lunes, 13 de julio de 2020

A 26 años de un crimen impune: el hundimiento del remolcador “13 de Marzo”.

Por CubaNet.


Este 13 de julio se cumplen 26 años de uno de los crímenes más terribles e impunes del régimen cubano: el hundimiento del remolcador “13 de Marzo” cerca de las costas de la Isla, un hecho donde perdieron la vida 41 civiles, incluidos 11 niños.

En la madrugada del 13 de julio de 1994 la vieja embarcación fue tomada por 72 personas desesperadas por abandonar el país cuando la crisis económica tras la caída de la URSS se agudizó hasta niveles nunca vistos después de 1959.

Enseguida, varios remolcadores (los Polargo 2, 3 y 5) se movilizaron para impedir que los tripulantes del “13 de Marzo” pudieran llegar a las costas de la Florida, en Estados Unidos. El barco fue acorralado en aguas abiertas, aún nacionales, por los otros tres remolcadores.

Las autoridades cubanas atacaron a los ocupantes del “13 de Marzo” con chorros de agua a presión.

“Paramos y les dijimos: ‘Nosotros vamos a virar para atrás. Ya estamos parados’. Y le decíamos que no nos hicieran daño, que llevábamos niños ahí. Les enseñábamos los niños pero ellos seguían echando agua. Después vinieron dos (remolcadores) más (…) y se pusieron uno por cada lado: uno al frente, otro detrás”, narró años después una de las sobrevivientes, María Victoria García, quien perdió a su hijo de 10 años, su hermano y su esposo por la acción del régimen cubano.

Por su parte, otro de los sobrevivientes de la masacre, Sergio Perodín, asegura: “Las mujeres y los niños subieron a cubierta para que los tripulantes del otro barco se percataran de que iban a cometer un asesinato. Ellos no se detuvieron. En medio de varias maniobras, el ‘13 de Marzo’ chocó con el Polargo, y en el incidente logramos poner proa hacia afuera. Al salir de la bahía a mar abierto, sin embargo, había otras dos embarcaciones Polargo esperándonos, escondidas detrás de El Morro”.

Inicialmente la prensa oficial ocultó los hechos. Un día después del hundimiento el diario del Partido Comunista de Cuba, Granma, publicó que la embarcación había “zozobrado” con “antisociales” a bordo. Sin embargo, la presión alrededor de los hechos obligó al régimen a reconocer, aunque sea, otra versión fraudulenta del hundimiento.

Entonces los medios oficiales cubanos presentaron los sucesos como un accidente provocado por la irresponsabilidad de los que intentaron llevarse el barco. Incluso Fidel Castro elogió las acciones de los Polargo y calificó el hecho como “un esfuerzo verdaderamente patriótico”.

Las autoridades cubanas ni siquiera hicieron el intento de rescatar los cadáveres del fondo del mar. Testimonios de sobrevivientes apuntan a que fue una acción premeditada con la intención expresa de castigar a quienes intentaban emigrar.

Por su parte, los responsables del hundimiento nunca fueron llevados a juicio ni castigados.

La masacre de gente indefensa, que pudo haber sido evitada fácilmente con los numerosos medios disuasivos de que disponen las Tropas Guardafronteras y el Ministerio del Interior, probablemente pretendió ser un escarmiento, una medida ejemplarizante para frenar el robo de embarcaciones en medio del éxodo que ya estaba en marcha en aquel convulso verano de hambre y de apagones, en el peor año del Período Especial.
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