miércoles, 29 de agosto de 2018

El imprescindible mercado negro.

Por Iván García.

“En la pescadería especializada (estatal) del Mónaco van a vender paquetes de croquetas, camarones y filetes de pescado Albacora”, comenta en el portal de la bodega un vecino de La Víbora, barriada al sur de La Habana.

Cuba: el imprescindible mercado negroTres días antes se había corrido la voz, pero los rumores se cumplieron a medias. Un camión del MINCIN (Ministerio de Comercio Interior) descargó decenas de cajas plásticas con paquetes de unas insípidas croquetas que unos aseguran son de pescado, otro de pollos y algunos afirman que han sido elaboradas con harina integral.

“Socio, esas croquetas son un salvavidas para muchas familias. Yo compré diez paquetes -cada uno contiene cinco croquetas- y te digo que lo mismo sirven pa’ el desayuno con pan o pa’ la comida con arroz y una tajada de aguacate. No son sabrosas, no saben a nada, pero cuestan 5 pesos (alrededor de 0.25 centavos de dólar) y to’ el mundo las puede comprar”, dice Sergio, trabajador de servicios comunales.
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martes, 28 de agosto de 2018

La Habana difunta que vive en m.

Por Luis Leonel León.


Hoy soñé otra vez con La Habana. Desperté viéndola como un libro. Quizás mi libro. Nunca he podido despegarme de La Habana. Sé que jamás podré separarme de su embrujo, así la terminen de desbaratar, así la borren, pues La Habana que me acompaña no es el vulgar espejismo en que ha convertido a mi ciudad esa mezcla letal de miseria, hipocresía, miedos y chabacanería. Toda esa bazofia que me hizo escaparme, salvarme, no ser una pieza más de sus derrumbes, su decadencia. Aunque mi generación, como otras más, sea entre otras cosas un carnaval de escombros y naufragios.
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lunes, 27 de agosto de 2018

La dictadura desde abajo.

Por Gerardo Muñoz.


El estudio de la revolución cubana de 1959, aun siendo uno de los eventos fundacionales del pasado siglo y tópico de una continua discusión entre cubanos y estudiosos sobre Cuba y América Latina, ha permanecido dentro del gran relato construido por la visión del Estado cubano, o bien delimitado por el diferendo histórico entre la isla caribeña y los Estados Unidos. Si bien es cierto que la historiografía ha avanzado muchísimo en desmitificar este relato comunista y nacionalista gracias a los trabajos de historiadores de dentro y fuera de la Isla (solo tendríamos que recordar recientes estudios como Cuba y Estados Unidos, 1933-1959. Del compromiso nacionalista al conflicto de Vanni Pettinà, El viejo traje de la revolución de Sergio López, o Inside the Cuban Revolution: Fidel Castro and the Urban Underground de Julia Sweig), puede afirmarse que aún se desconoce, en buena medida, la compleja textura de los conflictos políticos, culturales, y represivos que acontecieron en la primera década de aquella transformación política.

Es justo en este vacío que el reciente libro Visions of Power: Revolution, Redemption, and Resistance, 1959-1971 de la historiadora cubanoamericana Lillian Guerra busca reconstruir el período que se pudiera definir como la década de la consolidación de la cultura del fidelismo y del Estado revolucionario. Guerra, quien es también autora de The Myth of José Martí (2005) y Popular Expression and National Identity in Puerto Rico (1998), se distancia de buena parte de la historiografía tradicional de la Revolución cubana, escrita dentro de la Isla así como en la academia norteamericana, para articular una crítica del relato de Estado, y de esta manera abrir un espacio analítico e historiográfico de los conflictos internos que dieron lugar a la legitimación simbólica y política del devenir fidelista.
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domingo, 26 de agosto de 2018

Fango (ii).

Por Abraham Jiménez Enoa.

El Fanguito

En el Fanguito el pavimento discurre sin rigor. Lo demás –arterias de tierra que colisionan, pedruscos, chozas, carteles dignificando a la Revolución, a Fidel y Raúl Castro, basura– gravita en el río Almendares.

En cualquier hora laboral, la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz -calle L y 27- impedirá el ingreso de quien lleve la cabeza cubierta, pero si, por casualidad, alguien lo olvidara, la recepcionista de allí irá como muñeco de resorte a advertírselo en el acto. Es una mujer mayor, vestida con orden y anteojos, que asegura haber sido educadora, y que cada vez que se le presenta la ocasión da lecciones de urbanidad a las visitas.

La casa Don Fernando Ortiz es un puntito neocolonial en el tránsito del Hotel Colina al Habana Libre. Da la sensación de que si desapareciera de la geografía arquitectónica del Vedado no se notaría su falta, menos aún en la del presente, con los voraces incrementos de los restaurantes y los establecimientos privados; con más rótulos de neón aullando por los rincones turísticos de la ciudad.

Adentro se acumulan con respeto algunos legajos de la historia cubana. Viajamos hasta ella buscando destapar los orígenes de esos dominios sumidos en una nata espesa de indiferencia que los habaneros llaman El Fanguito. Una profesora -más de sesenta de edad, expresión grave- duda que se hayan dedicado investigaciones al barrio. Lo dice con la soberbia de quien se anticipa a una pérdida de tiempo.
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Fango (i).

Por Abraham Jiménez Enoa.

El FanguitoA sus 89, José sabe dónde está todo. Al menos, lo imprescindible. Sabe que al costado de su cama húmeda encontrará un fósil de ventilador que aún gira y simula echar aire. Sabe que sobre la mesa destartalada y sucia en la que reposa el ventilador está su fiel escudero: un viejo radio. También sabe que cuando sus pies se afinquen en el suelo fangoso tendrá que evadir las cuevas de cangrejos que inundan la casa.
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sábado, 25 de agosto de 2018

La democracia no es prioridad para los cubanos.

