lunes, 29 de junio de 2020

La vida de un negro no importa en Cuba.

Por Iván García.


Hace unos días, mi sobrina Yania Betancourt García, estudiante de las carreras de Filosofía y Ciencias de la Cultura en la Universidad de Lucerna, participó en una manifestación contra el racismo en Lucerna, cantón de la Suiza alemana donde reside como refugiada política desde diciembre de 2003.

En diversas ciudades del mundo miles de personas condenaron la muerte de George Floyd, un negro estadounidense que murió asfixiado después que un policía le aplicara durante casi nueve minutos una técnica de estrangulamiento con la rodilla. En Estados Unidos, excepto un pequeño grupo de revoltosos violentos que dañaron propiedades, las protestas pacificas conmovieron a la gentrificada sociedad. No pocos gobernadores, alcaldes, militares y policías se solidarizaron con los manifestantes. Desde luego que habrá un antes y después de la muerte de George Floyd.

Mientras por You Tube veía a mi sobrina leer en alemán una alocución escrita por ella la noche anterior, muchas cosas me vinieron a la cabeza. Cómo olvidar aquella dramática escena de discriminación racial infantil que vivió en el otoño de 2002 cuando tenía ocho años y cursaba el tercer grado en la escuela Tomas Alva Edison, en el municipio habanero de Diez de Octubre. Recuerdo que llegó llorando de la escuela, pues un niño de su clase le había llamado marrona.

Ya antes, en el círculo infantil despectivamente le dijeron negra o negritilla. Los que ofendían eran niños de su misma edad. Su madre y su abuela desde muy pequeña le habían dicho que si alguien la ofendía por el color de su piel, respondiera: «Sí, soy negra, y a mucha honra».

Esas escenas de racismo sucedieron en pleno siglo XXI. En la Cuba de Fidel Castro, que por decreto oficial, determinó que habían desaparecido para siempre los prejuicios raciales. Pero el racismo no se puede legislar en la mente de ciertas personas. Mi madre, mi hermana y yo somos lo que en la Isla se conoce como mulatos.

Personalmente no recuerdo haber sufrido racismo en mi infancia. Nací y me críe en El Pilar, barrio pobre y mayoritariamente mestizo del Cerro. Después me mudé para La Víbora, antaño una barriada de clase media. Allí sufrí varias escenas de racismo. A veces sutiles, otras despreciables. Entonces, mi madre, Tania Quintero, era periodista oficial y eso me otorgaba algún crédito entre ‘personas importantes’ que ocupaban cargos en instituciones estatales.

Era un adolescente que leía muchísimo, tenía capacidad de análisis y respondía con argumentos sólidos. Gracias a mi madre, tenía un nivel de información por encima de la media en un país donde la desinformación y el adoctrinamiento formaba parte de las herramientas del régimen para gobernar por unanimidad y sin muchas discrepancias.

Pude conocer a artistas e intelectuales cubanos famosos y estrechar la mano del escritor colombiano Gabriel García Márquez. Siendo joven solía hablar de política con periodistas de calibre amigos de Tania. Ese background, me ganó el respeto de algunos vecinos que eran funcionarios del gobierno así como de padres de amigos míos.

Para ellos era ‘un negro con alma de blanco’. Si eres inteligente, me aconsejaban esas personas, ponte a trabajar en cualquier institución del Estado, trata de ingresar a la Unión de Jóvenes Comunistas y aprovecha los contactos de tu madre para obtener un buen cargo.

Pero ya para esa fecha, yo era disidente por cuenta propia. No me gustaba el sistema. En la primavera de 1991 metí la pata, según mis ‘asesores políticos’. Convencí a un grupo de diez o doce muchachos para poner carteles por toda La Víbora en favor de una perestroika, glasnost y democracia en Cuba. La Seguridad del Estado detuvo a cuatro de nosotros. No delatamos a nadie. Estuve casi quince días detenido en una celda de Villa Marista.

Varias veces tuve que escuchar al oficial que me interrogaba, conocido por Chaple, decirme «cómo era posible que un joven mestizo, formado por la revolución y de una familia integrada (revolucionaria) podía cometer una felonía contrarrevolucionaria». En cada sesión de interrogación me repetían que si vivía en Estados Unidos, el KKK me hubiera linchado. Era el discurso favorito del régimen para los negros y mestizos que disentían.

Cinco años después comencé a trabajar junto a mi madre como periodista independiente en Cuba Press, agencia creada por el excelente poeta y periodista Raúl Rivero. En cada de una de las detenciones o citaciones de la Seguridad del Estado, a la arenga racista de los segurosos, se unían descalificaciones y amenazas: «Tu no eres periodista, eres un delincuente. Lo que te espera es la cárcel. La gente de tu color de piel no tiene futuro en ningún país mal llamado democrático». Ésos solían ser sus argumentos. Cuando lo pisoteabas intelectualmente en una polémica, se acababa el debate y el oficial de la policía política me dejaba detenido varios días en una apestosa celda.

Los prejuicios raciales también existen en un sector de la oposición. He escuchado comentarios muy racistas de disidentes blancos contra lo que denominan «la oposición negra». En un principio lo justificaban con un ligero manto doctrinario al acusar de «negros de izquierda» a Manuel Cuesta Morúa, Leonardo Calvo, Juan Antonio Madrazo o Dimas Castellanos, probablemente los más cultos y mejor preparados de la disidencia cubana.

Les costaba aceptar la superioridad intelectual de los ‘negroides’, como también les decían. Y comenzaban a denigrar, insultar, burlarse. Cuando a la abogada Laritza Diversent y Cuesta Morúa conversaron con Barack Obama en la Cumbre efectuada en Panamá, a los disidentes blancos racistas se les multiplicó el odio. Estuve presente cuando en una actividad festiva, Laritza Diversent tuvo que abofetear a un disidente que intentó tocarle las nalgas. El acosador, blanco, alegó que le estaba haciendo un favor a «esa negra de mierda».

Cuando las Damas de Blanco, en su mejor momento, pusieron en alto la bandera de la oposición en Cuba y obligaron al régimen a pactar, liberar los 75 prisioneros de la Primavera Negra e incluso arrancarle una concesión inédita a la autocracia, autorizando Raúl Castro un espacio para que pudieran protestar en Miramar, escuché expresiones racistas y machistas. Por supuesto, ninguno tenía cojones para marchar por las calles junto a las Damas de Blanco, mujeres que para ellos, además de la mayoría ser negras eran «pobres y de bajo nivel cultural».

Con la muerte de George Floyd se abrió un debate no solo en la sociedad estadounidense. También en Europa y América Latina donde el racismo va en aumento. El régimen cubano pretende ver el debate en la distancia. Condenando con filípicas hipócritas el racismo en Estados Unidos y obviando la discriminación que existe en el país.

Por eso sentí tanto orgullo cuando escuché a mi sobrina en la marcha contra la discriminación racial en Lucerna. En Cuba no hubiera sido posible una protesta pacífica y gritar que la vida de un negro también vale.
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viernes, 26 de junio de 2020

Cabrera Infante: inmune al veneno.

Por Luis Cino.

Guillermo Cabrera Infante.

Por diversas razones y de distintos modos, muchos han querido desacreditar a Guillermo Cabrera Infante, uno de los más importantes escritores cubanos del siglo XX, fallecido en Londres en febrero de 2005.

A pesar de que fueron amigos en su juventud, al escritor Lisandro Otero lo ahogaba la envidia y el rencor cuando opinaba sobre Cabrera Infante. Lo acusaba de imitar a Faulkner, y definía la obra del autor de Tres tristes tigres como: “fuegos de artificio… una acumulación verbosa y deshumanizada…trozos de historietas, narraciones truncas, prosa inconclusa sazonada con ejercicios de pastiche, parodias acrobáticas, laberintos gratuitos, pésima y oscura sintaxis, supercherías gratuitas, alguna que otra agudeza, comadreos de aldea, bromas demasiado escuchadas”.

Otros amigos y colegas de Cabrera Infante renegaron de él después que se exilió. Algunos, en sus últimos tiempos en Cuba, cuando era poco menos que un secuestrado, se prestaron para vigilarlo y delatarlo al G2.

Pero tan infames como las difamaciones y los chismes de los envidiosos y los renegados, son los intentos de esgrimir contra Cabrera Infante, que fue el más apasionado anticastrista de los escritores exiliados, la época en que llegó a convertirse en un intelectual orgánico del castrismo.

Algunos comisarios culturales y sus cómplices, luego de fracasar en el intento de minimizarlo como escritor, se afanan en presentar a Guillermo Cabrera Infante como extremista e intolerante durante los dos años que dirigió Lunes de Revolución, el magazín cultural del periódico Revolución, que era el órgano del Movimiento 26 de Julio. Para ello, insisten en recordar que Cabrera Infante apoyó los juicios sumarísimos contra los militares del régimen de Batista y la emprendió contra el diario La Marina y los escritores del Grupo Orígenes, en particular, Lezama Lima.

De origen humilde, hijo de comunistas, Cabrera Infante fue fascinado inicialmente por la revolución de Fidel Castro. Pero su fascinación se desvaneció en dos años, cuando chocó con los comisarios stalinistas que lograron, luego de la prohibición del documental PM, el cierre de Lunes de Revolución.

El más reciente de los intentos por sacar a relucir el pasado castrista de Guillermo Cabrera Infante es un trabajo de Eric Caraballoso titulado Cabrera Infante antes de Cabrera Infante, que  apareció hace unos días en OnCuba, una página que no desperdicia las oportunidades de mostrarse complaciente con el régimen de La Habana.

Eric Caraballoso, como quien no quiere la cosa, remacha su artículo, lleno de malintencionadas sutilezas, con la reproducción de una apasionada crónica escrita en abril de 1961 por Cabrera Infante, cuando estuvo en Playa Girón como corresponsal de guerra del periódico Revolución.

En Cuba, Guillermo Cabrera Infante es un autor prohibido. Su nombre no aparece en el Diccionario de la Literatura Cubana que publicaron a fines de los años 70. Pero en 2011 publicaron un libro no de Cabrera Infante, sino acerca de él: Sobre los pasos del cronista (el quehacer intelectual de Guillermo Cabrera Infante hasta 1965), de Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco.

En dicho libro, como indica su título, los pasos de Cabrera Infante se pierden justo en el momento en que se fue a Europa y rompió con el régimen, a pesar de que fue a partir de ahí que produjo la mayor y más importante parte de su obra literaria.

