viernes, 3 de julio de 2020

El castrismo, medio siglo al servicio de guerrilleros y terroristas.

Por Orlando Freire Santana.

Ejército de Liberación Nacional / ELN.

Por estos días, los medios de difusión oficialistas, divulgando palabras de Fidel Castro, aseguran que Cuba no envía tropas a ningún oscuro rincón del mundo, sino médicos a esos lugares.

Sin embargo, en fecha tan temprana como junio de 1959, apenas cinco meses después de que los guerrilleros de la Sierra Maestra accedieran al poder, varios combatientes del Ejército Rebelde llegaron a las selvas hondureñas con el objetivo de cruzar la frontera con Nicaragua y combatir al gobierno de ese país. Así lo reconoció el periódico Granma en su edición del 24 de junio de 2019.

A esa participación militar cubana en el exterior le seguirían otras más conocidas en la década del sesenta, como la expedición donde cayó Antonio Briones Montoto en las playas de Venezuela; la aventura en las selvas de Salta, en Argentina, donde desapareció Jorge Ricardo Masetti, quien había recibido preparación militar en Cuba; y por supuesto, la malograda gesta guerrillera en Bolivia, donde perecieron, junto al Che Guevara alrededor de una decena de cubanos.

A lo anterior, obviamente, habría que agregar las intervenciones militares cubanas en África, donde el castrismo sacrificó la vida de más de 3 000 de sus hijos para apoyar la estrategia geopolítica de la extinta Unión Soviética.

Pero Cuba no se destacaría solo por enviar sus tropas a combatir al exterior, sino que ofició también como retaguardia y base de entrenamiento a varios movimientos guerrilleros de la región. De Cuba partió Carlos Fonseca Amador, quien llegaría a convertirse en el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional, para combatir al gobierno nicaragüense de Anastasio Somoza; de la isla salió Francisco Caamaño con la intención de organizar un movimiento guerrillero en las montañas de República Dominicana; y qué decir del amplio apoyo militar, material y financiero que el castrismo brindó a la guerrilla salvadoreña del Frente Farabundo Martí que combatía al gobierno de esa nación. Una contienda que ocasionó la muerte de casi 100 000 ciudadanos de ese país centroamericano.

Mención aparte para la protección que el gobierno cubano ha brindado a movimientos reconocidos como terroristas por la comunidad internacional, como la organización ETA del país vasco español. Hay que recordar la bochornosa actuación cubana en la Cumbre Iberoamericana de Panamá en el año 2000, cuando la Isla se negó a apoyar una Resolución que condenaba a ETA. Una Cumbre que pasó a la historia por aquellas palabras del entonces presidente de El Salvador, Francisco Flores: “Señor Castro, hemos tenido mucha paciencia con usted, porque usted tiene las manos manchadas con la sangre del pueblo salvadoreño”.

Este vínculo de las autoridades cubanas con el terrorismo vuelve a la palestra a raíz de la protección que el gobierno de la Isla ofrece a los integrantes de la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) que sostenían conversaciones con las autoridades de esa nación sudamericana. Una agrupación guerrillera que, violando el espíritu de ese diálogo, ejecutó un acto terrorista contra la Escuela de Cadetes de la Policía, en Bogotá, en el que hubo cuantiosos muertos.

Mas, teniendo en cuenta el largo historial del castrismo en lo referido a la protección de guerrilleros y terroristas, cualquiera podría dudar una vez más de la veracidad del discurso oficial de La Habana.

La versión oficial cubana aduce que no se extradita a los guerrilleros, tal y como lo pide el gobierno colombiano, porque ello estaría en contra de lo acordado previo al inicio de las pláticas.
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