Por Iván García.

Leonel es un tipo de buen carácter que lleva años amasando galletas en una panadería estatal. Su salario real es una broma de mal gusto: 286 pesos mensuales como elaborador de panes y dulces (equivalente a 11 dólares).

La democracia no es prioridad para los cubanosA pesar de los bajos salarios, el oficio de panadero es uno de los que más demanda tiene en el socialismo tropical que desde hace seis décadas los hermanos Castro han intentado construir en Cuba.

“Ningún panadero, maestro panadero o administrativo de una panadería vive de su salario. A los que trabajamos en panaderías se nos suele olvidar el día del cobro. El bisne radica en hacer la mayor cantidad de panes o dulces con la harina asignada para elaborar el pan de la libreta de racionamiento. Ni siquiera es negocio vender la harina por fuera. A veces se vende el aceite, a 25 pesos el litro. Pero lo que da dinero es hacer panes, galletas y dulces para vender a los dueños de cafeterías y restaurantes particulares. En una madrugada mala yo me busco de 10 a 15 fulas (entre 11 y 16 dólares) y como promedio gano 20 chavitos (cuc) diarios sin contar que me llevo una jaba de panes bien elaborados y en mi casa no falta el aceite y la manteca pastelera”, cuenta Leonel.
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jueves, 23 de agosto de 2018

Centro de Dependientes en Cuba. Salçon de baile en 1925.

Por Memorias de la Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana. Varios años : 1905, 1906 y 1907.

Al caminar por Prado en dirección al mar vemos, entre Trocadero y Colón, un edificio cuya arquitectura tuvo como inspiración al palazzo Loredan-Vendramin Calergi, en Venecia.

En la mañana del 4 de agosto de 1907 se inauguró en la planta baja de este edifico, el Centro, sede social de la Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana, con una Misa solemne cantada a la que asistió el Sr. Obispo de la Diócesis de La Habana. La dirección del coro y la orquesta estuvo a cargo del Maestro Gaspar Agüero y la cantante Sofía Zorrilla interpretó el Ave María. En la noche, engalanados sus salones, se celebró la velada inaugural con un concierto cuyo programa recogía una variada y selecta música.

Con la creación del nuevo Centro se tenía como propósito atender, desde sus espaciosos salones, a los socios que en diciembre de 1907 ascendían a 26.269 personas, según consta en la Memoria de ese año, de la ADCH. Esta cifra de asociados en los primeros años del siglo XX, -expresión del significativo flujo migratorio desde España hacia Cuba-, eran en su mayoría empleados en el comercio, bien como dependientes o como pequeños comerciantes.

La Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana surgió en 1880 y en sus inicios estuvo integrada principalmente por españoles, con una alta participación de asturianos, le seguían montañeses y gallegos. Según consta en las Memorias de la Asociación, en sus estatutos fundacionales se recoge, entre los objetivos, la unión de los dependientes para su mejoramiento moral y material por medio de la instrucción en Academias que se establecerían en el local del Centro ... veladas y reuniones familiares para el grato, ameno y solaz y esparcimiento.

El primer local de su sede como Centro de Instrucción y Recreo, fue inaugurado en diciembre de 1881 con el nombre de Ateneo del Comercio, pero al siguiente año cambia por el nombre de Centro de la Asociación de Dependientes del Comercio. El lugar sede del Centro tuvo varias direcciones a lo largo de los últimos veinte años del siglo XIX, incluso en los inicios del XX. No obstante, logró propiciar de manera creciente las celebraciones festivas, en las cuales las danzas y la música de España ocupaban un lugar cimero, asidero sociocultural invaluable de aquéllos emigrantes que querían preservar sus, fiestas, tradiciones, comidas y modos de relacionarse con sus lugares de origen.

La Asociación de Dependientes tuvo en su varios cambios de concepciones; pero desde su espacio asociativo priorizó áreas muy vinculadas al bienestar y al desarrollo humano; y su obra repercutió favorablemente en un amplio sector de la población.

Las artes, la cultura popular, la enseñanza y la salud fueron el eje existencial de la Asociación. En consonancia también fueron creadas para los asociados la Casa de Salud “La Purísima Concepción” en 1884, el más antiguo del país-, y ya avanzado el siglo XX, la Escuela de enseñanza hasta nivel secundario, que se halla ubicada actualmente en la avenida Buenos Aires y Consejero Arango, ambas en el Cerro.

La construcción del edificio que sería el Centro de Dependientes, con sus tres plantas, su gran profusión de mármoles y luces y que como curiosidad fue donde se empleó por primera vez en Cuba el hormigón armado, destinó sus salones al dibujo natural, las danzas españolas, la literatura y la gramática castellana, entre otras disciplinas. La enseñanza de solfeo y piano; y de de la música coral, ocuparon un lugar destacado. De sus aulas se graduó en música Gonzalo Roig en 1907.

La Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana desempeñó un singular papel en la sociedad habanera de finales del siglo XIX y en varias décadas de la República. Su proyección social, sus renovados estatutos y su aporte sociocultural se inscribían en el espíritu de una época de una corriente modernizadora.

La Asociación agrupó los intereses del sector comercial español en Cuba, desde las capas más humildes hasta las altas esferas del poder económico. El estudio de esa época no debe hacerse sin tomar en consideración su existencia, ella dejó una huella imborrable en la sociedad cubana, en la habanera en particular, y su legado espiritual y material forma parte de la identidad y cultura cubana.
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Para el camarada Castro.

Por Maurice Blanchot.