Ni muerto los castristas le perdonan a Cabrera Infante que haya sido un acérrimo adversario, y que nunca abjurase de ello ni se dejara engatusar por los emisarios de la cultura oficial. Por el contrario, el escritor gozaba con el odio de sus enemigos. Se enorgullecía de estar proscrito. La rabia que le mostraban halagaba su vanidad.
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jueves, 25 de junio de 2020

Dios bendiga al Presidente Donald J. Trump.

Por Clint Eastwood.

"Me divierte cuando la gente llaman estúpido a Trump". ¿Se refieren al multimillonario que pateó a todos los demócratas, venció a 16 políticos republicanos de carrera y continúa burlándose de organizaciones de prensa que alguna vez tuvieron fama y hoy se dedican a fabricar "Fake News". ¿Se refieren al tipo que ganó la presidencia?

¿Se refieren al hombre con una mujer super modelo?

¿Se refieren al tipo cuya sola palabra retrasa considerablemente los cruces fronterizos ilegales?

¿Se refieren al tipo cuya mera presencia rompió el mercado de valores por sus registros anteriores?

¿Se refieren al tipo que creó 1 millón de empleos en sus primeros 7 meses en la oficina?

¿Están seguros de saber a quién se están refiriendo?

¿Están seguros de apoyar al partido demócrata, que aboga por la aniquilación de todos los principios fundamentales del cristianismo?

¿Están seguros de apoyar a un partido que no quería eliminar la esclavitud y  votó el 100%  contra su abolición?

¿Están seguros de que toman en serio a un político como Maxine Waters?

¿Están seguros que no ven nada malo en alguien que tiene una carrera de 40 años como servidor público y vive en una mansión de $ 4.5 millones y que, además, dice representar a un vecindario donde ni siquiera vive?

¿Están seguros que no ven nada malo o particular sobre Hillary Clinton, una mujer involucrada en política durante los últimos 30 años con un patrimonio neto de $240 millones?

¿Están seguros que no están basando su opinión en el odio de una corrupta y politizada plataforma de medios pagados para manipular con la mentira en detrimento del país donde ganan sus millones?

¿Podría incluso decirme 5 cosas que el Partido Demócrata haya hecho para mejorar su prosperidad diaria como ciudadano estadounidense trabajador?

PROBABLEMENTE NO...

¿Te das cuenta de la debacle a la que envías a tus hijos cuando se conviertan en adultos,  mientras continúas apoyando al partido demócrata que no hizo nada por los pobres, excepto  mantenerlos más  pobres, con más abortos gratis y algunos cientos de dólares al mes con comida en su refrigerador, para mantenerles su mente ociosa y dependiente de la droga y demás males de los vagos parásitos, de un  Estado que vive de los impuestos de los que sí trabajan?

La prosperidad y seguridad de sus ciudadanos tiene que ser parte de las tareas de todo gobierno.

Pero la sociedad que planifican los demócratas  vive de programas de subsidios, exacerbando la atrofia intelectual, de compromiso individual y social.

¡Todos ellos te han engañado horriblemente!

Intensifique y defienda el bien de sus hijos.

Te prometen un país lleno de inmigrantes ilegales, abortos, empleos de $ 15 por hora y personas no sexistas que no harán que su país y su vida sean prósperas.

Rosie, Madonna, Katy Perry y Robert Deniro no son como tú. No tienen que vivir la disparidad diaria de un estadounidense promedio.

Los hombres no odian a las mujeres, los blancos no odian a los negros, y Donald Trump no es racista.

Dile stop al lavado de cerebro que te hace un partido que te ha fallado continuamente.

Piensa en tu prosperidad, tu seguridad, tus hijos y un estado mental de America First.

Deshazte de esos políticos retorcidos que han frenado tu crecimiento y el de tus hijos.

Endurécete, toma una posición y actúa como un orgulloso estadounidense.
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El gran lastre económico de Cuba.

Por Sergio Ramos.


Tal como ha ocurrido en muchos países del mundo, Cuba está sumida en una profunda crisis económica como resultado del impacto causado por el disloque de los mercados internacionales a raíz de la pandemia del COVID-19.

Sin embargo, la situación de la Isla se agrava exponencialmente a causa de la ineficiencia intrínseca del modelo económico impuesto por la dictadura. El pueblo cubano está padeciendo una severa escasez de productos de primera necesidad y alimenticios que al régimen le es imposible resolver.

Actualmente, existe una gran preocupación en las altas esferas de la casta gobernante. Por tal razón, hace varios días comparecieron en el programa televisivo Mesa Redonda tres de las más altas figuras del régimen: el gobernante Miguel Díaz-Canel, el primer ministro Manuel Marrero Cruz y el Ministro de Economía Alejandro Gil. Sus intervenciones estuvieron cargadas justificaciones infundadas, sin afrontar el meollo de la causa real de la crisis económica de afecta a Cuba.

Posteriormente, el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, como parte de la desesperación económica de la dictadura castrista, recordó a los cubanos en el exterior que pueden invertir “sin límites” en el país. También anunció que se les concederá autorización a ciertos cuentapropistas para exportar sus productos.

Un hecho cierto es que, por su naturaleza totalitaria, exclusivista y dictatorial, el régimen cubano no ofrece garantías de estabilidad ni de seguridad para la inversión extranjera ni para la comunidad de emigrados. Se trata de un problema sistémico: cualquier inversión en Cuba es de muy alto riesgo pues constantemente estará a expensas de su expropiación arbitraria sin indemnización a causa de las inconsistencias, las arbitrariedades, la corrupción y los fanatismos ideológicos de la casta gobernante que por más de 60 años usurpa el poder que le corresponde al pueblo.

La realidad es que ninguna de las nuevas medidas adoptadas por el régimen contribuirá a resolver la crítica situación económica del país, puesto que la génesis del mal radica en el inoperante e improductivo sistema económico de control y propiedad estatizada impuesta por el régimen. Un sistema económico que nunca ha dado resultados y que ha mantenido al país en la pobreza por 60 años.

Para que el país pueda resolver la crisis y salir de la pobreza en que está sumido se ha de empezar por abrir plenamente la economía al libre mercado y a la tenencia de la propiedad tanto de los bienes de consumo, como de producción, no solo para los extranjeros o los cubanos en el exterior, sino para todos los ciudadanos cubanos que residen en la Isla. Estas medidas deben ser acompañadas de garantías plenas para la seguridad y estabilidad en la tenencia de la propiedad privada, tanto agrícola, industrial, comercial, como también en lo personal. Además, debe proveerse de incentivos a la inversión y a la reducción de los impuestos a niveles razonables, incluyendo la exención contributiva para la inversión en la agricultura, industria y comercio y permitir la libre contratación de los trabajadores bajo condiciones salariales justas y dignas que garanticen el bienestar de los ciudadanos.

O sea, ha de desecharse por completo el modelo de economía estatal centralizada del comunismo y adoptar un modelo de libre empresa y mercado.

Obviamente, sabemos que eso es algo que la minoritaria casta de la alta cúpula en el poder no está dispuesta a hacer, puesto que perdería el control férreo que tienen sobre el país y, en última instancia, su dominio sobre el ciudadano común.

Para resolver el problema económico de Cuba se requiere el cambio radical de modelo económico, lo cual también requiere, a priori, un profundo cambio en el modelo político orientado hacia la democratización del país, algo a lo le tienen terror los altos jerarcas del Partido Comunista de Cuba (PCC).

De hecho, a principios de este siglo la cúpula gobernante estuvo considerando cambios en el modelo económico e hizo estudios sobre la posibilidad de la implantación del modelo chino y el modelo vietnamita. Este último fue muy considerado por ser más restrictivo, pero al final fueron arropados por el miedo al cambio y desecharon ambos, pues hacerlo pudiera conllevar una pérdida en los niveles de poder absoluto que ostentan.

Cabe señalar que ambos modelos económicos, el chino y el vietnamita, son inaceptables como remedios para los males que sufre Cuba, porque ambos conllevan el continuismo del régimen dictatorial.

A fin de cuentas, mientras los castrocomunistas estén en el poder en Cuba, todo seguirá igual. La pobreza, la escasez y el hambre continuará arropando al país, manteniendo al pueblo cubano sumido en la opresión y la miseria al tiempo que la minoritaria casta gobernante seguirá enriqueciéndose a costa de la explotación de los trabajadores cubanos.

Y de nuevo, insisto, solo un profundo y radical cambio en el modelo político hará posible que se produzca un verdadero y real cambio de modelo económico que dé al traste para siempre con la pobreza y la opresión del pueblo Cuba.
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martes, 23 de junio de 2020

“Mejor que Trump nos tire una bomba y se acabe todo.”

Por Ana León.

La desesperanza del pueblo cubano.

Desde que se hiciera pública la noticia de un proyecto de Ley impulsado por senadores republicanos para sancionar a los países que contraten brigadas médicas cubanas bajo los términos del régimen, todo lo que escucho es que, si Washington sigue apretando, los cubanos llegarán al límite de sus fuerzas sin haber visto la luz al final del túnel. Las dificultades cotidianas son demasiado apremiantes para que los nacionales se dediquen a dilucidar el entramado ético de las Misiones Médicas, entendidas pragmáticamente como una fuente de ingresos que de ser obstaculizada provocaría la inmediata multiplicación de las colas, más inflación en los precios y penurias para las familias.

“Mejor que Trump nos tire una bomba y se acabe todo”, es el sentir de una jubilada que no entiende que la Casa Blanca se proyecte con tanta dureza en perjuicio de un pueblo por el cual dice preocuparse. Supuestamente las políticas de Estados Unidos contra el régimen tienen el propósito de conducir a Cuba hacia un estado de derecho y bienestar; pero en la práctica los insulares apenas pueden manejar los rigores de la crisis económica, mientras observan que la casta verde olivo se mantiene incólume, con sus cuerpos represivos por delante y un plan de desmantelamiento paulatino de los negocios “ilegales” que afecta dramáticamente al sector privado.

“Muchas sanciones y mucha mano dura pero esta gente (el régimen) ni se lo siente (…) Ahí los ves bien gordos, hablando de planificación y de mandar a los turistas para los cayos. ¿Y nosotros qué?”, se lamenta el propietario de un apartamento de renta a extranjeros, que pidió no revelar su identidad. Como él, otros opinan que el plan de acción de Trump está perjudicando directamente al pueblo cubano, que debe soportar la doble carga de un escenario global adverso debido a la emergencia sanitaria y la perfidia de un gobierno que en lugar de permitir la participación absoluta de sus ciudadanos en la recuperación económica, suprime las escasas libertades concedidas y justifica su decisión con la agresividad manifiesta de la Casa Blanca.

