jueves, 14 de julio de 2011

El salario mensual del cubano desaparece en tres días.

Una investigación del Centro de Estudios Económicos reveló que un núcleo familiar promedio de cuatro personas en Cuba necesita siete veces sus ingresos salariales sólo para satisfacer las necesidades básicas.

Es pan comido, aunque también escasea, la eterna contradicción que para los cubanos existe entre el salario en moneda nacional (MN) que por su trabajo perciben y los productos de primera necesidad, como ropa, zapatos, medicinas, artículos de higiene personal, y, sobre todo, alimentos, que en su gran mayoría sólo pueden adquirir en CUC, un tipo de peso convertible al dólar americano con un aumento de un 8 por ciento.

A lo largo de toda la isla, los establecimientos comerciales que operan sólo en CUC, red de tiendas minoristas, supermercados, gasolineras, restaurantes, diplopanaderías, diplodulcerías, y, por supuesto, hoteles y centros recreativos, proliferan en todos los barrios, y en el centro de la capital, en casi todas las esquinas.

Aquellos que no tienen el famoso pariente en el norte, o en otros países del mundo dispuesto a compartir con ellos su propio salario -que en el exilio también devengan con mucho sacrificio-, enviando remesas al mes, o que no entran dentro del pequeño grupo de beneficiados por el sistema de estímulo que establece el Estado a los trabajadores en empresas de capital extranjero, los infortunados, la gran mayoría, se ven obligados a cambiar los exiguos pesos de su salario en CUC, para adquirir estos productos de primera necesidad, a un cambio insostenible de 25 pesos cubanos a 1 CUC en las CADECAS o quioscos de cambio.

Los pocos establecimientos, como agromercados y pescaderías, donde pueden adquirirse los productos en la moneda con la que el trabajador es remunerado por sus servicios a la sociedad, son también prohibitivos para el salario de un médico, un maestro, un oficinista, un obrero de la construcción, un recién graduado universitario, que oscila entre los 200 y los 500 pesos cubanos.

En el portal digital havanatimes.org, una mujer cubana relata este desconsolado testimonio de su realidad.

Hoy es el día más feliz y también el más frustrante de todo el mes de trabajo.Por fin dejaré de estar pelada como un plátano, como solemos decir por acá. Sé que en el fondo me equivoco, que el dinero se escurrirá de mis manos como agua.

¿Ese dinero acaso tocará mis manos? Bueno, el momento cumbre de la felicidad es cuando pongo mis dos pies en el pequeño cuarto donde me pagan (300 pesos).

Pero mi felicidad tiene una vida corta, muere en el instante en que acabo de firmar un papel y recibo el sobre carmelita que tiene dentro mis exactamente 7 billetes. (…).

Para los que no crean que se puede gastar todo mi salario incluso en un día, aquí les pongo un pequeño desglose:

30 huevos: 45 pesos. 500 g de leche: 75 pesos. 1 botella de aceite: 60 pesos.

90 pesos para el pan del mes (un pequeño pan de tres pesos por día).

30 pesos en croquetas y 20 para pagar la comida del comedor obrero.

Los restantes 25 pesos es lo que corresponde al transporte.

Fin del salario, no hay que ser demasiado atento para notar que ni siquiera me puedo alimentar bien. Grito para mis adentros cientos de insultos.

En entrevista para martinoticias, Aimée Garcés Leyva, vicepresidenta a nivel nacional de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), desde la provincia oriental de Palma Soriano, expresa también su testimonio sobre la pobreza salarial en moneda nacional que vive el cubano.

Refiere que la opción más asequible para los cubanos en su propia moneda está en la canasta básica a precios subsidiados por el gobierno- lo que subsiste aún de la antigua libreta de abastecimiento - que se compone de una lista simbólica que no llega a 10 productos: 5 libras de arroz, 4 libras de azúcar, 16 onzas de frijoles, 6 onzas de pollo, 10 huevos, media libra de aceite. Todo lo demás hay que conseguirlo por fuera.

Los alimentos, los artículos de aseo personal como el jabón, el detergente, el champú, etc, sólo pueden adquirirse a precios de mercado negro o en CUC.

Los más afectados, los trabajadores simples, técnicos, obreros, personal de limpieza, con el pésimo salario que perciben, a duras penas pueden sobrevivir.

Se pasa hambre grandemente, señala Garcés Leyva, imagínese que dan un pan pequeño al día que, para un niño sólo le alcanza para su desayuno, pero ya no hay más nada que darle para su merienda, cuando el niño llega de la escuela por la tarde.

Al final del mes no queda nada, nada, ni para pagar la luz.

Otra madre cubana, Magalis Norvis Otero, desde la capital, revela a martinoticias que las personas en Cuba se las ven muy mal con respecto a su situación económica. La alimentación en Cuba es extremadamente cara y escasa.

Indica que por ejemplo, una persona cuyo salario sea de 250 pesos que invertidos a la moneda convertible serían unos 10 CUC, se ve en una situación muy crítica, con respecto a la alimentación y a otros gastos como electricidad y el agua, que también debe pagar.

Las mujeres, sobre todo, las madres de familia, que tenemos niños pequeños y tenemos que enfrentar la merienda del niño, pues en la escuela, en las primarias sobre todo, no se la ofrecen, lo que les brindan es comida para cerdos, que puede ser arroz, frijoles, harina, o sencillamente un pan con algo. Tenemos que comprar, por ejemplo, perros calientes para reforzarles el almuerzo, porque no existe el plato fuerte en la alimentación del niño en las escuelas .

Norvis Otero destaca que en La Habana los precios son extremadamente altos, la libra de bistec de cerdo vale 40 pesos, las viandas y hortalizas oscilan entre los 5 y los 7 pesos la libra, por lo que es muy difícil que una persona con un salario de 210 pesos mensuales pueda consumir esos alimentos sanos de los productos en moneda nacional que oferta el mercado campesino.

Cuba por debajo de Haití.

La Resolución No. 30/ 50 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, señala que el salario promedio en la isla ronda los 300 pesos cubanos. 300 pesos equivalen a $15 USD mensuales ($180 USD anuales).

Un informe del Buró de Derechos Humanos del Departamento de Estado reveló que los ciudadanos del país más pobre de América, Haiti, tenían un salario medio de $473 USD anuales.

Una investigación del Centro de Estudios de la Economía Cubana indicó, a inicios del nuevo milenio, que un núcleo familiar promedio de cuatro personas necesitaba siete veces sus ingresos salariales para satisfacer las necesidades básicas.

Las propias fuentes oficiales han reconocido el descenso en la adquisión de alimentos por la población con respecto a años anteriores y a la disminución del poder adquisitivo de las familias.

Un informe del diario digital IPS señala que los pocos alimentos normados y otras fórmulas de consumo social, como los comedores y centros de trabajo y escuelas, dejan un déficit mensual de alimentación para un cubano de 8.790 calorías, 293.7 gramos de proteína animal, 73.8 gramos de proteína vegetal y 376.8 gramos de grasa, deficiencias que les es imposible suplir con su exiguo salario.
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