Dejemos a un lado los sentimientos, tratemos de pensar fuera del espacio moral que sigue siendo, lo queramos o no, el espacio de nuestros hábitos y de nuestra dependencia e indaguemos, con otros, lo que debemos concluir de la intervención militar en Checoslovaquia.

1. Ni la exigencia comunista ni la razón revolucionaria están en absoluto implicadas en esta insípida manifestación de fuerza, tan insoportable políticamente como ideológicamente fuera de lugar. El hecho de que Castro la apruebe muestra solamente que Castro, incluso si cree hablar en nombre del Partido Comunista de Cuba, es capaz de hablar contra la revolución cubana, es decir, de dejarse engañar por una falsa concepción de la internacionalidad.
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miércoles, 22 de agosto de 2018

Suicidios en Cuba: estadísticas que dan pavor.

Por Pedro Manuel González Reinoso.

Vecinos y conocidos murmuraban el otro día sobre lo difícil que resulta suicidarse hoy en el país, cuyo índice reconocido por el Anuario de Estadísticas frisa unos porcientos sobrecogedores para prefigurar como cualquier otro “en vías de desarrollo”. Según el sitio oficial, en la Isla, cerca de 10 mil personas se suicidaron en los últimos 5 años.

El documento relata que el método más frecuente es por asfixia, que corresponde al 71,6% de los casos; el 10% por envenenamiento; el 2,9% por lanzarse desde un lugar elevado; el 2,4% por arma de fuego; el 9,2% por prenderse fuego; el 0,9% por ahogamiento; el 2,1% por corte o punción y un 1% por otros métodos.
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domingo, 19 de agosto de 2018

Lezama Lima: ni imagen ni posibilidad.

Por Jorge Ángel Pérez.


Por el poeta Jorge Luis Borges supe que Emerson veía una biblioteca como un gabinete mágico ocupado por muchos espíritus hechizados que despiertan cuando los llamamos; y también nos advirtió que mientras no abrimos ese libro lo estamos convirtiendo “en una cosa entre las cosas”. Hoy en Cuba se cometió una de esas macabras irreverencias, insolencias sería mejor, pero más exacto: apostasía, descaro.

Mientras escribo estas líneas todavía transcurre el noveno día del mes de agosto, y esa fue la razón que me llevó a buscar en la prensa oficial alguna referencia a la muerte de José Lezama Lima, pero ninguna mención hizo el Granma al autor de “Paradiso”, aunque alguna vez escribiera, quizá embrujado, “El 26 de julio, imagen y posibilidad”. El diario de los comunistas cubanos ocupa sus páginas más visibles con los argumentos que ofrece Nicolás Maduro mientras intenta explicar la muerte que le habían preparado desde EEUU y Colombia.
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Izquierdas fallidas y corruptas.

Por J. Eduardo Ponce Vivanco.

Con la prepotencia de la calle y el peso de tantas derrotas electorales, el Partido Trabalhista (PT) lanzó la candidatura de Lula desde la cárcel donde se encuentra por corrupto y corruptor. Felizmente, la Fiscal General ha impugnado esa barbaridad porque después de sentencias en dos instancias (la segunda aumentó la condena) el exsindicalista no es elegible como candidato ni lo será por ocho años más de los doce que pasará entre rejas, luego de quebrar al país. Fracaso y corrupción de la izquierda en Brasil, país líder de la inmoralidad política regional.

Gracias a las agendas del ordenado chofer de los Kirchner -la pareja presidencial que coronó la reelección conyugal- el peronismo argentino enfrenta su propio Lava Jato. Muchos se preguntan si ellos inspiraron a Lula o fue a la inversa. Pero a los sistemas gemelos de los dos grandes partidos socialistas del Atlántico, Argentina suma los $ 59 millones de sobornos de Odebrecht. Fracaso y corrupción de la izquierda en el segundo país de Sudamérica.
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sábado, 18 de agosto de 2018

La corrupción policial en Cuba, ¿solo casos aislados?

Por Roberto Paz Felipe.

Un vecino de un barrio en La Habana acaba de ser víctima de un registro de la Policía que más bien pareció un atraco.

"Cómo mucha gente de Cuba sobrevivo con la reventa de rones de marcas", dice la "víctima", que prefiere no revelar su identidad. "Hace varias noches, llegaron dos autos patrulleros a mi casa y el que parecía el jefe me dijo: 'No queremos virarte la casa al revés, así que, para ayudarte, saca solo el ron que tengas a la venta'".
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jueves, 16 de agosto de 2018

Trump, el 'americano feo' que impone respeto.

Por Alfredo M. Cepero.

Desde el mismo instante en que fue juramentado como presidente, Donald Trump dijo que no aspiraba a ser presidente del mundo sino Presidente de los Estados Unidos de América. En su discurso inaugural afirmó que su misión era "Hacer a América grande de nuevo", con lo que desencadenó una gigantesca ola de críticas tanto internas como foráneas. Su drástica frase resume una 'Doctrina Trump' de nacionalismo político y nacionalismo económico en contraste con el globalismo blandengue de sus antecesores, tanto demócratas como republicanos. Este presidente ha demostrado que no está interesado en comprar amigos ni en apaciguar enemigos sino en promover los intereses y defender la seguridad de los Estados Unidos, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese. Esa es la promesa que le hizo a quienes lo eligieron y la promesa que está cumpliendo a cabalidad.
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La chusma al poder.

Por Max Romano.

Es muy apropiado comenzar esta entrada con el proverbio del mono, no muy conocido en España, pues retrata perfectamente el paisaje político actual, y en particular la condición de la nueva clase dirigente izquierdosa.