La reacción de Díaz-Canel contra el menor acto de crítica o rechazo hacia su gestión se ha radicalizado en proporción a la política de Washington. Los actos represivos han rebasado el marco de la disidencia y la prensa independiente para recaer sobre cualquier ciudadano que publique en sus redes sociales eventos que ilustren la gravedad de la crisis que atraviesa la Isla.

Desde 2019, en comparación con los años de gobierno de Barack Obama, la prensa independiente se ha visto obligada a modificar sus métodos de trabajo debido al aumento del acoso por parte de la Seguridad del Estado. La crisis generada por la COVID-19 ha dejado secuelas a nivel mundial, pero en Cuba ha servido como pretexto al régimen para arreciar su mezquindad en materia de libertades. A falta de una Primavera Negra —que lo haría lucir muy mal de cara a la opinión internacional— han aplicado hasta la saciedad el Decreto 370 y cargos como “Propagación de epidemias” o “Desacato” para imponer multas, arrestar y encarcelar a activistas, periodistas y youtubers.

Los cubanos saben que el régimen utiliza el embargo para cubrir su propia catástrofe administrativa, pero también admiten que la rebelión no se vislumbra como una vía para salir del atolladero, por mucho que así lo quieran creer los que ya no logran dominar su impaciencia. La disidencia interna se mantiene fragmentada, desprovista de credibilidad entre los ciudadanos. Un estallido social sin liderazgo no pasaría de una revuelta menor que las fuerzas del orden ni siquiera tendrían que aplacar con violencia. Al no tener un objetivo claro cesará por sí sola y después vendrán las represalias.

Alimentar la esperanza de una rebelión como consecuencia de la presión ejercida por Washington, demuestra cuán poco los artífices de dicha política conocen a los cubanos. Es un error confundir catarsis momentáneas o destellos de malestar popular con un movimiento social de oposición activa. A fin de cuentas quienes protestan por pollo, con pollo se conformarán.

En lo concerniente a derechos humanos y posibilidades de desarrollo para el “cubano de a pie” —por cuya prosperidad dicen preocuparse la oposición interna y el exilio—, la estrategia de Trump ha desencadenado un peligroso retroceso que no solo apunta a reinstaurar el más férreo control del régimen sobre el pueblo, sino avivar la retórica de la “resistencia patriótica y el odio al imperialismo”, al más puro estilo fidelista.

No es de extrañar que los cubanos se cuestionen hasta qué punto el plan republicano los beneficia. Si bien la mayoría se rehúsa a hablar de política, el sentimiento generalizado fuera de la oposición es que “el tipo está apretando demasiado”. Con un pueblo que prefiere acomodarse a la opresión antes que organizarse cívicamente y entender que todos sus problemas emanan de un modelo político inerte, el régimen sabe que puede soportar cuatro años más de hostilidad.

Díaz-Canel y compañía administran la miseria nacional con paciencia porque saben que Trump va a pasar. Será en noviembre próximo, o en 2024; pero a la Casa Blanca volverá un demócrata dispuesto a mejorar las relaciones con Cuba, haciendo quizás algunos ajustes para que el régimen no llene sus alforjas con tanto mango bajito sin ofrecer nada a cambio.

Del lado de acá también pondrán traílla a los egos y la zoquetería, pues aunque el generalato siga en pie una vez concluido el ciclo republicano, la amarga experiencia de lidiar con Trump habrá aportado cruciales lecciones para el futuro. Eventualmente regresaremos a la alternativa que dio mejores resultados, pero con años de retraso que han impactado y pesado como el pedrusco de Santa Ifigenia en las aspiraciones del pueblo cubano.
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Cuba: donde las vidas negras no importan.

Por Ileana Fuentes.


Miguel Díaz Canel se manifestó recientemente con motivo de la violencia policial en EE.UU. y la posible intervención militar de la administración Trump para controlar las protestas en el país (lo que ya se anunció desde el alto mando militar que no sucederá). Esas expresiones de solidaridad ocurrieron apenas dos días después de que el régimen celebrara el quincuagésimo noveno aniversario, el pasado 6 de junio, de la instauración del Ministerio del Interior, la policía política del gobierno cubano.

Estemos claros: celebrar otro aniversario del MININT -de la Seguridad del Estado- es como celebrar la Gestapo nazi, la KGB soviética, la Státní checoslovaca, o la Stasi alemana. El presidente cubano convocó al pueblo a honrar a los héroes y mártires del MININT que “por la Patria, siempre están a la vanguardia de la vanguardia”. ¿Honrar a las fieras orwellianas de Ramiro Valdés? ¿Es esto una burla?

¡Qué cínico el régimen que preside Díaz-Canel, que controla Raúl Castro desde el partido único, que vice-preside el propio Valdés, cuyo consejo de ministros, por ejemplo, lo integran 31 cubanos de la raza blanca y apenas cuatro afrodescendientes! ¿Es o no es el régimen cubano un órgano de control absoluto blanco-supremacista?

Nuestro racismo tiene orígenes profundos. Por solo mencionar un detalle, a Juan Esteban Lazo Hernández, presidente del consejo de estado, le llamaron por muchos años, burlona e irrespetuosamente, el gori-Lazo. Hoy día se dice que “Francia tiene su Mona Lisa, y Cuba su Mono … ni repetirlo.  Recuerda la frase aquella, tan ofensiva, cruel y despectiva, sobre una hipotética mona que se vistió de seda. ¡Horror!

El régimen mantiene que el censo de 2012 arrojó que el 35.9 porciento de la población cubana es negra y mulata. No se toma en serio el cálculo extra-oficial que sugiere que es un 61 porciento, según encuestas de base realizadas por organizaciones independientes en la Isla que abogan por los derechos de los afrodescendientes cubanos. El censo también dio que el 64.1 porciento de la población cubana es blanca. ¿En qué planeta?

¿Le parecerá al régimen demasiado racializado el hecho que alrededor de un 80 porciento de los cubanos privados de libertad -quizás sea más- es black and brown? ¡El 80 porciento!

“Hoy el racismo afecta estructuralmente a la nación, el 80 porciento de la población penal es negra mientras en las universidades son un porcentaje ínfimo”, declaró el líder disidente Manuel Cuesta Morúa, vocero del Partido Arco Progresista y coordinador de la plataforma Nuevo País, al periodista Fernando Ravsberg en entrevista para BBC Mundo hace unos años.

Viene al caso señalar que, en su informe de enero 2020, la ONG Cuban Prisoners Defenders reveló que Cuba tiene la cantidad de presos per cápita más alta del mundo […] y un índice de condenas mayor al 90%. “Alrededor de 40,000 personas reciben acusaciones en sede penal cada año y de ellos, el 93% es declarado culpable”. Según el informe, la cantidad de convictos y condenados por año en Cuba llega a más de 127 000 personas: 90 000 de ellas están en prisión y el resto en “situaciones de control judicial y policial”. “Por tanto, Cuba sería el primer país en personas privadas de libertad del mundo”, concluye el informe. El 80% del que habla Cuesta Morúa equivale a 101 600 seres humanos de la misma raza de George Floyd.

“La permanencia del racismo en Cuba, y los obstáculos que este presenta, provienen de la ideología de supremacía blanca en la isla, así como del poder hegemónico racista que se deriva de esa ideología” tanto en el pasado democrático como en el presente socialista, según explica el Dr. Iván César Martínez, ex diplomático cubano y profesor jubilado de la Universidad de West Indies en Jamaica, en su obra The Open Wound: The Scourge of Racism in Cuba (Kingston: Ediciones Arawak, 2007).

Declaró también a Ravsberg la antropóloga María Ileana Faguaga, hoy residente en Brasil, que “el racismo es estructural, está tan arraigado en la sociedad que ni siquiera hay legislación complementaria sobre el tema, por lo que el articulado de la Carta Magna se queda en letra muerta”.

Es, precisamente, en un país regido dentro de un enfoque euro-supremacista, donde las vidas negras menos importan. Allí no hay protestas o manifestaciones por la violencia policial.  Si no suceden en Cuba, es precisamente por eso. Pero la violencia contra la población sí sucede, y para ello están la Policía Nacional Revolucionaria, los agentes de Seguridad del Estado, los comités de defensa, las Brigadas de Respuesta Rápida, las tropas territoriales, y los soldados del MINFAR.

Las protestas organizadas del pueblo son las que no acontecen, salvo una que otra reacción espontánea de vecinos en alguna barriada por algún crimen cometido. Si la calle es de los revolucionarios, ¿quién sale a la calle a protestar pacíficamente contra la revolución, a no ser ciudadanos valientes como las Damas de Blanco, más de la mitad de ellas black and brown? Las Damas, y en años recientes los activistas de UNPACU, son la excepción.

La dictadura no reconoce, como no reconocían la vileza de sus actos los negreros y mayorales de épocas anteriores, que es larguísima la lista de black and brown cubanos que ella -la dictadura- ha maltratado, perseguido, fusilado, golpeado, arrastrado, mutilado, torturado, encarcelado, asesinado y marginado desde el principio mismo del proceso revolucionario, hasta el día de hoy. Al Poder hay que refrescarle la memoria.

II

En el principio fue el paredón, y la muerte devino en exterminio.

Los casos documentados de fusilamientos que mantiene la ONG Archivo Cuba suman 5732 cubanos ejecutados bajo las órdenes de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en los primeros años del proceso revolucionario, la mayoría en la prisión de La Cabaña. Afrodescendientes en esa lista consta que hay siete; quién sabe cuántos más si se tuviera acceso a datos etnográficos. Sus nombres son: Aníbal Correoso, de Holguín; Francisco “Pancho” Sosa, de Camagüey; Eladio Caro, de La Habana; Armando Pérez, de Santa Isabel de las Lajas, de 40 años; Margarito Lanza Flores, “Tondike”, de Quemado de Güines, de 23 años; Bienvenido Infante Suárez, de La Habana, de 21 años; y Alberto de la Rosa, “Elegua”, de Camagüey, de 17 años.

“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando”, dijo Ernesto “Che” Guevara, asesino en serie de cubanos para quien ni las vidas negras ni las vidas blancas jamás importaron, en su discurso en la ONU, el 11 de diciembre 1964,

Desde los inicios comenzó a ensayarse lo que más adelante se llamaría formalmente la “parametración”.  No obstante, desde los inicios, la cultura y la moral obligatoriamente tendrían que ser “revolucionarias”. Y a la vez, muy eurocéntricas. Walterio Carbonell (Jiguaní,1920-La Habana, 2008), el intelectual negro más brillante de Cuba en 1959, fue castigado por su libro “Cómo surgió la cultura nacional” (1962) donde señalaba que el racismo seguía vigente en la Cuba revolucionaria. Acusado de diversionismo, lo enviaron a las granjas de trabajo forzado en Camagüey -a las UMAP- a cortar caña; luego a un hospital psiquiátrico; y finalmente fue relegado a trabajos menores en los fosos de la Biblioteca Nacional.

