemierda’ soy, miren la barrabasada que hice!”...

Y antes de lanzar la acusación de ‘comemierda’ a alguien lo analizo, lo pienso mil veces y casi siempre llego a la conclusión de que si lo llamo ‘comemierda’ cabe la gran posibilidad de que él que luzca un ‘comemierda’ -o envidioso- voy a ser yo... 

El colmo de los colmos: A cada rato me dan cranque para llamarle ‘comemierda’ al Presidente Barack Obama en algunas de mis columnas. E invariablemente respondo: “Tu’taloco, es completamente imposible que un anodino -ni inclusive Jimmy Carter- llegue a ocupar la presidencia del país más poderoso del mundo”.

Puedo darles medio millón de defectos de Barack Obama, me cae mal, nunca voté por él, estoy loco porque termine su mandato, pero de “verraco’ no tiene nananina. Estoy de acuerdo en que es un engreído, un arrogante, un pésimo presidente, pero mentecato no es.

Y vuelvo a lo mismo: Todos los que me escriben llamándole ‘comemierda’ a Obama no han logrado ser concejales ni de Buford, Wyoming. Y yo menos. Mientras ese ‘mulato comemierda’ -como lo llaman algunos- fue elegido y reelegido por millones de americanos a los que creemos ser ‘comemierdas’ también. Y yo pregunto: ¿Comemierdas no seremos los que perdimos nuestro país y no encontramos la forma de recuperarlo?
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