Muy bajo se ha caído de una y otra parte. Pero es la variante de izquierdas la que nos interesa aquí, las nuevas generaciones que ya empiezan a mostrar muy claramente su nivel, hasta el punto de que podemos hablar de La chusma al poder.
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El Caso Padilla: la verdadera historia.

Por Rui Ferreira.

Casi 47 años tuvimos que esperar para saber realmente lo que sucedió aquella noche del martes 27 de abril de 1971, en que Heberto Padilla decidió hacer una autocrítica en el local de la Unión de Escritores en La Habana. Y digo decidió porque, como queda claro en Plaza Sitiada, el nuevo libro de Norberto Fuentes, ha sido -¿fue?- un monólogo inicial que él, Padilla, presentó como voluntario y nunca tuvo el valor de admitir públicamente que fue presionado, seguido de un desastroso diálogo donde los voluntarismos (y lo digo por el imperante ambiente de “sálvense quien pueda”) lo transformaron en un intercambio en el cual Padilla dejó establecida una dudosa incertidumbre bajo el capote de militante intelectual; y que no fue más que un episodio llano, sobre el cual muchos de mis viejos amigos en la capital cubana todavía miran con cierta vergüenza revolucionaria, pero también con incredulidad. Hay cosas en la vida que no se dicen jamás, ni aún bajo la presión leninista.

Todas estas interioridades vienen de la mano del mayor de ellos: Norberto Fuentes. Aunque en el exilio, (y yo sé que hubiera deseado haberlo escrito adentro) en el libro Plaza Sitiada, “Norber” deja sentado que todo el proceso de la autocrítica de Padilla no fue más que el “mayor acto público de cobardía que registre la historia de Cuba”. ¡Y qué se levante el primer cubano que se considere un cobarde! Aquí o allá.
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domingo, 12 de agosto de 2018

Cuarto viaje a cuba: “mira a fulano, un gran actor comiéndose un cable en Hialeah”.

Por Néstor Díaz de Villegas.

1.

Llamo un Uber, que llega a Crystal House, en Miami Beach, a las 4:30 a.m. El chofer es Luiz, un brasileño de Bahía. Le digo, por decir algo, que el padrino de la boda de mi cuñada fue Chico Buarque de Hollanda. Me cuenta que su mujer murió hace unos meses y que no consigue consolarse. Vivió en California, en West Hollywood hace veinte años, y conoce bien Los Ángeles. Está considerando volver. He perdido lo más grande de mi vida, me dice, la única persona que me amó. Pasé unos meses desorientado, y todavía no me recupero. Fue cáncer, muy rápido. Los últimos tres meses los pasé en el hospital, durmiendo en una cama al lado de ella. Perdí en trabajo y ahora manejo Uber.

Me deja en la terminal de American Airlines, son las 5 a.m., mi vuelo es a las 9:30. A las 6 me aproximo al mostrador, con la maleta ya envuelta en plástico, tengo el pasaje electrónico en mi teléfono, entrego el pasaporte cubano a una empleada que lo mira y me dice que tengo vencida la prórroga. Me da un vuelco el estómago. Siento fatiga. Le pregunto qué es eso. Creo que estoy gritando. Me lo explica con mucha paciencia. No solo hay que renovar el pasaporte cubano, sino prorrogarlo. Se derogó la habilitación, pero no la prórroga.
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El ‘socialismo democrático’ es una estafa.

Por Giancarlo Sopo.

Cuando asistí a un discurso junto con mi familia del entonces senador Barack Obama en La Pequeña Habana en 2007, nuestro antiguo vecindario nos recibió a nosotros y al futuro 44º presidente como si fuéramos traidores. Al cruzar de la calle del Miami-Dade County Auditorium, un grupo de manifestantes conservadores nos gritaban “¡Comunistas!” Hicimos caso omiso a esos ataques porque sabíamos que provenían de exiliados heridos y para parafrasear al difunto juez de la Corte Suprema Potter Stewart, como cubanoamericanos, conocemos el socialismo cuando lo vemos-y Obama no es socialista. De hecho, su mensaje resonó en nosotros, en gran medida, debido a su énfasis en brindarle una mano a quienes luchaban por si mismos, en lugar de simplemente regalar cosas. Así mismo hizo mi familia.

Mi madre vino a este país poco antes de mi nacimiento y laboro como trabajadora social mientras estudiaba por las noches. La paga no era muy buena, y a veces tenía que mantener un segundo empleo, pero su horario era flexible y tenía buenos beneficios de salud para nuestra familia. Después de 15 años, pudo ahorrar suficiente dinero para comenzar un pequeño negocio, sacarnos de nuestro modesto dúplex en la calle Ocho y mudarnos a los suburbios de clase media.
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viernes, 10 de agosto de 2018

Suecia: del paraíso socialista al paraíso de la sharia.

Por Armando de Armas.

Una de las más manidas maneras de los izquierdistas para defender el socialismo como opción viable y deseable, abismalmente diferenciado de su primo hermano el comunismo, es esgrimir orondos en su pedestal de moralina a la socialdemocracia nórdica como un imbatible ejemplo de tolerancia, humanitarismo y prosperidad.

La socialdemocracia sueca, en su empeño de dominio político y cultural, se dotó en 1972 de un mamotreto que sería algo así como una biblia moderna: La Familia del futuro: una política socialista para la familia.

Para aplicar a la vida cotidiana de los suecos la biblia sociata, se han invertido ingentes cantidades de dinero cuyo fin último es la felicidad por vía de procurar que los individuos se desvincularan de las estructuras familiares por considerarlas anticuadas y opresivas.
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jueves, 9 de agosto de 2018

Los epígonos del castrismo (parte i).

Por Miguel Sales Figueroa.