También serán censurados en la primera etapa, entre otros, la cineasta Sara Gómez (Guanabacoa, 1942-La Habana, 1974), el historiador Pedro Deschamps Chapeaux (La Habana, 1913-La Habana, 1994), el antropólogo Rogelio Martínez Furé (Matanzas, 1937), y los dramaturgos Eugenio Hernández Espinosa (La Habana, 1936) y Gerardo Fulleda León (Santiago de Cuba 1942). A Gastón Baquero (Banes, 1918-Madrid, 1997), otro intelectual, poeta y célebre periodista de la Cuba republicana, lo acosaron desde un principio hasta obligarlo, en el mismo año 1959, a partir al exilio en España, hazaña que logró bajo protección diplomática.

En las UMAP fue internado el cantautor Pablo Milanés (Bayamo, 1943), a quien, a pesar de su destacada carrera en la Isla, el régimen ha mantenido vigilado cuidadosamente. Y qué decir del trato que recibió el cineasta Nicolás Guillén Landrián (Camagüey, 1938-Miami, 2003) -Nicolasito para sus íntimos-, sobrino del poeta Nicolás Guillén y uno de los mejores expedientes de la Escuela de Servicio Exterior (1960), de donde fue excluido. Marginado y perseguido constantemente, logró realizar trece documentales, algunos premiados en el extranjero, que siempre fueron vetados por Seguridad. En los años setenta y ochenta fue arrestado repetidas veces; el régimen lo internó en el Hospital Psiquiátrico de Mazorra, donde le aplicaron ocho tratamientos de electro-shock para “curarle” su diversionismo ideológico. Esta tortura lo dejó afectado hasta el fin de sus días.

Esteban Luis Cárdenas (Ciego de Ávila, 1945-Miami, 2010), insigne poeta, y narrador, fue expulsado de la Universidad de La Habana por diversionismo ideológico en 1966. En 1978, fue condenado a 15 años de cárcel por intento de asilo en una embajada. Liberado al año, partió al exilio por El Mariel.

En los más de 30 años de lo que se llama el presidio político histórico, que incluyó a más de 200 000 hombres y unas 7 000 mujeres y dio paso al presidio plantado, muchos de los presos fueron black or brown.  Fueron golpeados, torturados, y se declararon en huelga de hambre en incontables ocasiones. Cumplieron penas inhumanas por oponerse al castrismo: Eusebio Peñalver Mazorra, ex teniente del Ejército Rebelde, que fue sentenciado en la Causa del Escambray a 28 años de prisión, y cumplió hasta el último día; Antonio López Muñoz, de la misma causa, 27 años en prisión; Ramón San Román, 24 años preso; Roberto Azcuy, 21 años; Rolando Gastón, 21 años… entre otros.

En el surgimiento de diversos grupos opositores, se han visto hostigados, vigilados, desalojados de sus casas, detenidos arbitraria y periódicamente, y algunos obligados al exilio periodistas independientes como Tania Quintero; su hijo Iván García Quintero; el ex preso político y activista de derechos humanos Luis Felipe Rojas Rosabal; la activista y ex presa política Sonia Garro; Victoria Ruiz-Labrit, presidenta de la Unidad Femenina Cubana y fundadora del Comité Cubano de Opositores Pacíficos Independientes, objeto de un estruendoso acto de repudio en agosto de 1995; y los fundadores de las bibliotecas independientes Berta Mexidor y Ramón Humberto Colás.

El hostigamiento de opositores y disidentes ha sido una constante. Ahí están los casos de Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, diecisiete años en presidio, prisionero de conciencia de AI, veterano de huelgas de hambre. Su hermana, Berta Antúnez Pernet, fundadora del Movimiento Nacional de Resistencia Cívica “Pedro Luis Boitel”, fue objeto de acoso y vigilancia por su activismo a favor de su hermano y por los derechos humanos. Hay que mencionar a Francisco Herodes Díaz Echemendía, preso politico desde 1990, compañero de prisión de Antúnez, que fue víctima también de las peores torturas y maltratos, y que ha denunciado, desde el sitio Hablemos Press, el racismo que sufren los presos negros en las cárceles del régimen.

Luego de diversos arrestos arbitrarios, el doctor Oscar Elías Biscet fue condenado en 1999 a 25 años de prisión por supuestos crímenes contra la soberanía nacional. Fue declarado prisionero de conciencia por AI. Ha recibido varios premios por su activismo pacífico y aunque sigue acosado por Seguridad y el régimen no le permite viajar fuera del país, por ahora está libre.

En 1995, representantes de más de un centenar de organizaciones disidentes se unieron para fundar Concilio Cubano, y convocaron para el 24 de febrero 1996 su primer gran congreso. Seguridad impidió que Concilio sesionara, acosando, golpeando, deteniendo a muchos de los participantes. A su presidente, el abogado Leonel Morejón Almagro, y a su cofundadora, Mercedes Parada Antúnez, ambos afrodescendientes, los arrestaron. Morejón Almagro, que es también fundador del movimiento ecologista Naturpaz, fue sentenciado a seis meses de cárcel. Por razones de salud, Parada Antúnez fue hospitalizada.

En 1997, Félix Bonne Carcassés (1939-2017) y Vladimiro Roca Antúnez (La Habana, 1942), miembros del Grupo de los Cuatro y coautores del documento “La Patria es de todos”, fueron detenidos por diecinueve meses y en 1999 condenados por sedición a cuatro años de cárcel. Todos fueron declarados prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional. Bonne había sido expulsado anteriormente de su cátedra en la CUJAE. En 2005 fue detenido otra vez, cuando ayudó a organizar la primera reunión de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil.  Roca, exmilitar y economista, fundó el aún-no-legalizado Partido Social Demócrata de Cuba, y ha recibido reconocimiento internacional por su activismo.

Otro cubano negro prisionero de conciencia de AI fue Guillermo Fariñas (Santa Clara, 1962), psicólogo, opositor y periodista independiente, a quién se le ha prohibido ejercer como profesor y ha sido confinado en hospitales psiquiátricos. Fue condenado a veinte meses de cárcel en 1995 por sus ideas política y en 1997 se le condenó a dieciocho meses adicionales. En 2002, luego de ser atacado por agentes de Seguridad del Estado, fue sentenciado a siete años. El doctor Fariñas ha realizado un total de 23 huelgas de hambre y ha cumplido más de once años en presidio. En 2010, el Parlamento Europeo le otorgó el Premio Sakharov de la Libertad de Expresión.

Y no se puede olvidar a Cecilio Monteagudo Sánchez, periodista independiente y ex preso político, activista hostigado y objeto de detenciones arbitrarias por su trabajo con el Movimiento Cubano Reflexión.

III

Del Grupo de los 75 de la “Primavera Negra” en abril de 2003, al menos diez eran afrodescendientes: el sindicalista Iván Hernández Carrillo; los periodistas independientes Ángel Moya Acosta (preso político anteriormente), Jorge Olivera Castillo, Osvaldo Alfonso Valdés y Omar Pernet Hernández; los activistas de derechos humanos Eduardo Díaz Fleitas, Arnaldo Ramos Lauzerique, Alejandro González Raga, Alfredo Domínguez Batista y Manuel Valdés Tamayo.  Valdés Tamayo, sentenciado a 15 años, murió de enfermedad pulmonar resultado de la negligencia médica sufrida en presidio, a la que se sumó la del hospital en cuya unidad de cuidados intensivos estaba ingresado, y de donde fue echado prematuramente. Cinco días después, el 10 de enero 2007, esta vida negra cubana se extinguió.

El 11 de abril 2003 resucitó el paredón de fusilamiento en la prisión de La Cabaña luego de muchos años de silencio. Ese día, con saña de mayorales, fueron fusilados tres cubanos negros -black and brown- por intento de secuestro de una lancha para escapar del país. No hubo muertos, ni heridos en el atentado. La sentencia, según el capataz-en-jefe Fidel Castro, serviría de escarmiento. Juicio sumario de tres días, apelación denegada de un día, ejecución a los nueve días del suceso, luego que el consejo de estado -con el máximo black Esteban Lazo a la cabeza- ratificara la condena. Sin siquiera volver a ver a sus madres -sin que esas madres también negras pudieran abrazar a sus hijos por última vez- fueron fusilados Lorenzo Enrique Copello, de 31 años, Bárbaro Leodán Sevilla García, de 22 años y Jorge Luis Martínez Isaac, de 40 años.

Y está el caso de Orlando Zapata Tamayo (Santiago de Cuba, 1967-La Habana, 2010), obrero de la construcción y activista político, veterano de varias huelgas de hambre, que fue condenado a 36 años de prisión en 2003. Amnistía Internacional lo declaró prisionero de conciencia. Murió luego de ochenta y cinco días en huelga de hambre el 23 de febrero 2010.

Al tiempo de la “Primavera Negra de La Habana” y de los citados fusilamientos, surgió el movimiento Damas de Blanco, un resuelto y decidido grupo de cubanas -madres, esposas, hijas, hermanas de los 75- que irrumpieron en el espacio público de la Isla el domingo 11 de mayo 2003 en protesta pacífica por la injusticia judicial. De ellas, muchas son afrodescendientes, y sufren la inquina y el odio del régimen y de sus turbas semanalmente, en todo el país: su actual presidenta, Berta Soler, es objeto de actos de hostigamiento y de violencia perennes, como lo son Nancy Alfaya, Asunción Carrillo, Jacqueline Bony, María Josefa Blanco, Jacqueline Heredia, Marta Sánchez Sánchez, y Aymara Nieto Muñoz, actualmente presa política y tambien activista de UNPACU.

También Dama de Blanco es Ivonne Malleza Galano, arrestada en 2011 junto con otros en una protesta, y declarada prisionera de conciencia por AI, lo que causó su liberación a los 45 días. Y Xiomara Cruz Miranda, hasta hace unos meses presa política, condenada en 2018 a un año y cuatro meses de prisión, que por negligencia médica carcelaria contrajo tuberculosis. Fue liberada gracias a una visa humanitaria; los médicos en el Hospital Jackson Memorial de Miami hallaron en su cuerpo residuos de químicos que, a todas luces, le fueron inyectados en prisión.

También en prisión cumpliendo una condena de cuatro años por “desacato” y “desorden público” está el activista de Damas de Blanco y preso de conciencia de AI, Silverio Portal Contreras, que ha perdido la vista de un ojo por golpes recibidos a manos de sus carceleros. Está el nuevo caso de Adrián Coroneaux Stevens, miembro del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR) que fue detenido el pasado 23 de mayo y recién trasladado a la prisión de Valle Grande en espera de juicio.

Desde 2013 se encuentra en prisión el opositor Bianko Vargas Martín, quien ese año fue declarado prisionero de conciencia por AI; en 2016 fue condenado a otros 15 años. El activista de UNPACU y de Cuba Decide se ha declarado en huelga de hambre; su madre ha advertido que su hijo está muy mal de salud. También en 2016, Yosvany Sánchez Valenciano fue sentenciado a cinco años y nueve meses de prisión por supuestos delitos de “desacato” y “desorden público”.

En mayo de 2014, la activista y bloguera Yoani Sánchez fundó el blog informativo 14yMedio, con sede en La Habana, con su esposo, el periodista independiente Reinaldo Escobar. El equipo de doce periodistas independientes ha sido objeto de represión, acoso, detenciones arbitrarias, golpizas, órdenes de arresto domiciliario. Luz Escobar, hija de Reinaldo, está en estos momentos bajo arresto domiciliario. El régimen considera que 14yMedio es enemigo de Cuba que colabora con EE.UU. para desestabilizar y calumniar el país.

En el año 2000, se fundó el capítulo de Cuba de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR). A partir de 2017, arreció el hostigamiento de campesinas negras; han sido periódicamente detenidas de forma arbitraria Paula Araceli Girón Castro, Yenisleidis Peralta Álvarez, Yuneisis Amaya Arias, y Osmayda Estrada Rivery.  No es solo que todas las activistas de FLAMUR son hostigadas constantemente, sino que desde 2013, las guajiras black and brown han sido objeto de maltrato físico y decomiso de insumos donados para su labor como cuentapropistas en el campo y para la subsistencia de sus familias y comunidades.

¿Y qué decir del constante acoso y los arrestos arbitrarios de los activistas del Comité de Integración Racial (CIR), sus coordinadores Juan Antonio Madrazo Luna y Juan del Pilar Goberna, la periodista independiente y miembro también de la Red Femenina de Cuba, Marthadela Tamayo, y Dunia Medina? ¿O la vigilancia y los obstáculos al proyecto Nuevo País, que preside Manuel Cuesta Morúa? ¿Y el acoso y las detenciones arbitrarias de los abogados Laritza Diversent, Yaremis Flores y Julio Ferrer, fundadores de la asesoría jurídica independiente, Cubalex?

Es relevante al caso de George Floyd el arresto de David Llorente Miranda, el opositor negro que el 1 de mayo de 2017 corrió por la Plaza de la Revolución envuelto en una bandera americana. Fue arrastrado hasta un carro patrulla que lo llevaría a la estación de Zapata y C y en esa trayectoria, le viraron la cabeza como para ahorcarlo. Al decirle a los policías que lo estaban asfixiando, ellos le contestaron, “Sí, esa es la intención, que tú te mueras”. Luego de los trámites en la unidad de policía, Llorente fue llevado al Hospital Psiquiátrico de Mazorra, donde lo tuvieron internado y bajo tortura psiquiátrica durante un año. Fue deportado a Guyana, en contra de su voluntad; allí obtuvo amparo de la oficina para la protección de refugiados de Naciones Unidas.

Los movimientos de música hip hop y rap también sufren acoso y obstrucción constante. Esto aplica a hombres y mujeres por igual, como evidencia el acoso al grupo Las Krudas Kubensis, que en un final tuvieron que optar por emigrar. Esa es la realidad que enfrenta desde hace años David Omni (Omni Zona Franca), Amaury Pacheco (Poesía sin fin) y los artistas y escritores del Movimiento San Isidro, particularmente Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel “Osorbo” Castillo, detenidos recientemente y golpeados mientras estaban esposados. También ha sido detenido Enix Berrio Sardá, activista de derechos humanos y asesor legal del Movimiento San Isidro, que es miembro de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD).

Lo más triste ejemplos los he dejado para último. Las vidas negras que menos importan en la Cuba socialista son las de los niños y las niñas que padecen la negligencia y desidia que le toca al paupérrimo pueblo, a todos esos niños y niñas para quienes no se construyó el palacio del poder racista que es, por ejemplo, el Gran Hotel Manzana Kempinski: el adolescente Ángel Izquierdo Medina, de 14 años, natural de Mantilla, a quien un teniente jubilado de Seguridad asesinó de un balazo por robarse unos mamoncillos; o las tres niñas negras -María Carla Fuentes (12 años), Lisnavy Valdés (12 años) y Rocío García (11 años) -, que murieron aplastadas cuando se desplomó un balcón en el barrio black and brown de Jesús María.

El pasado 14 de junio se cumplieron 175 años del nacimiento del general Antonio Maceo y Grajales, el black and brown máximo cubano. ¿Hasta cuándo hay que esperar para que en Cuba las vidas negras importen?
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Altos precios de alimentos en Cuba reseñados en la prensa oficial.

Por Henry Chirinos.

Mujer camina por La Habana.

Precios “de otra galaxia”, así están pagando los alimentos en Cuba los ciudadanos, en medio de la pandemia por COVID-19,  de acuerdo al reporte de la prensa oficial. Desde el arroz hasta los frijoles se cotizan a precios muy por encima de la capacidad de pago de los ciudadanos.

Los costos suben y suben en la isla y se encuentran “por las nubes”, dice un reporte de Escambray, al punto de que “ni una nave especial podría bajarlos”. Compara con los precios que existía hace tres meses, cuando “podías encontrar arroz a 5 pesos o frijoles a 15 pesos o pasteles a 2 pesos -algunos de estos costos ya por encima de lo permisible-, hoy es una utopía”.

Todo va en aumento, desde la libra de arroz, hasta los queques y por supuesto, la base de todo: los limones, también se incrementa (quizás por la recomendación de Miguel Díaz-Canel). Una libra de jamón de pierna se cotiza, según Escambray, en 60 pesos cubanos.

Estos elevados precios corresponden tanto al sector estatal como el privado. Desde entidades de gobierno hasta trabajadores por cuenta propia, asegura el medio que han recibido multas por incurrir en estas irregularidades.

El famoso “Miragurt” en La Habana, el sustituto del yogurt que el castrismo le vende al pueblo.

Recoge también la falta de productos cárnicos, no solo la de cerdo, sino otros alimentos en Cuba que han desaparecido en los comercios cubanos, a la par de la expansión de la COVID-19. “Los sobreprecios siguen enfermando a los clientes”, dice la nota firmada por Dayamis Sotolongo.

Luego enfatiza en una frase que es común para los cubanos: “Esta es una crisis en reposición”. Y no se equivoca; para los cubanos la escasez de alimentos en Cuba o el altísimo costo para acceder a ellos se ha hecho una constante con la que deben lidiar para sobrevivir en la isla.
“Lamentablemente se ha padecido: una vez que suben, al menos los precios, casi nunca bajan. Insostenible que sigan así, gravitando, al parecer, en otra galaxia” finaliza.
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domingo, 21 de junio de 2020

“No vamos a pasar hambre.”

Por Henry Chirinos.

El pasado viernes en Artemisa, dos personas fallecieron y otra se encuentra gravemente herida luego de que presuntamente se suicidaran por la falta de alimentos en Cuba.

El hecho ocurrió específicamente en San Antonio de los Baños según informa el portal CubaNet tras varias denuncias en redes sociales.

Un usuario identificado como Alexander Pérez Rodríguez, indicó que en “horas del mediodía” del viernes, en una vivienda propiedad presuntamente de una señora identificada como Nancy Labrada, “dejaron la llave del gas abierta y la casa se prendió al momento”.

Pérez Rodríguez manifiesta que esto parece haber sido”intencional” ya que una de las puertas estaba trabada, por lo que no podían ingresar para ayudar a los residentes.
“Según testigos, la explosión se escuchó varias cuadras a la redonda. Ricardo Ventura Labrada y su hermano Pedro Ventura Labrada fueron encontrados quemados y sin vida, mientras que Nancy fue hallada gravemente herida”.
La mujer fue llevada al hospital Iván Portuondo del Municipio y de allí trasladada al Hospital Calixto García en condición grave.

Si bien se desconocen los motivos de este suicidio en Artemisa, los vecinos indicaron que los miembros de la familia habrían dejado un mensaje en el que decía que “no vamos a pasar más hambre”.
“La familia estaba “desesperada” por la actual crisis que existe en Cuba, razón que los llevaría a tomar la difícil decisión”.
Sin embargo Cubanos por el Mundo no pudo verificar de manera independiente esta información.

Jorge González, un residente de Mayabeque entrevistado por CubaNet, informó que muchos cubanos “no tienen que llevarse a la boca y se desesperan”.Descargar alguna lista de música en YouTube de The Blow Monkeys.
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Willy Chirino: “Agradezco a mi padre por haberme sacado de Cuba.”

Por CubaNet.


“Agradezco a mi padre por haberme sacado de Cuba cuando lo hizo”, dijo a CubaNet el cantante y compositor cubano Willy Chirino, quien accedió a ofrecer sus impresiones sobre el Día de los Padres y otros temas de actualidad.

El autor de "Ya viene llegando" reveló que, en fechas como esta, suele estar más pendiente de la fiesta de dos de sus hijas, que cumplen años el mismo día (18 de junio).

Sin embargo, Chirino confiesa que nunca falta tiempo para celebrar en familia.

“Vienen a casa, estamos aquí, nos ponemos en el piano a tocar y a cantar, lo mismo que hacemos en este tipo de reuniones”.

Sobre el legado musical entregado a las nuevas generaciones, popular músico dijo: “Yo tengo seis hijos, cinco son mujeres, todas entregadas a la música. Escriben canciones, tocan instrumentos, cantan precioso y tienen un talento extraordinario”.

“Soy una persona que me gusta mi hogar, que me gusta estar en la casa, estar disfrutando de la familia… y trabajo cuando tengo que hacerlo”, agregó.

El cantautor también tuvo palabras de elogio y recuerdo para su padre, responsable de que él hubiese llegado a Estados Unidos a temprana edad.
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sábado, 20 de junio de 2020

La Habana busca que pequeñas empresas foráneas hagan negocios en Cuba y para ello 'estudia incentivos'.

"No existe ninguna limitación para que cubanos residentes en el exterior inviertan en el país", dijo este jueves, en el programa de la televisión estatal Mesa Redonda, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz.