El 19 de abril de 2018, un oscuro burócrata de 57 años de edad, Miguel Díaz-Canel recibió de manos del General  Raúl Castro el nombramiento de Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba. En su discurso de investidura ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral), el flamante mandatario se apresuró a dejar muy claro su propósito de asegurar la continuidad del régimen de partido único y economía estatizada vigente en la Isla desde hace seis décadas e hizo hincapié en que Castro, de 86 años de edad, seguiría dirigiendo el país desde el cargo de Secretario General del Partido Comunista (PCC), que sólo abandonará en  2021.

“Asumo la responsabilidad para la que se me ha elegido”, -declaró Díaz-Canel-  ”con la convicción de que todos los cubanos seremos fieles al legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana, y al ejemplo del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder actual del proceso revolucionario”. En referencia velada  a cualquier ilusión de tolerancia o pluralismo político que alguien pudiera albergar, el elegido añadió: “Para nosotros está totalmente claro que sólo el Partido Comunista de Cuba garantiza la unidad de la nación y de su pueblo”. Finalmente,  reiteró la obviedad que todos los asistentes esperaban oír: “Le afirmo a esta Asamblea que el General de Ejército [Raúl Castro] encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y futuro de la nación” . Con estas garantías, Díaz-Canel confirmaba su condición de “mandamenos” en el aparato, que seguirá subordinado a un mandamás de apellido Castro.
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Díaz-Canel, el nuevo diosecillo nacional.

Por Raúl Rivero.

Díaz-Canel, el nuevo diosecillo nacionalA tres meses de asumir de un dedazo la presidencia de un país, el señor Miguel  Díaz Canel se despoja a toda velocidad  de las alternativas de un ser humano común y corriente que trastabillaba angustiado en las siniestras estructuras del poder en Cuba, para convertirse, de una manera sistemática y definitiva, en un nuevo diosecillo nacional.

Un hombre diferente cuyos gestos pueden ser consideradas reacciones divinas y ademanes celestiales, mientras que las palabras que pronuncia tienen de facto toda la hondura de la sabiduría  y la trascendencia de la historia.

Esa trasformación urgente, ese paso al universo de las deidades del socialismo, se lo debe al sistema de panfletos que le acompaña en los viajes que realiza a las provincias de la Isla y a las reseñas que se hacen de sus actividades en el flamante cargo que ocupa por obra y gracia de la voluntad de Raúl Castro.
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miércoles, 8 de agosto de 2018

¿Cuánto ganan los dirigentes cubanos?

Por Ernesto Pérez Chang.

Una vez más en el informe sobre la ejecución del presupuesto del Estado en 2017 no encontramos los gastos generales e individuales de las principales figuras del gobierno cubano lo cual puede llevar a sospechar que se trata de una cifra considerable, tanto así que posiblemente tampoco aparecerá en el balance de 2019, cuando ya estemos hablando de “Presidente de la República”, “Primer Ministro” y hasta de “Gobernadores”, aunque no de “transparencia”, entre otros términos afines a una democracia y un gobierno medianamente correctos.

Alguien pudiera justificar la ausencia basándose en la no pertinencia o irrelevancia de los datos para tal tipo de informe o quizás apelando a quién sabe cuál derecho a la privacidad o reclamo de esta, que en cambio no posee quien por ser “pueblo”, “gente de a pie”, “masa” está obligado a declarar ingresos a la vez que impedido de acumular riqueza, amén de monitoreado para evitar que la imaginación vuele más allá de lo permitido.
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lunes, 6 de agosto de 2018

El legado de Fidel.

Por Nancy Pérez-Crespo.

Los días 16, 23 y 30 de junio de 1961 los intelectuales cubanos fueron citados para reunirse con el recién estrenado dirigente de la revolución que tenía muy ilusionada a la mayoría de los escritores y artistas de Cuba. Pero Fidel Castro, plantó una enorme pistola sobre la mesa y leyó una alocución conocida como «Palabras a los Intelectuales» que generaron reacciones muy diversas entre los miembros de la « intelligentsia » del país.

Un conocido escritor y poeta, Virgilio Piñera, solo alcanzó a susurrar: «Yo quiero decir que tengo mucho miedo. No sé por qué tengo ese miedo pero eso es todo lo que tengo que decir». Y así se lo hizo saber al Comandante: «tengo mucho miedo».
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El homosexual más hombre que he conocido.

Por Armando Lopez.

Hoy cumple años el homosexual más hombre que he conocido: Virgilio Piñera (1912-1979). Cuando en 1961, Fidel Castro ordenó a los escritores y artistas cubanos: “Con la revolución todo, contra la Revolución nada”, el débil, pero inmensamente fuerte Virgilio, alzó su mano y en alta voz exclamó “¡Tengo miedo! El dramaturgo que había creado el teatro del absurdo antes que Ionesco (Electra Garrigó, 1948), el poeta que se atrevió a definir a los cubanos con su poema La Isla en Peso, fue condenado al silencio por decreto. Cierto que, en 1968, su obra Dos Viejos Pánicos, fue premiada por Casa de las Américas (para amortiguar el escándalo de las prisiones para homosexuales de las UMAP), pero muy pronto, al narrador de los Cuentos Fríos y de La carne de René, lo retornaron al ostracismo…

En 1974, cuando los bulliciosos festejos por los 70 años del novelista Alejo Carpentier (embajador de Cuba en la UNESCO) inundaban La Habana, encontré de madrugada a Virgilio, sentado en la acera, de la cafetería Marakas (O entre 23 y 25, Vedado), en sus manos de hilitos llevaba una cazuelita para llevar una ración de arroz con salchichas (le llamaba Risotto, para no echarse a llorar) que servirían a las 12, del día, cuando abrieran. Perdónalos Virgilio. Yo no los perdono.
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Los tres primeros meses del gobierno de Díaz-Canel.