Las autoridades cubanas han repetido esa frase cuando se les ha cuestionado por las trabas para que los emigrantes cubanos puedan invertir en el país, pero ahora la han desempolvado en medio del anuncio de medidas para intentar revitalizar la inversión extranjera en el país, que además de las restricciones habituales del Gobierno, sufre el impacto de la pandemia.

Malmierca dijo que su Ministerio "estudia en este momento un grupo de incentivos, no solo fiscales, que podrían mejorar el funcionamiento de la inversión extranjera en el país".

Mencionó que uno de ellos estaría encaminado a "flexibilizar los objetos sociales de las empresas con capital extranjero y favorecer los encadenamientos con el resto de la economía cubana, incluyendo el sector no estatal".

Si bien la Ley de Inversión Extranjera vigente define al Inversionista foráneo como "persona natural o jurídica, con domicilio y capital en el extranjero" y, como dijo Malmierca, no establece distinciones para los emigrados cubanos, las autoridades cubanas aprueban los negocios uno a uno, según sus intereses, y suelen rechazar las propuestas presentadas por cubanos residentes en el exterior.

El propio Malmierca lo dejó claro en 2014: "Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami. La ley no lo prohíbe, la política no lo promueve".

La Ley sí es claramente excluyente respecto a la participación de los cubanos independientes del Estado. Como la personalidad jurídica está limitada a empresas estatales y a "cooperativas", subordinadas a los fines estatales, el resto de los cubanos queda excluido de dicho proceso.

Malmierca dijo asimismo este jueves que se aplicará la tramitación y aprobación automática por un año de la prórroga de negocios con capital extranjero en operaciones o que venzan durante la primera etapa de recuperación.

Añadió que "se usarán alternativas para avanzar en la negociación y constitución de negocios con capital extranjero en las actuales circunstancias en que está limitada la posibilidad de viajar de los empresarios".

Por otra parte, señaló, los consulados en el exterior priorizarán los trámites de otorgamiento de poderes a representantes legales para flexibilizar los procesos de inversión extranjera.

Malmierca dijo que el Gobierno cubano ha trabajado en grandes proyectos de inversión extranjera, pero está abierto a otros de menor envergadura.

"Pensamos que también hay que darle un espacio a los proyectos con pequeñas empresas, los cuales resuelven problemas de la economía local y territorial", apuntó.

A la caza de dólares, La Habana aprobó recientemente que los emigrados cubanos puedan abrir cuentas bancarias en la Isla.

También permitió el ingreso de fondos por concepto de remesas a las cuentas en dólares mediante transferencias bancarias del exterior, desde otras cuentas en divisas operadas por bancos cubanos y desde FINCIMEX SA, perteneciente a la corporación CIMEX y parte del consorcio empresarial de los militares GAESA.
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La falta de agua en Cuba, otro 'logro de la Revolución'.

Por Roberto Álvarez Quiñones.


Debiera ser una vergüenza para quienes todavía hablan de la "revolución cubana" que hoy el 15% de la población urbana de la Isla no reciba agua de un acueducto. Y vale insistir, no son personas que viven en el campo, sino en las ciudades, incluyendo la capital del país.

En pleno siglo XXI esos 1,2 millones de citadinos tienen que salir a buscar el agua en cubos como hacían los aldeanos en la Edad Media. Y 520.000 de ellos la cargan trabajosamente a una distancia superior a 200 metros de su domicilio, según un estudio especializado.

Parece una exageración, pero no lo es. Con la Zanja Real construida en 1592 por el ingeniero militar italiano Bautista Antonelli los habaneros  tenían un suministro de agua más estable y menos estresante que el de hoy. El complejo sistema hidráulico recorría 13 kilómetros para llevar agua desde el río Almendares a la ciudad amurallada, con ramales por el camino que suministraban agua a caseríos, hospitales y molinos.

Con aquel acueducto en el siglo XVI los vecinos de San Cristóbal de La Habana se colocaron entre los primeros pobladores urbanos del Nuevo Mundo que tuvieron agua potable. La Zanja Real operó hasta 1835, cuando se inauguró el Acueducto Fernando VII, aunque siguió suministrando agua hasta el siglo XX a algunos distritos de La Habana extramuros.

"Obra maestra de la ingeniería."

Ya en 1878 tuvo La Habana un acueducto moderno de nivel mundial, cuyo proyecto ingenieril ganó nada menos que la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París, que lo consideró una "obra maestra de la ingeniería", y consagró internacionalmente a su diseñador y ejecutor, el ingeniero cubano Francisco de Albear.

La premiada obra podía entregar hasta 302.000 metros cúbicos de agua por día, el triple de los 102.000 metros cúbicos que según las normas vigentes entonces necesitaban los 200.000 habitantes que tenía La Habana entonces.

Luego de 142 años, la maravilla del ingeniero Albear sigue suministrando unos 144.000 metros cúbicos a buena parte de la capital cubana, pero hay ahora dos grandes  problemas:

1) La Habana hace tiempo tiene más de dos millones de habitantes;

2) El Gobierno castrista no ha sido capaz de ampliar en serio las fuentes de abasto de agua, no ha mejorado las ya existentes, y no da el mantenimiento adecuado, por lo cual las redes de suministro están en estado deplorable.

No es la sequía, sino el desastre socialista.


Tan ruinosas están las redes que Granma publicó en 2011 que el 70% del agua que se bombeaba hacia La Habana se estaba perdiendo por los salideros, las roturas o la desaparición de tuberías, ya destruidas. O sea, no es la sequía la principal causa de la falta de agua, al menos en la capital, como dice el régimen, sino el desastre socialista.

Datos oficiales revelan que en La Habana siguen sin ser reparadas unas 2.000 roturas y grandes salideros (dos tercios de los reportados) y se pierden millones de metros cúbicos del agua procedente de las fuentes de abasto (acuíferos): Ariguanabo, Vento, Cuenca Sur y Jaruco-Aguacate.

Una de las últimas grandes averías ocurrió recientemente en la conductora Cuenca Sur y ha llevado la crisis de agua a zonas donde no faltaba, como  el Malecón, el Cementerio de Colón, el Nuevo Vedado, El Carmelo, La Rampa y El Príncipe. Eso afecta a hospitales y policlínicos, como el Calixto García, el Fructuoso Rodríguez, el Fajardo y otros.

En el Calixto García, un enorme hospital, además de la peligrosa falta de higiene en general, la falta de agua impide que los 11 laboratorios de esa instalación realicen los análisis ordenados. Fallan  las pipas que le suministran el agua. El pabellón de Geriatría está hasta un mes sin recibir una pipa.

Millones de familias cubanas tienen que esperar a que llegue una pipa al barrio, o que de casualidad  pase un "vendedor de agua" particular. Y las pipas demoran hasta dos semanas en llegar. La viceprimera ministra del Gobierno, Inés María Chapman, admitió recientemente que hay lugares del país donde el ciclo de entrega de agua supera los 13 días. Además, muchas veces llegan a las 12 de la noche, o más tarde.

Y todo ha empeorado por las sequías. A propósito, en Cuba casi nadie sabe que las agravó personalmente Fidel Castro al ordenar la deforestación de 250.000 hectáreas en los años 60 para supuestamente sembrar arroz y también pangola y caña. Cientos de buldóceres y otros equipos pesados arrasaron con todo sin dejar ningún sostén de vegetación que evitara el deslave de la capa vegetal cuando llovía. La erosión resultante de los suelos secó arroyos y ríos pequeños, y vastos terrenos fértiles se convirtieron en áridos.

El director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez, informó en marzo que la mitad del territorio nacional  tenía déficit en sus embalses y que en 163 municipios (de 168 en total) ha llovido por debajo de la media histórica. Pero no dijo nada del extraordinario volumen de agua que se pierde debido al estado calamitoso de las conductoras y redes de abasto, gracias al socialismo.

La falta de agua agrava el azote del Covid-19.

Con el Covid-19 el problema el asunto adquiere matices dramáticos. El Gobierno insiste en que se deben extremar las medidas higiénicas para no contagiarse, pero ese mismo gobierno es responsable de que millones de personas no tengan agua mediante un servicio normal estable y seguro, ni tampoco jabón, detergente, desinfectantes.

El castrismo impide la cuarentena al obligar a los cubanos a hacer colas diariamente para poder comer, y encima los expone a contagiarse por falta de agua y jabón.

"Me dicen que hay que lavarse las manos con agua y jabón abundantes, mantener limpia la meseta de la cocina, lavar bien todos los alimentos y la ropa en cuanto regresamos de la calle (…) el agua entra cada cuatro días. Tenemos un tanque y varios cubos para guardar agua, pero el agua no me alcanza para tanto tiempo", dijo a la agencia IPS Cuba la ingeniera Mariela Gómez, residente en La Habana Vieja.

Es tan acuciante la crisis del agua que genera protestas públicas. En febrero en La Habana Vieja vecinos cerraron las calles Zulueta y Corrales en protesta por la falta de agua, y se enfrentaron a la policía. En marzo, también en La Habana Vieja, salieron decenas de vecinos a protestar  porque hacía 18 días que no iba ninguna pipa. Y a fines de  abril en otro barrio habanero, Luyanó, vecinos lanzaron su ropa sucia a la calle en protesta por la falta de agua desde hacía una semana.

El panorama es parecido en casi toda la Isla. En Cárdenas la situación es crítica pese a que en 2016 Arabia Saudita concedió 29 millones de dólares para construir allí redes de abasto de agua. La Dama de Blanco Leticia Ramos asegura que allí se sigue entregando el agua con una pipa cada siete días. "Las tuberías están totalmente destruidas (…). hay una sola pipa de agua para abastecer Cárdenas entera", explicó.

En Santa Clara, el opositor Guillermo del Sol denunció que allí suministran el agua con pipas porque se detectó que el agua del acueducto se ha contaminado con aguas negras albañales.

El desastre en el suministro de agua, particularmente en La Habana, es tal  que cuando ya no haya dictadura habrá que romper casi todas las calles para remplazar las tuberías desechas y construir nuevas conductoras, y alcantarillados. La otrora bellísima capital cubana (hasta 1959) parecerá una urbe bombardeada  con gran ensañamiento.

Lo mismo ocurrirá en todas las ciudades importantes. Ello costará miles de millones de dólares que el nuevo Gobierno deberá conseguir. Será ese un legítimo legado de la "obra de la revolución".
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Club de París le da un año al régimen de Cuba para que pague su deuda.

Por Henry Chirinos.

Club de París envía ultimátum al régimen cubano por impago.

El Club de París, organización donde se reúnen algunos de los países más ricos del mundo, le dio a Cuba un año más para que pague la deuda que mantiene con la organización desde hace tres décadas.

La reclama moratoria lleva sin sufragar todo este timpo y los acreedores ya están “impacientes” según informa la agencia británica Reuters.
“Cuba, a principios de este año, había pedido una moratoria de dos años y la exención de sanciones por pagos atrasados ​​debido a la nueva pandemia de coronavirus”, detalla la publicacion.
Ahora el castrismo deberá pagar multas por el dinero adeudado, además de llevar a cabo nuevas negociaciones que estarán pautadas para la primavera del 2021.

El Club de París recuerda a Cuba que el acuerdo de 2015 perdonó 8,5 mil millones de dólares de los 11 mil millones adeudados.
“El reembolso de la deuda restante en cuotas anuales se volvió a cargar hasta 2033 y parte de ese dinero se asignó a fondos para inversiones en Cuba” detalla Reuters.
El año pasado, Cuba debía cerca de 80 millones, pagando a algunos países pero a otros no, entre ellos España, Francia y Japón.

A mediados del mes de mayo, el castrismo había solicitado al Club de París una suspensión de la deuda hasta el 2022, con la promesa de que en ese periodo si cumpliría con su deuda.


Ricardo Cabrisas, viceprimer ministro de Cuba propuso una moratoria para 2019, 2020 y 2021. “Cuba pagará nuevamente en 2022”.

La solicitud se hizo debido a la debacle económica que enfrenta la isla debido a las malas políticas implementadas, que no garantiza ni siquiera la alimentación del pueblo cubano.
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viernes, 19 de junio de 2020

Robot cubano Palmiche, brinda servicios en centro de aislamiento.

Por Eleana Sánchez.

Palmiche Galeno Plus, es el nombre del robot cubano que brinda servicios en el Centro de Aislamiento de la Universidad Tecnológica de La Habana, José Antonio Echeverría.

El singular invento ya es ganador del primer lugar en la categoría Innovación Profesional de la competencia de robótica virtual en esta la institución. El robot cubano consiste en un vehículo eléctrico que se mueve de manera autónoma, trasladando los alimentos desde el área de elaboración hasta el edificio donde se encuentran las personas aisladas.

Palmiche recorre 150 metros y realiza seis viajes en el día. Amelia Bernal administradora de este centro de aislamiento manifestó al respecto: “Esto ha sido algo grandioso porque nos ha permitido que nuestros pacientes no tengan contacto directo con los trabajadores que tenemos aquí en el centro de aislamiento y esto permite que se cumplan todas las normas de seguridad”.


Para lograr este robot cubano, cuya idea nació en el Grupo de Robótica y Mecatrónica de la Universidad Tecnológica de La Habana, sus creadores hicieron algunos ajustes que incluyeron llevarlo a mayor escala. “Lo primero que hicimos fue pensado para que fuera replicable con la tecnología que hoy por hoy cuenta el país. Dada esta tarea, vinculamos la electrónica que ostentan las motos eléctricas que hoy por hoy muchas de ellas son ensambladas acá en nuestro país y usamos opensource”, explicó uno de los estudiantes.

Por su parte Juan Antonio Piñera, profesor de la institución, agregó que el robot cubano ya tiene las rutas preprogramadas, contando con un lugar de salida  y un lugar de llegada que se gradúan con antelación y entonces, sin ningún tipo de supervisión él hace su trabajo.

Palmiche que está diseñado para cargar grandes cantidades de peso, soportando alrededor de 400 a 500 kilogramos fue elaborado no solo con el fin de asistir en este centro de aislamiento sino también con la intención de ser la primera exportación que realiza el país de robótica para potenciar el desarrollo de estos prototipos de robots, afirmó el Sistema informativo de la Televisión Cubana.
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Lo que la Leyenda Negra contra España no cuenta de las Leyes de Indias.

Por Guillermo Llona.


«Y no consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien». Esta es la última voluntad que la Reina Isabel la Católica dirigió a sus súbditos en su testamento. Se trata sin duda de un deseo que choca con la imagen cruel que la Leyenda Negra ha propagado del Imperio español por todo el mundo.

Tal y como defiende Juan Sánchez Galera en su último libro «Vamos a Contar mentiras», y mal que les pese a los seguidores de la propaganda antiespañola, los monarcas hispanos no consolidaron la conquista de América a sablazo limpio, sino gracias a un ejército de maestros y curas. Frente a quienes presentan a los descubridores y conquistadores del Nuevo Mundo como crueles genocidas, el historiador afirma que Leyes de Indias que reglaron la vida en aquellas colonias supusieron el origen de lo que hoy conocemos como Derechos Humanos.

España consolidó la conquista de América con un ejército de maestros y curasEn 1493 el Papa Alejandro VI reconoce mediante la bula «Inter Caetera» la propiedad de la recién descubierta «terra nullis» (tierra de nadie) a los Reyes Católicos, a condición de que evangelicen a los nuevos súbditos. Pero muy pronto surge un debate en la intelectualidad española, alentado por la misma Corona, acerca de la licitud de obligar a todo el continente a pertenecer a un imperio con el que no había mantenido antes ninguna relación. Los españoles empiezan a hacerse preguntas incómodas. «Se parte completamente de cero con la premisa de establecer unas nuevas normas de convivencia entre los hombres, basadas no ya en lo que se entendía hasta ese momento como cierto en Europa, sino unos valores comunes a todos los hombres de todos los tiempos», explica Sánchez Galera.

Isabel la Católica fue la primera persona que se preocupó por los derechos de los indios: determinó que seguirían siendo los propietarios de las tierras que les pertenecían con anterioridad a la llegada de los españoles y, en el año 1500, dictó un decreto que prohibió la esclavitud. Nace así un nuevo derecho que, en palabras del autor, «reconoce que las libertades de los hombres y de los pueblos son algo inherente a ellos mismos, y que por tanto, les pertenecen por encima de las consideraciones de cualquier príncipe o Papa». Aquellas normas supusieron el punto de partida de la Leyes de Indias.

Más adelante, una junta de la Universidad de Salamanca convocada por el emperador Carlos V en 1540 concluye que «tanto el Rey, como gobernadores y encomenderos, habrían de observar un escrupuloso respeto a la libertad de conciencia de los indios, así como la prohibición expresa de cristianizarlos por la fuerza o en contra de su voluntad», cuenta Sánchez Galera. Con el tiempo se va formando un cuerpo de normas, las Leyes de Indias, que recogen, entre otros, los siguientes derechos para los indios: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños.

La esclavitud y las encomiendas.

Aunque la Reina Isabel la Católica había prohibido la esclavitud, algunos colonos se ampararon en las encomiendas para sortear las leyes que llegaban desde la España europea y obligar a los indios a realizar trabajos forzados. Con todo, Sánchez Galera defiende la institución: «Los indios, fuera de ser unos desposeídos, son propietarios de pleno derecho de aquellas tierras que trabajan, y del rendimiento de las mismas pagan un tributo o servicio a su encomendero, quien a su vez tiene obligación de protegerlos y cristianizarlos. Como toda institución humana, la encomienda dio lugar a ciertos abusos, y en contados casos, incluso degeneró en una especie de esclavitud encubierta».

Ya en 1518 una ley establece ya «que sólo podrán ser encomendados aquellos indios que no tengan recursos suficientes para ganarse la vida, así como que en el momento en que fuesen capaces de valerse por sí mismos habrían de cesar» en este régimen. De todos modos, Carlos V da una estocada mortal a la institución con sus Leyes Nuevas de 1542, que limitan sobremanera las situaciones en que se podía poner en práctica.

En cualquier caso, la actitud de los monarcas españoles contra la esclavitud fue decidida. Isabel la Católica y el Emperador Carlos V promulgaron decretos que vedaban esa práctica y, «si bien es cierto que Felipe II se deja presionar por los colonos del Caribe haciendo concesiones especiales para Puerto Rico y La Española, poco más tarde vuelve a dejar clara su repulsa hacia este tipo de institución, prohibiendo una vez más la esclavitud, e incluso haciendo extensiva dicha prohibición a la incipiente importación de esclavos negros», explica el autor.

Frailes y maestros.

La Leyenda Negra que pesa sobre España también acusa a sus colonizadores del Nuevo Mundo de haber cometido allí un genocidio contra la población indígena. Pero si el Imperio español pudo consolidar su conquista de América no fue gracias a las armas, sino, fundamentalmente, gracias a su clero y educadores. Ciertamente, si bien los primeros escritos de los descubridores españoles describían a los habitantes de aquellas tierras como «pueblo angelical» cuya «aparente ingenuidad hacía presagiar una fácil y pronta civilización y evangelización», pronto aquellas poblaciones resistieron armadas a los abusos de los primeros colonos, estallando así los enfrentamientos bélicos.

«Su aparente ingenuidad presagiaba una pronta civilización y evangelización»Fernando el Católico encarga entonces un estudio jurídico-teológico al dominico Matías de Paz y al jurista Juan López de Palacios, quienes concluyen que la guerra contra los indígenas sólo será justa «cuando sus caciques y jefes prohíban la libre conversión de sus súbditos, o bien sea menester el desterrar inhumanas costumbres que se niegan a abandonar», como el canibalismo o los sacrificios de personas a los dioses. Pero dado que, pese a las limitaciones fijadas desde España, en muchas ocasiones se recurría a las armas sin que hiciese falta, una Real Orden de 1526 impuso en todas las expediciones militares la compañía de sacerdotes con el fin de poner fin a aquellos abusos.

Pacificado ya el continente, en 1573 Felipe II pone fin a la lucha armada en América, «y confía sus mayores y más ricas posesiones a un nuevo ejército compuesto, esta vez, a base de frailes y maestros. Comienza la verdadera y definitiva conquista de América», concluye Sánchez Galera.
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Díaz-Balart: “Miguel Díaz-Canel es el Osvaldo Dorticós de estos tiempos.”

Por CubaNet.


“Miguel Díaz-Canel es el Osvaldo Dorticós de estos tiempos”, una simple figura detrás del régimen comunista de los Castro, aseguró el congresista republicano por Florida Mario Díaz-Balart, quien advirtió además que veremos “más acciones de la administración de Estados Unidos contra el gobierno de la Isla”.

Como parte de la serie “La amenaza comunista de Cuba”, organizada por la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo, Díaz-Balart participó este jueves en un seminario web en el que conversó sobre la verdadera historia detrás de las misiones médicas cubanas, la naturaleza del Partido Comunista de Cuba, y el impacto negativo que está teniendo en América Latina el régimen castrista.