Por Iván García.

Los tres primeros meses del gobierno de Díaz-CanelComo en toda sociedad de ordeno y mando, la puesta en escena cumple un rol muy importante. A Renato, custodio en la Ciudad Deportiva en el municipio Cerro, a diez minutos del centro de La Habana, le llamó la atención que en la madrugada del sábado 28 de julio decenas de camiones descargaran hortalizas, frutas, viandas, frijoles, carne de cerdo y ahumados en el agromercado que bordea la Vía Blanca, a un par de cuadras de la calle Primelles.

“El ajetreo era tremendo. Supuse que por la mañana Díaz-Canel o un pincho de alto rango visitaría el agro. Cuando salí del trabajo, pude comprar limones a 4.50 pesos la libra (en casi ningún agro se consiguen limones y si hay, la libra cuesta 8 pesos). Aguacates buenísimos, a 6 y 7 pesos cada uno -suelen costar 10 pesos- y la libra de bistec de puerco estaba a 40, cuando en el resto de los mercado está a 50 y 55 pesos la libra”, cuenta Renato.

Esa mañana, el flamante mandatario Miguel Díaz-Canel no fue el que visitó el agromercado de Vía Blanca, si no el primer secretario del partido en La Habana, Luis Antonio Torres Iribar, quien en su estreno en el cargo recorrió el lugar y en un golpe de populismo, conversó con los empleados y la gente que se encontraba comprando.
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Esa mala película llamada socialismo.

Por Luis Leonel León.

El entusiasmo por la izquierda, por el insano dulzor de las ideas socialistas, más que un desatino de juventud, como a veces se le quiere minimizar, es un error histórico. El peor que arrastramos a nivel global desde hace más de un siglo. Una vieja trampa en la que la humanidad cae una y otra vez. Una especie de respiración amenazada, atomizada, al menos hasta ahora, por el bandazo cruel del eterno retorno. Una locura. Como diría Albert Einstein en una entrevista: "Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes".

Cuando escucho a alguien repetir, avalar o, peor aún, publicitar el argumento de que el socialismo es un magnífico proyecto pero que hasta ahora no se ha podido ejecutar bien, recuerdo una irónica frase, de lenguaje cinematográfico, que algunos amigos solíamos decir en el instituto de cine cubano: el socialismo tiene un guión muy bonito, pero su puesta en escena siempre es nefasta. Es decir, una mala película.
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sábado, 4 de agosto de 2018

Fulgores de Fulgencio ix

Por Alejandro González Acosta.

Ensueños fuisteis de la patria mía… Apuntes de exégesis himnológica

En una pieza hoy algo olvidada, se resume todo lo que se esperó, y es también la síntesis de todo lo que no se logró. Y no es un texto del “enemigo”, sino el propio canto del vencedor: la Marcha del 26 de Julio, con letra y música de Agustín Díaz Cartaya (Marianao, 1929).
Himno del 26 de julio (Letra original)
Marchando, vamos hacia un ideal
sabiendo que hemos de triunfar
en aras de paz y prosperidad
lucharemos todos por la libertad.
Adelante cubanos
que Cuba premiará nuestro heroísmo
pues somos soldados
que vamos a la Patria liberar
limpiando con fuego
que arrase con esta plaga infernal
de gobernantes indeseables
y de tiranos insaciables
que a Cuba han hundido en el Mal.
La sangre que en Oriente se derramó
nosotros no debemos olvidar,
por eso unidos hemos de estar
recordando a aquellos que muertos están.
La muerte es victoria y gloria que al fin
la historia por siempre recordará
la antorcha que airosa alumbrando va
nuestros ideales por la Libertad.
El pueblo de Cuba...
sumido en su dolor se siente herido
y se ha decidido...
hallar sin tregua una solución
que sirva de ejemplo
a ésos que no tienen compasión
y arriesgaremos decididos
por esa causa hasta la vida
¡que viva la Revolución!
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Fulgores de Fulgencio viii

Por Alejandro González Acosta.

Tirano no: arquitecto de la nación

Como Menocal antes y Batista después, Machado quiso extender su paso por el poder de tal modo que le permitiera culminar su obra: los breves tiempos republicanos son implacables y crueles para los mandatarios constructores. A los Presidentes Arquitectos no les bastaban cuatro, seis u ocho años para lograr su propósito. De ahí sus deseos de prolongar sus períodos. Y es que La Gran Muralla de China, El Escorial y Versalles necesitaron muchos años para ser realidades... Para ello, Machado logró que reformaran la Constitución de 1901, pero también es cierto que, aunque en su segundo período de Gobierno fue un candidato único, porque ante su popularidad la oposición se retiró de la contienda (pero legalmente podía presentar candidatos), resultó elegido en 1928 con una masiva participación de la población. Machado es llevado como candidato único en las insólitas elecciones de 1928 por los tres partidos políticos entonces existentes: Liberal, Conservador y Popular.

Con Machado terminó definitivamente el período del patriciado cubano que había comenzado con Céspedes y culminó quizá con Menocal. Don Gerardo fue el último general de la Independencia que fue Presidente; después vinieron coroneles, hijos de generales -de mentiritas- y sargentos. Hasta que llegó el Comandante y mandó no sólo a parar, sino ir hacia atrás. Es simbólico que el suceso bélico definitivo que le abrió las puertas al poder fue un tren descarrilado… Resultó toda una premonición: lo mismo iba a ocurrir con el país.
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Fulgores de Fulgencio vii

Por Alejandro González Acosta.