“Las misiones médicas cubanas son un lucrativo esquema que permite llenar los bolsillos de la dictadura a través de la exportación de profesionales de la salud, algo que no es otra cosa que tráfico humano, aunque el gobierno de La Habana lo disfrace como acciones de buena voluntad y caritativas”, denunció el congresista, quien se refirió específicamente al caso de Brasil y al programa Mais Médicos.

Aunque el régimen cubano no hace público los contratos y los términos de estas “misiones”, información recopilada por organizaciones de derechos humanos y médicos que han abandonado dichos programas evidencian la maldad con que opera el comunismo, y la falsa imagen de caridad que proyectan al mundo, dijo Díaz-Balart.

De acuerdo al Departamento de Estado de Estados Unidos el gobierno de Cuba ha exportado entre 34 000 y 50 000 profesionales de la salud a más de 60 países, aseguró el congresista, y los contratos se han realizado incluso con intermediarios, como la Organización Panamericana de la Salud, que cobra el 5% de lo que los países extranjeros pagan por el servicio de los médicos cubanos contratados.

Del total del dinero acordado en el convenio comercial entre la expresidenta de Brasil, Dilma Russef, y La Habana y su intermediario, al menos el 75% de los ingresos por cada profesional de la Isla fue a parar a manos del gobierno cubano, los médicos recibieron solo el 25% de las ganancias por su trabajo, denunció Díaz-Balart, mientras que otros galenos, de diferentes nacionalidades y en el mismo programa de salud recibieron el 100% de sus salarios.

A esto se suma la restricción de movimiento, la confiscación de pasaportes y la limitación de visitas familiares, hecho que provocó que el nuevo presidente de la nación suramericana exigiera a La Habana reestructurar las condiciones de trabajo, sin embargo, el régimen comunista simplemente canceló el contrato y retiró a sus médicos, una prueba de que el castrismo está usando a sus profesionales para beneficiarse económicamente, dijo el funcionario estadounidense.

“Quizás las nuevas generaciones no conocen completamente la maldad del comunismo, pero este sistema oprime a sus propios trabajadores bajo la falsa promesa de que ayuda a los países necesitados. El gobierno de Cuba envía a sus médicos a trabajar alrededor del mundo para llenarse los bolsillos, y esto tiene que parar”.

Así mismo, Díaz-Balart denunció durante el seminario web que es una falsa narrativa el hecho de que todo el dinero recaudado va al sistema de salud cubano y a las instituciones del pueblo, los recursos el gobierno de La Habana los utiliza para reprimir al pueblo, así ha sucedido en Cuba, y está sucediendo también en Venezuela, dijo.

“Venezuela hace 20 años era el país más rico de Sudamérica, ahora el pueblo se va por millones”, aseguró, y advirtió que debemos estar preparados porque estos regímenes enviarán espías a Estados Unidos, como ya lo han hecho, y tratarán de incitar a la violencia, como también han demostrado en los últimos tiempos.

Con respecto a crear conciencia en las personas acerca de los que esta sucediendo en Cuba, el congresista cubanoamericano aseguró que lo importante es hablar de los hechos, denunciarlos, llamar la atención de todo aquel que escuche sobre lo que está pasando, utilizar las redes sociales como se está haciendo, “hay que publicar, porque cuando los estadounidenses, que son personas maravillosas, vean los hechos, y sepan que a los periodistas independientes los llevan a la cárcel por informar la verdad, y que los cubanos son reprimidos por querer libertad, ellos alzarán la voz”.

Mario Díaz-Balart, que actualmente está cumpliendo su noveno mandato en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el distrito 25 del Congreso de Florida, reconoció también la lucha que llevan a cabo en la Isla José Daniel Ferrer y la organización Damas de Blanco, a quien el régimen reprime literalmente a golpes. “Ellas son mujeres, hermanas, hijas, esposas, familiares de presos políticos cubanos, algunos ya liberados, otros encarcelados todavía, algunos muertos, cuyo único delito ha sido vestirse de blanco y caminar cada domingo a la iglesia”.
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jueves, 18 de junio de 2020

Ni embargo ni distensión: ¡Abajo el bloqueo interno!

Por Jorge Olivera Castillo.


Los inquilinos del Palacio de la Revolución están atentos a lo que sucede al interior de los Estados Unidos con la crisis económica provocada por el coronavirus y el conflicto racial exacerbado con el asesinato del afroamericano George Floyd por un policía de tez blanca. El hecho ha ido más allá de la vieja controversia de la discriminación por el color de la piel para convertirse en un pulso político-ideológico donde, por un lado, están presentes sectores de la ultraizquierda que odian fervientemente el capitalismo y que no buscan un perfeccionamiento dentro del marco institucional, sino la destrucción del sistema con el fomento del caos.

No pretendo decir que se trata de un movimiento homogéneo, en cuanto a fines y medios, pero no hay dudas del protagonismo de los que promueven la desestabilización a toda costa mediante el vandalismo, la demonización a ultranza de la clase política que no comparte sus agendas y otros instrumentos que amenazan con romper un entramado democrático, defectuoso, pero funcional y todavía con capacidad para reinventarse en aras de evitar una debacle con devastadores efectos colaterales en los cinco continentes.

Aunque no tiene la pujanza de antaño, Estados Unidos continúa siendo el país modélico del mundo occidental, independientemente de las políticas aislacionistas asumidas por la actual administración y la tendencia a ampliar los márgenes de una autarquía, a mi modesto entender relativa y a merced de ser absorbida por realidades que demandan consensos y otras maniobras inherentes a ese pragmatismo gestionado por representantes de ambos partidos desde el surgimiento de la nación hace más de dos siglos.

La élite verde olivo debe estar consciente de que la profundidad y generalización de la crisis dentro de las fronteras de la superpotencia representa un golpe demoledor para la depauperada economía insular.

Como bien indican las estadísticas, las remesas familiares provenientes del país vecino son de suma importancia para el precario sostenimiento del sistema de partido único y centralismo económico. Un cese total o parcial de ese flujo monetario, que algunos cifran en más de 3 000 millones, anuales sería catastrófico.

Funcionarios de todos los niveles de mando y la prensa oficial cargan a diario contra el llamado imperialismo yanqui, no obstante, callan los soportes que llegan desde aquellas orillas sin los cuales las penurias serían mucho mayores para un número significativo de cubanos. Una actitud mezquina y que forma parte del plan de ocultar el círculo vicioso de las responsabilidades internas, en la codificación de la escasez y el imparable declive de los servicios básicos.

La cúpula neo-estalinista cuenta los días que faltan para las elecciones presidenciales añorando que Trump sea el derrotado y Biden el nuevo presidente que le dé continuidad a la política de acercamiento crítico promovida por Barack Obama durante su mandato.

Cabe la posibilidad de que el candidato por el partido demócrata sea mucho más indulgente que el primer presidente de la raza negra.

La influencia de la izquierda en el ámbito político estadounidense es hoy más notoria, lo que podría coadyuvar a la implementación de acciones más amigables con la dictadura, similares a las desarrolladas por las naciones que conforman la Unión Europea.

Si finalmente Biden se alza con la victoria, el regocijo de los mandamases criollos será apoteósico.

Potencialmente, menguarían las presiones y se establecerían nuevas pautas para un entendimiento progresivo.

De todas formas, hay que ver el desarrollo del proceso eleccionario y lo que pudiera suceder a raíz de una polarización social donde la violencia deja cada vez menos espacio al civismo.

Un incremento de la inestabilidad, obligaría a reconsiderar el orden de las prioridades internas y externas.

Cuba no ha sido ni será un factor prioritario, mucho menos en un escenario que supone un mayor grado de conflictividad en la mayor parte de los 50 estados de la Unión.

Más allá de unas relaciones complejas, se impone la necesidad de que los mandamases acaben de permitir una reforma integral de la economía.

El país funcionaría de manera más racional, independientemente de Biden o Trump.

Un buen comienzo para alcanzar soluciones que rebasen los burdos cintillos de la propaganda sería la descentralización de los medios de producción y la definitiva liberalización de las fuerzas productivas. ¿Se atreven?
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El socialismo no funciona.

Por Raúl Rivero.


La pobreza, los avances empecinados de la miseria, el fracaso absoluto de los caminos, senderos y trillos de la sociedad cubana no se deben a que el grupo que controla el país se mueva aislado en sus carros refrigerados o viva, como pequeñas tribus selectas, en repartos lujosos, exclusivos y cerrados.

El problema es mucho más simple: el socialismo no funciona y es una maquinaria contra los sueños y la vida de los ciudadanos.

La jerarquía criolla, unos pícaros tarambanas, parientes, amigos y un dispositivo de cómplices y guatacas se nombran en los cargos con el dedo índice y unas palmadas en los hombros. Ellos ejercen el mando sin rendir cuentas a la población, porque para resolver ese tema el socialismo prohibió las protestas y abrió las cárceles. Además, eliminó radicalmente cualquier referencia a un esquema de elecciones democráticas.

Nadie tiene que decirles a los jefes lo que sucede en el país, ningún cubano de a pie se ve en la obligación de contarle a los que gobiernan con metralletas la situación que padecen.

Los tipos del poder la conocen al detalle y no están en disposición de realizar cambios o alterar las cosas porque es ese sistema disfuncional y descalabrado el que les permite sus privilegios.

Es el socialismo lo que les facilita vivir en una isla suntuosa y llena de abundancias materiales, en medio de un país mediocre, donde si se escribe la palabra porvenir, es obligatorio hacerlo con faltas de ortografía.

Es cierto que para los señores que tienen las riendas en Cuba lo más trabajoso puede ser sostener todos los días un discurso divorciado de sus verdaderos ideales donde predomine el elogio del proletariado, el vínculo y la hermandad con sus subalternos y toda la retórica hipócrita que utilizan los comunistas para que nada los saque del timón del carro.

Algunos de los cuadros políticos son creativos y hacen su esfuerzo. Esta semana, el primer secretario del partido en la provincia de Santiago de Cuba, a 900 kilómetros al este de La Habana, publicó en Sierra Maestra, el periódico local, una lista con los números de los teléfonos de los cargos más importantes de la ciudad porque “la pandemia del coronavirus ha agudizado la situación económica del país e incrementado las carencias.”

El dirigente dio a conocer los teléfonos para que los santiagueros puedan llamar y “tramitar sus inquietudes con mayor agilidad.” Y ya está. Ahí tienen una batería de números sin nombres para cualquier molestia.

Sí, el socialismo es una maquinaria perfecta contra los ciudadanos y sus sueños.
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