Batista: “el malo de la película”

Eduardo Lolo ha sintetizado certeramente el balance de aquella República “de Generales y Doctores”:

…Y aunque todo lo anterior no implica que la Cuba republicana fuera el Paraíso Terrenal, no es menos cierto que resulta difícil de entender y doloroso de reconocer que prácticamente todo lo anterior se haya revertido dramáticamente, en extraña degeneración del mármol en barro. Ello se debió al hecho de que las deficiencias en el orden político arrastradas desde la Colonia, y de alguna forma mantenidas por la Intervención Norteamericana, siguieron en la república un desarrollo semejante a los aspectos positivos señalados. Por un lado, de lo bueno se pasó a lo mejor; por el otro, de lo malo a lo peor. La interrupción periódica del orden constitucional en forma de cuartelazos, asonadas palaciegas, revueltas caudillistas, intentos de perpetuidad en el poder, corrupción administrativa a todos los niveles y otros males resultantes destruyeron la República no obstante todos sus logros. Junto al sueño sublime hecho realidad, se fue agigantando una pesadilla no menos real. Al final vencieron las sombras, que devoraron hambrientas casi todas las luces cultivadas desde la Colonia. (“Mayo es el mes más cruel”).
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Fulgores de Fulgencio vi

Por Alejandro González Acosta.

El gran desconocido.

Mea culpa. Mea maxima culpa…

En un rincón tenebroso de mis recuerdos infantiles están incrustadas algunas imágenes terribles de Fulgencio Batista Zaldívar.

En la mente impresionable de un niño de cinco años, quedaron grabadas las visiones horripilantes de otro niño un poco mayor que yo, quien posaba sonriente junto a unos cráneos humanos.

En la ya amarillenta revista -aunque entonces apenas recién publicada- el pie de la foto aseguraba que el vástago de un sicario feroz del dictador recién fugado, tan cruel y sádico como su padre, se entretenía en jugar con los huesos de sus víctimas: era El Hijo de la Bestia, tan monstruoso como su progenitor. Mucho tiempo después supe que ese atroz recuerdo tenía un origen falso: aquel niño, tan inocente como yo, fue perversamente fotografiado años atrás junto a unos restos arqueológicos de unos indígenas taínos que habían muerto 500 años antes. Ni los cráneos eran de víctimas, ni el niño de la foto era el sádico que se decía. Todo era una burda mentira. Sí, “nos casaron con la mentira…” pero esas terribles bodas ocurrieron desde mucho antes y todavía mucho después; hasta hoy, por así decirlo. Nunca esa revista ha tenido el digno gesto de rectificar esa monstruosidad noticiosa.
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Fulgores de Fulgencio v

Por Alejandro González Acosta.

Por sus obras los conoceréis

En una de sus más reveladoras declaraciones, Batista no se concebía como un “policía” ni tampoco un “conductor”: la íntima y modesta comprensión de su papel era apenas la de un “arquitecto de la Nación”, un unificador de voluntades, un forjador de destinos, quien conjuntara los esfuerzos de distintos constructores para levantar un edificio, y esa vocación se concretó en numerosas obras que señalan aún su huella imborrable en el desarrollo de la historia cubana.

Cuando termine de desplomarse por su propio peso el engendro absurdo de la pesadilla castrista, quizá sólo sobrevivirán como pertinaces testimonios tétricos de proyectos anteriores, entre los escombros humeantes, los últimos restos de lo que fue el pasado representado por Batista y los otros grandes constructores de Cuba: Gerardo Machado Morales y Mario García Menocal. Muy poco, casi nada, por fortuna, perdurará de la arquitectura “revolucionaria”, quizá sólo un restaurante con nombre de rara y peregrina elocuencia: “Las Ruinas”, en el Parque Lenin (en cuyos árboles se ocultó Reinaldo Arenas, perseguido por la policía política, nuevo Tarzán cubano, famélico y acosado). Una eternamente inacabada Escuela Nacional de Arte de Cubanacán, una serie de depauperadas Escuelas en el Campo y unos tambaleantes Edificios de Microbrigadas, serán el único legado arquitectónico de la pesadilla que ha padecido la nación cubana en las últimas seis décadas. Por eso, quizá, se apresuran para restaurar el símbolo por excelencia de la etapa anterior, la republicana: el Capitolio Nacional es el símbolo de su propia derrota vergonzosa.
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Fulgores de Fulgencio iv

Por Alejandro González Acosta.

Haciendo cuentas

Más allá del nombre y sus circunstancias, tan vilipendiado el primero y tan ignoradas y desvirtuadas las segundas, lo más importante, trascendente y rescatable, es el saldo final incontrastable, y que por inevitable comparación resulta hoy abrumador. El desempeño histórico de Batista y lo que él significó, y de quienes se agruparon bajo su conducción, es abismalmente superior al de la actualidad: de la cima a la sima, Cuba ha protagonizado como una patética víctima uno de los descalabros mundiales más espectaculares en los últimos 60 años, que, aunque la oficialidad del régimen se empeñe necia y obtusamente en negar, ya ni maquillando, y ni siquiera intentando una cirugía reconstructiva mayor, puede ocultar esa empeñosa y testaruda opositora que es la realidad, su principal enemiga. A esta no pueden encarcelarla, porque camina por las calles de toda la Isla.
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Fulgores de Fulgencio iii

Por Alejandro González Acosta.

El populismo: la enfermedad infantil del izquierdismo

Hoy América ofrece el paradójico panorama donde el “populismo” es más bien una opción que amarillea entre sujetos nostálgicos viejos y maduros, añorantes de otras épocas de sueños siempre frustrados, pero perversamente insistentes. Los más jóvenes -los llamados millennials- piensan con mayor realismo, ajustando sus perspectivas a las posibilidades concretas y las metas que suponen. El populismo ha sido en realidad la enfermedad infantil del izquierdismo, así como este lo fue del comunismo en la memorable -y olvidada- crítica de Lenin. Todas estas utopías han terminado en auténticas pesadillas, pero los pueblos -los electores efectivos- empiezan poco a poco a desperezarse de sus ensueños y asumir una estimulante realidad, aceptando las reglas del mercado y la posibilidad de empoderamiento que brinda el liberalismo económico, regulado por leyes con una esencia social distributiva, aplicadas responsablemente, con equidad y sabiduría. El reciente triunfo de Sebastián Piñera en Chile confirma esta tendencia.
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Fulgores de Fulgencio ii

Por Alejandro González Acosta.

Batista, el José de San Martín cubano

¿Fue Batista un “populista”? Definitivamente, no. En todo caso, fue en su momento un gobernante popular, que es muy diferente. Los populistas se caracterizan, sobre todo, por prometer irresponsablemente lo que saben (o quizá creen que sí) no pueden cumplir. A pesar de su casi inexistente educación formal, obligado por su humilde origen, e impulsado por un afán de superación personal, Batista supo convocar y reunir a los especialistas más destacados y congregarlos alrededor de un proyecto de gobierno. Su talento natural y despejado, que muchos de sus fervientes detractores reconocen, no sólo posibilitó la formación de un equipo de asesores, a quienes escuchaba, sino la creación de un estilo de gobierno.

Durante sus períodos de mando, Batista no sólo ayudó decisivamente para crear las condiciones de un desarrollo sustentable, sino que respetó los principios esenciales que lo posibilitaban y además -y esto no es asunto menor- para ello colocó en los puestos decisivos para alcanzar los logros propuestos, a los mejores y más capacitados hombres del momento, con destacadas personalidades como Emeterio S. Santovenia, a quien le encargó la reestructuración del BANFAIC (Banco de Fomento Agrícola e Industrial de Cuba, creado en 1950), con tal amplitud de criterios y sin distinción de “ideologías”, que incluso el historiador marxista y antiguo militante comunista (del Partido Comunista Francés) Julio Le Riverend Brussone, luego implacable represor desde la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí” (1977-1988), disfrutó de una de sus direcciones más estratégicas hasta 1959. Y tampoco desdeñó escuchar opiniones de otros comunistas ortodoxos como Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez, a quienes agració (por compromisos de las alianzas políticas) con los nombramientos de “ministros sin cartera”, los cuales distaban de ser simbólicos y testimoniales, según se ha tratado de menoscabar: sí opinaban y sí decidían en el Consejo de Ministros. Ninguno de ellos fue una marioneta de decorado en el centro de las decisiones políticas y económicas.
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Fulgores de Fulgencio i

Por Alejandro González Acosta.

Unas palabras olvidadas

“La finalidad de elevar el nivel de vida de nuestros pueblos y la movilización de las fuentes de riquezas, corresponde a cada nacionalidad, y aunque la cooperación se deriva de la misma naturaleza de los convenios, acuerdos o negociaciones, no debe esperarse que la ayuda principal nos venga de afuera. Nuestros países, incluyendo al Canadá, forman un formidable conglomerado que integran más de 357 millones de seres humanos. Son pueblos que aman su progreso y su libertad; que no tienen apetencia de expansión territorial, ni permiten que otros atenten, directa o indirectamente, contra su libre determinación. Debe aspirarse a que esos preciosos conceptos no descansen únicamente, para unirnos y compenetrarnos, en combatir al marxismo, que es deber e interés de todos, sino que tengan también una sólida arquitectura económica y social. Esa recia consolidación servirá de contén a las infiltraciones de la demagogia vernácula y a la acción corrosiva del comunismo. Es indispensable la facilitación de inversiones de capital privado y público, en forma que trasciendan al bienestar de la familia y a la prosperidad de las naciones. Es preciso un razonable balance entre lo que se importa y las exportaciones, y encauzar debidamente la producción interna. Todo eso, con la eliminación de la doble imposición fiscal, y dentro de las operaciones comerciales fijando adecuadas normas arancelarias y monetarias, sin abandonar ninguna de las partes de la defensa de los respectivos patrimonios, sería la mejor cooperación, en modos recíprocos, para lograr resultados fecundos. Debe propiciarse un ambiente social en que lo demagógico y especulativo no sea más fuerte que el imperativo económico.

“Una de las maneras es propender a que se distribuyan más equitativamente los rendimientos de la producción, con el objeto de establecer la mayor circulación monetaria, el desarrollo de los negocios y la seguridad del capital y el trabajo.
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viernes, 3 de agosto de 2018

La violencia no sale en las fotos.

Por Raúl Rivero.

La violencia no sale en las fotosLa dictadura cubana, siempre hábil y lépera, ha conseguido ofrecer a los extranjeros y a los más crédulos e ingenuos de la sociedad criolla, la imagen de que en la Isla se vive un clima de auténtica seguridad pública, de paz absoluta y de seguridad. Para ello ha utilizado su instrumento favorito en el manejo de la prensa oficial: la censura.

Por lo tanto, en aquellos panfletos estatales es prácticamente imposible ver una reseña de lucha entre pandillas, un crimen pasional o el brillo aterrador de un machete en el aire.

En efecto. Por aquellos sitios sólo hay espacios para los teques políticos y para las crónicas sociales de los dirigentes en actos populares con sus discursos agotados y muertos. Y también para reportajes incoloros sobre cualquier aspecto de la realidad siempre y cuando no salga retratada por ningún lado la violencia, los robos, los asaltos, las broncas de bandas de jóvenes que tienen nombres sonoros y se caen a puñaladas lo mismo en una esquina de Guantánamo, que en Ciego de Ávila, La Habana o Pinar del Río.
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